Capítulo 12: Catrin y el retorno del guerrero.

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Pasaron unos instantes, los ojos de Catrin y Aidan se quedaron clavados entre sí.

La respiración de Catrin se volvió rápida y somera, no solo por el agotamiento de las carreras en la nieve, sino el percibir la proximidad del rostro de Aidan, le aceleró su corazón.

Aidan no pudo resistirse a la tentación y cómo un imán que atraía a ambos, acabaron juntando sus labios en un corto beso, seguido de otro mucho más largo y apasionado.

-Lo siento - dijo Aidan apartándose repentinamente del rostro de Catrin, por lo que ella se quedó perpleja y decepcionada, viendo de repente como sus deseos de continuar, quedaban bruscamente interrumpidos.

- ¿ Qué pasa ? ¿ No te agrado? - Dijo Catrin triste y frustrada.

- No, no es eso, de hecho eres una muchacha muy hermosa y dulce, pero...- Intentó continuar hablando Aidan, pero fue interrumpido por ella al ver que a este le costaba continuar.

- Pero ¿qué?... ¿ Díme por favor ? - Le instó ella a expresarse

- Es que no sé... al besarte, sentí la impresión de que ya pertenecía a otra persona.Recuerda que no sé quién soy, si acaso estaré casado, o hasta incluso si tendré algún hijo. - Dijo Aidan profundamente consternado.

- Lo comprendo. - Dijo Catrin con el rostro agachado intentando disimular como una lágrima corría por sus mejillas.

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Rhiannon estaba impresionada por el hecho de contemplar todo el paisaje desde arriba a gran altura mientras estaba agarrada fuertemente al cuello del dragón. No sentía miedo en absoluto, sino al contrario sentía una impresionante sensación de libertad.

Finalmente el Dragón descendió suavemente el vuelo y se detuvo cerca de casa de la niña. Con un lento movimiento se estiró en el suelo, a fin de que la niñita pudiera bajar de él, sin sufrir ningún daño.

La niña volvio corriendo a casa, y encontró a su madre desesperada, tras la ausencia de la niña.

- Rhiannon ¿ Qué has hecho ? ¿ Podías haber muerto ? ¡No vuelvas a acercarte a los dragones! estaba muy asustada y no sabía que podía hacer. Me sentí impotente- Le dije a mi pequeña Rhiannon, con lágrimas en los ojos,al tiempo que la zarandeaba por sus hombros, para luego acercarla a mi y abrazarla con todas mis fuerzas.

- No sufras mama, fue muy divertido y tuve mucho cuidadito de no caerme. - Trató de tranquilizarme la niña, con su mirada picara, para luego darme un beso.

- ¡ Qué voy a hacer contigo ! Me superas a veces. - Suspiró Arianne mirando a la niña.

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Esa noche no podía conciliar el sueño, así que decidí levantarme y volverme a vestir para ir a caminar un poco. Cogí un candelabro para iluminar mi camino. Me gustaba subir una cuesta empinada desde donde se divisaba la aldea y podía contemplar también un magnifico e imponente cielo estrellado. Ese era uno de mis lugares favoritos donde iba a menudo a relajarme y reflexionar, intentando recordar algo de mi desconocido pasado.Pero esa noche no podía dejar de pensar en lo que había pasado ese mañana con Catrin. No deseaba hacerle daño, ni crearle falsas ilusiones. Había sido tan buena y amable conmigo. Su ayuda y cuidados hicieron que me recuperara pronto físicamente, y recobrara las fuerzas. En otras circunstancias, creo que fácilmente me habría enamorado de ella, pero una duda atormentaba mi mente, sobre mi pasado, que tenía que recordar.

Mientras estaba recostado en una gran roca pensando en esos asuntos, de repente me sobresalté al oír lejanos silbidos y ver cómo se iluminaba la aldea. Pronto me dí cuenta que estaban atacando la aldea con flechas ardientes. Se percibía el sonido a lo lejos del relinchar de los caballos.

Así que bajé lo más rápido que pude en una carrera frenética, intentando no tropezar con las piedras del camino de regreso a la casa.

Solo tardé unos minutos, en llegar a esta, donde me alojaba y vivía Catrin y sus padres.

Vi al padre de Catrin arrodillado en el suelo fuera de la casa, con las manos en el rostro.

Todo ardía alrededor. Fue un ataque rápido y por sorpresa, que no les dio tiempo de actuar para defenderse. Un grupo de soldados enemigos, había arrasado la aldea y había capturado a las mujeres del pueblo, cómo era su costumbre. Así que tanto su esposa cómo su hija Catrin, se encontraban entre el botín humano que se habían llevado los enemigos.

Alrededor todo eran llamas y cuerpos muertos de los aldeanos. Otros estaban gravemente heridos, mientras que algunos habían logrado escapar con vida, como Marcus el padre de Catrin.

Posé una mano en su hombro, y le ayudé a levantarse.

- No logré impedirlo... no logré impedirlo, se las llevaron ante mis ojos- Me decía sollozando él.

- Te prometo que las vamos a recuperar. - Le dije con todo convencimiento.

Marcus se sorprendió, al ver el coraje y la decisión del joven Aidan, se notaba que este tenía alma de líder.

- Vamos, juntemos a los hombres que han sobrevivido. Que algunos de ellos se queden para atender a los heridos, y los otros cojamos nuestras armas y vayamos en busca de las mujeres... -Ordené mientras me subía a uno de los caballos que había.

Una llama ardía dentro de mí pidiendo venganza. Sentía que se había despertado una parte mía desconocida hasta ese mismo momento, el guerrero que llevaba dentro...

ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO DE HOY. NO OLVIDAROS DE VOTAR Y DEJAR VUESTROS COMENTARIOS. HASTA LA PRÓXIMA.

Dragones Blancos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora