Luego de ser adoptadas por una pareja que cambiará sus vidas para siempre, Lucy y Phoebe Wallace descubren que la familia es mucho más que lazos sanguíneos.
Únete a ellas en su nueva vida de universitarias lejos de casa, en la cual se les presentan...
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Estoy lista, nerviosa y esperando a que pasen los minutos, observo mi reloj y me parece que el tiempo se hubiera detenido; no avanza.
¿Por qué es tan lento el tiempo para quien espera?
—Tranquila Phoebe, todavía es temprano, ¿te parece si hablamos con mamá? — Sugiere Lu para animarme, sabe que hablar con mamá hace que el tiempo pase volando.
—Sí, por supuesto —respondo sin dudar.
Me acomodo junto a Lu mientras hace la videollamada y sonrío de inmediato, extraño tanto a mamá.
—Hola mis princesas hermosas —contesta mamá emocionada y lanza una lluvia de besos.
—Hola mamá —decimos al mismo tiempo.
—Ya no somos unas niñas Ma, yo ya tengo dieciocho años y Phoebe los cumplirá en poco menos de un mes.
—Para mí podrán ser unas ancianas y siempre serán mis niñas —asevera mamá.
—Siempre seré tu niña Ma, no le hagas caso a Lu, te extraño —exclamo con honestidad.
Recibo un codazo por parte de Lu al momento de decir eso y no puedo evitar reír.
—Yo también las extraño a ustedes mis niñas.
—¡Adivina quién tiene una cita en veinte minutos! —Le dice Lu a mamá e inmediatamente me sonrojo.
Mamá nos observa en silencio unos segundos.
—Es a Phoebe a quien veo más arreglada como para una cita y algo me dice que tú le has elegido el atuendo. Ponte de pie cariño, déjame verte —solicita.
Me pongo de pie para modelar mi atuendo, como no sabemos a donde me llevará Ryan. Lu optó por unos jeans oscuros de pitillo, una blusa verde para resaltar mis ojos, unos zapatos de punta y taco medio en color negro, un bolso sencillo de color neutro estilo cross body, un collar llamativo ya que la blusa es lisa, unos pequeños aretes, maquillaje sencillo y como toque por si me da frío una chaqueta a rayas verticales.
No soy alta, pero siempre he tenido un buen cuerpo con muchas curvas, de hecho nunca he podido compartir ropa con Lu, soy talla 8 y ella talla 6; ni siquiera zapatos, soy talla 36 y ella talla 39. Aún lograra entrar en una de sus prendas, es mucho más alta, me quedarían largas.
—Estás preciosa mi amor —dice mi madre emocionada.
—Gracias Ma —Le lanzo un beso
—¿Quién es el afortunado? —inquire.
—Se llama Ryan —Me sonrojo nuevamente al recordarlo.
—¿Qué sabes de él? no quiero que se acerque a ti porque quiera alguna oportunidad en la empresa o por el dinero, como pasó la última vez con el chico aquel.
—Ma, Ryan ni siquiera sabe quien soy, no creo que sus intenciones sean otras, más que pasarla bien lejos del college y conocernos un poco más. Lo que sé de él es que es de tercer año de tecnología, colombiano, amable y simpático —detallo.
No quiero ni recordar al imbécil de Noah que me veía como una oportunidad de ser rico fácilmente, que bueno que me di cuenta antes de enamorarme y sufrir. Aunque no puedo negar lo mucho que me gustaba y me sentí muy mal por su actitud.
—También es alto, guapo, de ojos azules muy llamativos y ella se le tiró encima desde que lo vio, literalmente. —Lu se carcajea al ver la expresión de mamá ante su último comentario.
—¡Phoebe Anne Wallace!, ¿qué fue lo que hisciste? —cuestiona mi madre con el ceño fruncido.
—No es como lo ha hecho ver Lu, mamá —Le cuento como pasaron las cosas y está más tranquila.
Hablamos de todo un poco durante los siguientes 15 minutos, me recuerda que debo ser cuidadosa, decirle a Lu el lugar a donde esté y portarme bien porque todavía soy menor de edad.
—Buenas noches mis princesas, las amo, hasta luego —Se despide.
—Buenas noches ma, también te amamos —a coro nos despedimos.
No bien hemos colgado la llamada tocan la puerta y me acaloro, debe ser Ryan, miro mi reloj y son las ocho en punto, es puntual; me alegro de que lo sea porque odio esperar y soy muy responsable con el tiempo.
Hago señas a Lu para que abra ella, no quiero parecer más nerviosa de lo que estoy.
—Buenas noches Lucy —escucho su voz mientras saluda con educación.
—Buenas noches Ryan —responde Lu en el mismo tono.
—Vengo por Phoebe, como ya debes saber.
—¡Hola! —digo al colocarme detrás de Lu, quien se aparta para darnos espacio.
Ryan se queda en silencio unos segundos, me observa de pies a cabeza mientras yo no sé ni donde poner los ojos.
—La verdad es que mi arrolladora favorita está más arrolladora que nunca, que afortunado soy —dice al mismo tiempo que toma mi mano y luego besa mis nudillos
— Gracias Ryan, también estás muy guapo —No sé ni como logro pronunciar palabra.
Viste con un pantalón negro de pitillo, unos zapatos negros juveniles y casuales, una camisa a rayas azules sobre fondo blanco, una chaqueta de denim muy juvenil y su pelo mejor arreglado de lo que lo había visto anteriormente.
