Capitulo 19: El enfrentamiento se acerca.

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Aidan se quedó inmóvil, mientras escrutaba con su mirada a la joven que veía a la lejanía. Su rostro le era conocido, así que fue en dirección hacia ella, para confirmar sus sospechas.
- Catrin ¿Eres tú? - Preguntó Aidan sorprendido - Te buscamos por muchos meses. ¿ Qué te pasó, dónde has estado todo este tiempo? Tus padres se van a alegrar muchisimo al volverte a ver, pues ya casi habían perdido toda esperanza de que estuvieras viva. - Decía Aidan tan entusiasmado que casi no dejaba responder a la muchacha.
Sin pensarlo dos veces, la joven se colgó del cuello de Aidan, abrazándolo con fuerza.
- ¡Tenía tantas ganas de volverte a ver, "I blaidd"! No te creerás donde he estado estos años y para que me estado preparando. - Le respondió Catrin emocionada.
-¡ Seguro que tendrás mucho que contar! Ven conmigo, que te acompañaré a casa de tus padres. Algunas cosas como podrás observar también han cambiado por aquí. Hemos protegido mucho más la aldea, para que sea menos vulnerable a ataques enemigos. - Le iba explicando Aidan y mostrando las mejoras hechas a medida que andaban.

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- Os he reunido hoy aquí, para presentaros a vuestro nuevo Capitán, a partir de hoy estaréis bajo sus órdenes.- Habló el Rey Draco, ante un grupo de unos trescientos de sus soldados. Allí a su lado estaba Gare, con una expresión en su rostro entre satisfacción y orgullo. - El os dirigirá en una misión de castigo, hacia una aldea que está a unos días de camino de aquí. Esa aldea fue arrasada, por nuestro ejército, pero se ha recobrado de su derrota, se ha hecho más fuerte, ha construido fuertes murallas de protección. Sin embargo el éxito de todo ello, no es por méritos propios de los aldeanos, sino que se debe a un guerrero poderoso, a un líder, que ha plantado una fuerte resistencia a nuestros soldados cuando hemos intentado volver a conquistarla, tras su reconstrucción.
Es más se niegan a pagar tributo a nuestro Reino. Por eso la situación debe de cambiar. No podemos seguir tolerando ese desprecio, que es un mal ejemplo para otros pueblos cercanos que podrían seguirlos y unirse a ellos. Así que hoy os pongo bajo el mando del Capitán Gare. Será su primera misión importante, pero goza de toda mi confianza. Así que obedeced sus órdenes. Luchad a su lado y conseguid la victoria. - Terminó el Rey su breve discurso de presentación de Gare, el nuevo Capitán.
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Los padres de Catrin estaban entusiasmados de estar de nuevo con su hija, pero la historia que contaba ella parecía demasiado increíble como para ser cierta. Entonces tuvo que hacerles una pequeña demostración. Empezó a mover sus manos con gran rapidez, en círculo. Era como si hubiera cogido un pedazo de aire, y le estuviera dando forma. Una especie de vapor o incandescencia de color esmeralda, estaba entre sus manos, que ya era del tamaño de una Naranja. De repente lo arrojó con gran fuerza, hacia un árbol cercano, logrando derribarlo.

- Eso, eso que has hecho es increíble, hija mía. - Dijo su madre con un tremendo asombro.
- Y eso no es todo. Me he hecho experta con el arco y la flecha. Pero aún hay algo más. Pero no sé si contaroslo, porque me tomaréis por loca. - Susurro la chica, algo temerosa.
- ¿ Y de que se trata? - Dinos, dijo su padre con expectación e impaciencia.
- Veréis, me han encargado una misión...- Empezó a contar la joven mirando a sus padres, para ver su reacción.
- Cuéntalo ya, no nos tengas más en vilo. - Dijeron casi al unísono sus padres.
- Mi misión es proteger a la futura Reina de Ehazur. - Dijo sin más preámbulos, ante el asombro de sus padres.
- ¿La Reina de Ehazur? Sí el Rey murió sin tener descendientes. Bueno, su esposa estaba embarazada, pero murió cuando hubo la invasión del ejército enemigo. No quedó nadie para continuar con su legado. - Añadió el padre de Catrin.
- Eso es lo que creen todos. Pero lo cierto es que la esposa del Rey, si llegó a dar a luz, en ese fatídico día para Ehazur.
Tuvieron una niñita, que logró sobrevivir...- Continuo Catrin con el relato.
- ¿ Y dónde está esa niña? ¿Cuántos años tiene ?- Pregunto la madre de la chica.
- Aproximadamente unos 8 años, según me dijeron. Vive con su madre adoptiva en una casa a las afueras de Ehazur, pero creo que iban a mudarse a la capital del Reino. De momento está a salvo, mientras nadie descubra su secreto, pero si llegarán a saber quién es, sin duda la matarían. - Respondió Catrin, mostrando preocupación en su mirada.- ¿ Y quién te ha contado todo esto ? - Preguntó su padre.
- Ya sé que mi respuesta os parecerá increíble. Pero fueron los dragones mismos. Me otorgaron el don de que pueda comunicarme con ellos. No es un lenguaje verbal, sino que se comunican conmigo, poniendo sus pensamientos en mi mente. - Dijo la muchacha a sus padres sin perder atención a sus miradas, buscando incredulidad o asombro de su parte.
- Catrin, te creemos. Después de observar lo que hiciste a ese árbol, desprendiendo de tus manos esa bola de fuego de color esmeralda, ya no nos extraña nada. Sin duda debes de ser alguien muy especial, para que los dragones te hagan elegido, para tal cometido. Pero ten muchísimo cuidado, aunque tengas poderes y el respaldo de los dragones blancos, nuestros enemigos también son muy poderosos. - Dijo su padre, al tiempo que le ponía la mano sobre su hombro.
- Eres nuestra única hija, no queremos perderte otra vez, después de haber estado años sin verte. - Dijo su madre mientras le daba un afectuoso abrazo.

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Pasaron tres días en la aldea, y todo parecía transcurrir normalmente. Pero muy de mañana, en el cuarto dia se oyó la señal de alarma que procedía de la Torre de vigilancia. Algo grave debía de ocurrir, para tocar tan insistentemente.
El ejército liderado por Gare, se acercaba con rapidez. Así que con celeridad los aldeanos se movilizaron para coger sus armas y estar dispuestos para la batalla. Se empezaron a posicionar todos los hombres en sus puestos designados de antemano en las azoteas de la muralla.
Pero los hombres de Gare se aproximaban a pasos agigantados. Los guerreros más experimentados y fuertes montados en sus veloces corceles estaban llegando a las mismas puertas del poblado, en una avanzada del resto del ejército de soldados
- No te expongas por favor, Catrin, tu misión es proteger a nuestra futura Reina. No participes en esta lucha. Esta no es tu batalla, sino la nuestra. - Le suplicó Aidan a Catrin.
- Tu lucha, es mi lucha, tus enemigos son mis enemigos. No trates de convencerme, "I blaidd". Necesitais mi ayuda. Voy a luchar a tu lado.
Pronto una lluvia de flechas de fuego, cubría el cielo, en dirección a las murallas, y otra replica desde las azoteas de las murallas, volaban en dirección contraria. Los soldados se protegían con sus grandes escudos por encima de sus cabezas y seguían avanzando, pero todo y así empezaron a haber las primeras bajas desde ambos lados.
Las primeras escalas empezaron a llegar a apostarse contra el muro y los hombres empezaron subir como hormigas, con gran celeridad. Las catapultas enemigas empezaron a lanzar grandes piedras y derribar las primeras piedras de arriba del muro.
Esta vez los enemigos habían venido bien preparados.
Aidan y Catrin estaban ya en sus posiciones respectivas, uno al lado del otro, codo a codo, preparados para contraatacar.
Desde arriba del muro, Aidan entrecruzó la mirada con Gare, al mirar hacia abajo a los soldados enemigos.
Como si tuvieran un imán que les atraía entre sí, los ojos de ambos se contemplaron con asombro.
Aidan volvió a esconderse tras el muro, con su espalda apoyada contra este. Su corazón latía con fuerza. Esa cara, esa cara...le era familiar, lo había visto en alguna otra parte, de eso estaba seguro. Su mente parecía que quería recordar, algunas imágenes desordenadas se agolpaban en su mente...

Dragones Blancos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora