Luego de ser adoptadas por una pareja que cambiará sus vidas para siempre, Lucy y Phoebe Wallace descubren que la familia es mucho más que lazos sanguíneos.
Únete a ellas en su nueva vida de universitarias lejos de casa, en la cual se les presentan...
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—A veces el amor no es suficiente razón para estar con alguien —Se pone de pie y se marcha, dejándome sola.
—¡Ryan, Ryan, Ryan, regresa por favor, no me dejes! —grito con todas mis fuerzas, pero mientras más lo llamo más se aleja de mí. Escucho el eco de sus pasos al alejarse, quiero perseguirlo pero no puedo moverme.
—¡Phoebe, Phoebe despierta! —La voz de Lu me trae de regreso a la realidad, estoy aturdida al momento de abrir los ojos, el entendimiento de lo que pasa se escapa de mí —, fue solo un sueño, levántate que se nos hace tarde, sabes que no me gusta llegar tarde nunca, a nada —recalca.
—¿Un sueño? —pregunto y siento como un gran alivio recorre todo mi ser —, ¿fue solo un sueño? o sea ¿qué Ryan y yo no hemos terminado? — inquiero mirando a Lu, sintiendo una mezcla de nostalgia y esperanza mientras espero por su respuesta; puedo evitar sentirme así, aliviada y abrumada a la vez.
—No, Phoebe, si eso era lo que estabas soñando, lamento decirte que es real —admite en tono preocupado y así con una sola frase, todo el alivio que sentía se esfumó junto con la bruma del sueño, haciéndome totalmente consciente de la realidad de mi situación.
Hace poco más de un mes Ryan terminó conmigo, treinta nueve días para ser exacta. Hoy es el último día del semestre, tenemos dos exámenes que tomar para luego regresar al dormitorio, hacer las maletas y volver a casa con nuestros padres.
Estos treintanueve días han sido una verdadera agonía para mí. Creí que lo nuestro era verdadero, que él me amaba y me entendía, pero resultó que no me entiende y verdaderamente hace falta más que amor para estar con alguien. Él no me dio oportunidad de hablar, aunque supongo que es mi culpa por no tomarle las llamadas ni contestar sus mensajes en tres semanas, pero eso no le daba el derecho a tomar una decisión de forma unilateral. Las relaciones de pareja son de dos, valga la redundancia, uno solo no debe tomar decisiones que afecten a ambos.
Soy un mar de emociones, por un lado estoy dolida y triste por la ruptura, por el otro trato de ponerme en sus zapatos y entenderlo, sin embargo la emoción predominante es la furia. Estoy furiosa con él por no darme oportunidad de explicarme, porque asumió cosas que no son sin siquiera permitirme hablar, fue totalmente egoísta y no conforme con eso, me ha evitado durante todos estos días. Una cucharada amarga de mi propia medicina.
—¡Phoebe, date prisa!, sabes como es el profesor McGarret, si llegamos tarde nos dejará fuera del salón y eso significaría reprobar la asignatura —Aún estoy en la cama, sentada mirando al vacío. Ante las constantes llamadas de Lu, salgo de la cama y consigo arrastrar mis pies hasta el baño para tomar una ducha.
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