Diseño de Amor (Serie Hermanas Libro #1)

Capítulo 18

La conversación en la mesa sobre varios temas continuó, pero admito que luego de lo que mi padre y Ryan hablaron, no me siento igual.

Sé que el tema no es motivo suficiente para terminar mi relación, tampoco para volverme loca, pero no puedo evitar sentir decepción y lo peor es que no sé que es lo que me decepciona más. Por un lado está el hecho de que Ryan no tiene la confianza suficiente para ser totalmente honesto conmigo, por otro lado está el hecho de qué ahora no sé que otras cosas me oculta o que otras mentiras me ha dicho y por otro lado está el hecho de que me haya enterado a través de mi padre, no sé cuanto tiempo más habría estado ignorante de la verdadera situación de mi novio en el college y en su trabajo.

Aunque estoy tratando de minimizar el asunto para animarme un poco, no está funcionando del todo, me siento mal y creo que hasta que asimile el asunto me seguiré sintiendo así.

El sonido de la cubertería en el cristal interrumpe mis pensamientos, llevo mi vista hacia quien lo produce y es Lu, acto seguido ha aclarado su garganta y pedido la atención de todos.

—Gracias por su atención, seré breve, solo quiero desearle a mi querida hermana elegida el mejor de los cumpleaños, una vez más agradezco al cielo porque puedo celebrar un año más contigo, Phoebe y espero que sean muchos más, te adoro —dice con su voz entrecortada por la emoción.

—¡Gracias Lu! —contesto lo más entusiasmada posible —, también te adoro.

Dicho esto, continuamos hablando un rato más, aunque  me pareció, extraño que Lu no haya dicho nada de lo que habíamos hablado anteriormente en mi habitación, quise esperar hasta que estuviéramos fuera del comedor para preguntar porqué no dijo nada.

—Lu, ¿Puedo pasar? —pregunto luego de tocar la puerta de su habitación.

—Sí, Phoebe, pasa —contesta de inmediato.

—¿Qué pasó, por qué no hablaste acerca de buscar a tu familia biológica? —pregunto bastante intrigada.

—No creo que el momento fuera el apropiado luego de lo que pasó con papá y Ryan —dice con cierto tono de tristeza —, por cierto, ¿cómo te sientes respecto a eso? —Ahora su tono es de preocupación.

—Honestamente, muy decepcionada de Ryan —contesto cabizbaja.

—No es para menos Phoebe, ¿ya hablaste con él? —pregunta mientras toma mi mano.

—Aún no, estaba cambiándome de ropa para la fiesta y luego vine para acá.

—¿Quieres que te acompañe a hablar con él? —Levanta mi barbilla para poder ve mis ojos.

—No Lu, gracias por el apoyo, pero es algo que debo hacer sola —admito.

—De acuerdo, pero estoy aquí para lo que necesites —Acto seguido me da un abrazo que correspondo.

Salgo de la habitación de Lu y me dirijo hasta la de Ryan, espero que aún esté ahí para que podamos hablar a solas.

Me detengo un minuto frente a la puerta, tomo aire, aclaro mis ideas y cuando me dispongo a tocar, la puerta se abre de repente.

—Phoebe, que bueno que viniste iba a salir a hablar contigo en este momento, supongo que por eso estás aquí —Ryan habla muy rápido y con notables nervios en su voz.

—Así es —digo con toda la calma que puedo reunir y nos quedamos en silencio por unos segundos.

—¿Vas a pasar o te quedarás ahí? —pregunta Ryan rompiendo el silencio y señalando el interior de la habitación.

Paso y antes de que me lo pida tomo asiento en uno de los muebles, él se queda de pie un momento y con la mirada le indico que se siente en el mueble que está al lado.

Dos veces comenzamos a hablar al mismo tiempo y luego un silencio incómodo varios segundos que parecieron eternos.

—Phoebe, lo lamento —dice mirándome a los ojos con su tono aún nervioso —. No era mi intención ocultarte la verdad y mucho menos mentirte, al principio tuve miedo de que  no quisieras estar conmigo —confiesa cabizbajo.

—¡Cómo puedes pen... —No termino de completar la frase cuando él levanta la mano para que pare.

—No he terminado, déjame continuar, por favor  —Asiento y hago silencio para continuar escuchando lo que tiene para decir.

—Como te estaba diciendo, al principio tuve miedo de que no quisieras estar conmigo si sabías que yo no tengo nada, que no puedo ni comprar un regalo decente para tu cumpleaños sin ahorrar al menos seis meses, luego de conocerte mejor supe que eso no sería un problema para ti, pero entonces...  —aclara su garganta y continúa —, entonces no encontraba el momento para decírtelo o el lugar, a veces lo intenté y me faltó valor. Luego, decidí decirte después de tu cumpleaños para no arruinar tu día , pero ya ves lo que pasó —admite.

Hace una pausa prolongada con su cabeza baja y me tomo ese tiempo para pensar que decir, pero mi dolor por la decepción me gana y lloro sin poder controlar mis lágrimas hasta que los sollozos hacen que Ryan me mire.

—¡Oh no por favor mi preciosa, no llores por favor! —dice tomando mis manos entre las suyas, cambiando su tono a uno de preocupación. Quito mis manos de entre las suyas.

—Estoy molesta y decepcionada de ti, Ryan —digo con mi voz ronca y entrecortada por el llanto —. No por el hecho de que tengas una beca o no seas rico, sino porque no confías en mí, porque me crees capaz de cambiar mis sentimientos hacia ti solo porque no tienes dinero —Vuelvo a llorar sin poder decir una palabra más.

Ryan trata de tocarme y abrazarme  varias veces, pero no lo dejo, sigo molesta.

—Phoebe, por favor perdóname, confío en ti, juro por mi familia que te iba a contar todo desde que volviéramos al college precisamente porque sé que eres sincera conmigo e incapaz de cambiar tus sentimientos porque yo sea pobre. Tampoco mis sentimientos hacia ti son porque seas rica —añade.

Nos  interrumpen tocando la puerta y de inmediato la voz de Ben se escucha del otro lado.

—Chicos disculpen por molestarlos, pero Lucy me pidió que les dijera que solo los esperamos a ustedes, deben bajar de inmediato —informa.

La conversación quedó pausada. Sequé mis lágrimas, retoqué mi maquillaje y nos fuimos a la fiesta por mi cumpleaños. La noche fue de baile y compartir con amigos, en otra circunstancias la hubiera disfrutado, aunque disimulé muy bien durante toda la fiesta, lo cierto es que mi mente no estaba ahí.

Regresamos horas más tardes, crucé solo las palabras necesarias con Ryan y ya en la cama me costó conciliar el sueño, no sé en que momento me quedé dormida, pero fue lo mejor, había pasado de ser mi cumpleaños más feliz al más agridulce, solo quería dormir y olvidar.