Dragones Blancos (Completa)

Capítulo 11: Sin recuerdos

Después de comer algo, empecé a recuperar algo de fuerza, e intenté levantarme.

- Augg - Exclamé después de caer, tras haber dado unos pocos pasos.

- ¿ Por qué no me avisaste ? - Dijo Catrin acudiendo rápidamente en mi auxilio al oír mi gemido de dolor al caer en el frío suelo.

- Gracias por tu ayuda, me creí que tenía más fuerza de las que tengo - Contesté un poco avergonzado.

- He estado hablando convenciendo a mis padres, para que te quedes con nosotros, al menos hasta que recuperes la memoria. - Me dijo Catrin con una gran sonrisa, mientras me ofrecía su mano para ayudar a levantarme.

- Muchas gracias, pero no quiero ser molestia para nadie. Tan pronto cómo recupere algo más de fuerzas, deberé irme intentando buscar mi camino.- Le respondí con una leve sonrisa.

- Bueno, no tengas prisa por ello - Me contestó Catrin a Aidan.- Por cierto ¿ No recuerdas ni tu nombre ?

Me quedé inmóvil pensativo, tratando de recordar al menos mi nombre.

- Te propongo una idea, yo iré diciendo nombres y a ver si recuerdas el tuyo. ¿ Te llamas Ander, Brais, Carl... ?- Dijo Catrin aceleradamente

- Para, para, poco a poco - Contesté riendo.

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Los días pasaban lentos y tristes, aquel frío invierno en casa de Arianne.

- No quiero que estés triste mamá - Dijo la pequeña Rhiannon, mientras le daba un abrazo por la espalda a Arianne mientras esta estaba agachada limpiando el suelo.

- No pasa nada pequeña - Dijo Arianne, mientras se enjugaba unas lágrimas que pensaba que le habían pasado inadvertidas a la pequeña.

Unos golpes en la puerta sobresaltaron a ambas.

- Hola Gare, pasa, pasa - Dijo Arienne.

- Uff que frío, gracias, por dejarme pasar, está helando afuera. Os he traído un carro de leña para la hoguera, para que podáis cocinar y mantener caliente la casa. Ya te he colocado la leña, apilada afuera en su sitio.- Dijo Gare mientras pasaba la mano por la cabeza de la niñita, a lo que esta se apartó rápidamente.

- No tenías que haberte molestado Gare, eres muy amable. Siempre intentas ayudarnos. ¿ Te apetece quedarte a cenar ? Así comerás algo caliente, antes de irte a tu casa -Invitó Arianne a Gare.

La niñita estiraba insistentemente de la falda a su madre y le decía que no con la cabeza.

- Creo que esta vez no, parece que no soy bienvenido por todos. Otra vez será. - Dijo Gare a Arianne al ver la reacción de la niña.

- Perdona Gare, pero ha sido muy duro para las dos perder a Aidan, dale tiempo a la pequeña- Le contestó Arianne despidiéndose de Gare.

Gare se montó al carro nuevamente y golpeo con el látigo al caballo para que se pusiera en marcha nuevamente.

- Has sido muy maleducada con Gare, siempre se porta muy bien con nosotras y es muy amable - Dijo la joven a la niña en tono de reprimenda, después de que Gare se hubo marchado.

- No me gusta nada, ese hombre y a los dragones tampoco - Le replicó la niña.

- ¡ Siempre con tus fantasías, ¿ Cómo vas a saber lo que piensan los Dragones ?, deja de soñar, despierta de una vez! - Dijo malhumorada Arianne a la niñita.

A eso Rhiannon se tiró encima de su cama a llorar.

- Lo siento, cariño, no hagas caso a mamá, a veces no sé lo que digo... - Dijo arrepentida Arianne mientras acariciaba la espalda de la niñita, que estaba tumbada boca abajo sobre la cama.

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-¿ Otra vez te ha dado calabazas Arianne?- Le dijo Carlton, uno de los hombres del grupo a Gare, mientras este estaba borracho en la taberna.

- Esa maldita niña, otra vez se interpone en mi camino. Ojala se la comiera un dragón...- Dijo furioso Gare mientras daba un puñetazo en la mesa.

- Ten paciencia Gare, tarde o temprano Arianne te pertenecerá - Intentó consolar Carlton a su amigo.

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Un fuerte y helado golpe le dio a Aidan en la cabeza. Al girarse se percató de que Catrin le había tirado una bola de nieve, mientras esta se reía

- No te librarás de mi venganza - Dijo riendo Aidan a la joven, mientras cogía nieve y hacía una gran bola con ella, tras lo cual se puso a perseguirla mientras ella intentaba escaparse corriendo.

Tras una serie de intercambios de pelotazos de nieve, y carreras sobre ella, Catrin se resbaló y con su caída arrastró accidentalmente a Aidan que cayó encima suyo. Sus verdes y grandes ojos y sus labios rosados, quedaron a pocos centímetros del rostro de Aidan...

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Tras los ruegos de la niña, su "madre" le había dejado salir, pues el día aunque era frío lucía un hermoso Sol. Así que la niña salió contenta dispuesta a hacer un muñeco de nieve. Empezó a juntar la nieve con sus pequeñas manitas, cuando de pronto un hermoso Dragón blanco se detuvo enfrente de la pequeña. Ella empezó a acariciar su hermoso y brillante pelaje. El dragón se estiró en el suelo, lanzando un ligero bufido de satisfacción, así que la pequeña pudo subirse a su lomo. Este giró su cabeza mirando a la niña, que estaba encaramada encima suyo, y esta entendió mediante un extraño lenguaje entre ambas especies, que debía de agarrase fuerte.

Con delicadeza el dragón se irguió, y empezó a elevarse en el aire, para disfrute de la niña, que contemplaba extasiada, su casa desde el aire.

De pronto Arianne se percató de ello, y con gran espanto se llevo su mano a la boca, después de hacer una gran bocanada en busca de aire...

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