Capítulo 31: Aidan y Arianne.

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Nota: Se recomienda poner el vídeo musical cuando se os indique y seguir leyendo con música esa parte.

Fueron transcurriendo los primeros días después del nacimiento del bebé, al que pusieron por nombre Thor, cuyo significado es "Tormenta". Soñaban con que el pequeño, se convirtiera en el futuro en un gran guerrero que causará temor sobre sus enemigos, y que pudiera al fin traer paz y prosperidad al reino de Ehazur...

- Que alegría Rhiannon hija mía de que aún no regreses a tu entrenamiento con los dragones hasta después de mi boda con Aidan. - Le dijo agradecida Arianne, su madre adoptiva.
- Me han concedido un permiso especial. Bueno...la verdad es que les tuve que suplicar bastante para que pudiera alargar mi estancia hasta después de vuestro enlace. No me lo quería perder por nada del mundo. Deseo tanto verte por fin feliz, y me alegro mucho de que sea Aidan el motivo de tu felicidad. - Contestó una sonriente Rhiannon.- ¡Cómo odiaba a ese Gare!, nunca me gustó, ni siquiera al principio cuando intentaba ser amable conmigo. Te advertí varias veces sobre él, pero no me hiciste caso- Añadió la jovencita, en tono de reprimenda.
- ¡Siento tanto no haberte hecho caso! y lamento también haber insistido para que nos trasladaremos a la ciudad de Ehazur, cuando vivíamos tan bien y eramos felices en nuestra pequeña casa de la montaña. - Le dijo arrepentida Arianne a la niña.
- No te preocupes mamá, a veces las cosas no salen como esperamos, o en el momento adecuado.- Dijo inteligentemente la jovencita.
- Me sorprendes Rhiannon, ¡has cambiado tanto! Has madurado muchísimo en poco tiempo. A pesar de que solo tienes doce años recién cumplidos. Creo que el contacto que tienes con los dragones está acelerando tu crecimiento, sobre todo en tu manera de pensar y actuar. Aunque también se nota que tu cuerpo está empezando a cambiar, a florecer. Vas a tener una bonita figura, unida a un rostro angelical. Pronto vas a tener un monton de pretendientes, peleándose por tí- Le dijo su madre guiñándole un ojo.
- Ay mamá,¡Cómo eres! A mí no me interesa ningún chico aún. - Contestó la casi adolescente Rhiannon, al tiempo que se le escapaba una risita y se sonrojaba.

-Hijo mío, estoy muy contento de que te cases con tu amada Arianne . Te mereces ser feliz después de haber sufrido tanto por ella- Le dijo Marcus a Aidan.
- ¡Sí la verdad es que lo he deseado desde hace tanto tiempo, y al fin se hará realidad mi sueño! - Le contestó este, dando un suspiro de satisfacción.
- De todas maneras, quiero comentarte algo, aunque quizás no sea el momento más apropiado ahora, a solo dos días de tu enlace. Pero el caso es que como ya sabes, en los últimos meses, disfrutamos de bastante paz. Los ataques de nuestros enemigos son muy esporádicos y bastante desorganizados. Pero no nos podemos confiar, quizás estén preparando un gran ataque. Es solo cuestión de tiempo. Los hombres de Angus, en los que me incluyo también, creemos que hemos de aprovechar esta aparente tregua para fortalecernos. Es importante que intentemos hacer alianzas con Reinos poderosos que aún no han sido sometidos por los ejércitos de los Dragones negros. Solo con una gran alianza, poderosa y fuerte tenemos posibilidades de alcanzar la victoria. Por eso, tan pronto pase tu ceremonia, partiremos un grupo de hombres de Angus para buscar esas alianzas. Yo estaré entre ese grupo.
- Le dijo Marcus de forma solemne a Aidan.
- Pero padre, tendréis que viajar mucho, por tierras peligrosas, y podría ocurrirte algo, podríais sufrir una emboscada si os descubren fuera de la protección de Angus. - Le respondió preocupado su hijo.
- Es un riesgo que es necesario correr. La decisión ya está tomada. Además, es muy posible que contemos con la protección de los Dragones blancos. Ellos vigilarán nuestros pasos. - Trató de tranquilizarlo su padre.
A continuación le explicó detalladamente el plan, desplegando un pergamino, que mostraba el mapa de todos los Reinos que iban a visitar en circuito. La idea que querían proponer era de hacer una especie de red de Reinos y poblaciones aliadas, que acudieran todos en ayuda si una población era atacada.
Iban a sugerir hacer puestos de control de vigilancia en intervalos no demasiado alejados unos de otros, pequeñas fortalezas construidas en zonas elevadas preparadas para dar la señal de alarma en caso de necesidad. Se encenderían grandes hogueras cuando ocurriera un ataque siendo esa la forma de alertar del peligro a todas las demás torres de observación que se comunicarían entre ellas y así todas las poblaciones y Reinos enviarían sus guerreros a la batalla.
Esa gran alianza preparada y lista podría disuadir a sus enemigos de atacarlos, más que si cada Reino o localidad trataba de defenderse con sus propios medios.
La idea le pareció excelente a Aidan, que dió finalmente el visto bueno a su padre.

Pronto pasaron los dos días. Los preparativos terminaron a tiempo y llegó el esperado día de la boda.

- Quiero agradecerte Neira, todo lo que has hecho por mí. Eres una verdadera amiga. No has parado ni un momento a fin de organizar todos los detalles de mi boda. - Le dijo Arianne a esta mientras le arreglaba el pelo haciéndole un bonito trenzado para su rubia melena, poco antes de la ceremonia.
- Te ves muy hermosa, Arianne. Eres la novia perfecta.
Aidan debe de estar muy orgulloso de ti. Y no solo por tu belleza externa, sino por todo lo que tienes que ofrecer en tu interior. Eres la persona más bondadosa y noble que he conocido. - Exclamó Neida.
- Muchas gracias por tus palabras, querida. Eso opinó yo mismo de tí. Me alegro de que te hayas convertido en mi mejor amiga. - Le respondió Arianne.
- ¡Bueno, ya he terminado con tu peinado! Pero tengo aún una sorpresa para tí. Me he tomado la libertad de invitar a alguien a la boda. -Tras decir eso, salió a buscar a la invitada.
- Hija mía estás muy hermosa. - Dijo al verla la mujer, tras entrar en la casa acompañada por Neida.
- ¡Ludmila!, ¡Qué alegría! Ahora si que siento que no falta nadie importante a mi boda- Dijo entusiasmada Arianne al contemplar a la anciana que no hacía mucho las había protegido a costa de su vida.

Pronto llegó la hora del enlace. Un apuesto Aidan vestido con sus mejores galas, la esperaba en el altar. Arianne se acercaba lentamente, mientras sentía un escalofrío que le recorría el cuerpo de la emoción. Por fin, estaban uno frente al otro pronunciando sus votos de amor y respeto, y escuchando las esperadas palabras del hombre que ofició la ceremonia. "Yo os declaró unidos en santo matrimonio como marido y mujer" Tras eso, un dulce y prolongado beso confirmaba ante todos los invitados, el amor que sentían el uno por el otro.

( Video musical )

- Parece imposible, estar juntos al fin. - Dijo Aidan a Arianne, cuando ya estaban en su lecho de bodas. - No sabía que fuera más agotador el día de la boda que un día de dura batalla. Los invitados, la comida, el baile... - Dijo logrando hacer reir a su amada.
- Por fin tú y yo solos. He esperado tanto de que llegara este día - Suspiro Arianne. - Hubo momentos en que llegue a dudar de todo, incluso deseé llegar a estar muerta. Mi vida perdió todo sentido para mí - Añadió.
Aidan puso un dedo sobre los labios de ella, indicando que dejará de hablar.
-Cierra los ojos por favor.- Le pidió su esposo.
Ahora besó dulcemente uno de sus párpados, luego el otro. A continuación besó su frente, después su nariz, cada una de sus mejillas, y termino con un tierno beso en sus labios.
-¿Qué haces? Vas a desgastar mi cara. - Dijo bromeando ella.
- No quiero olvidar nunca más ninguno de tus rasgos tan maravillosos. No entiendo cómo pude hacerlo. Ni siquiera recordaba quién era yo mismo. Pero eso no volverá a ocurrir jamás. - Le prometió él, a su hermosa dama.
Los azules ojos de Arianne ahora empezaron a brillar, mientras dejaban brotar un par de lágrimas
- ¿Por qué lloras mi amor? - Preguntó él, extrañado.
- He pasado tanto miedo. He llorado tanto...Primero pensé que habías muerto. ¡Si estuve en tu entierro! Cuando te había recuperado, caí en las garras de Gare. Llegue a pensar que nunca escaparía de ese maldito tirano. Recuerdo sus sucias manos sobre mi, mientras me forzaba...
-Ya pasó, cariño mio. No pienses más en ello. Nuestro tiempo ha llegado. Debemos olvidar y ser felices a partir de ahora. - Contestó él, mientras pasaba un dedo por sus ojos, enjugando sus lágrimas.
- Ahora sé que existe la felicidad. Ahora sé que hay amor puro, que es verdadero. Tu eres mi amor, mi vida, mi esperanza. Quisiera parar este momento eternamente, detenerlo todo y retenerte para siempre. -Expresó así ella su deseo.
Aidan respondió abrazándola fuertemente con cariño.
- Yo te cuidaré, te protegeré y te amaré con todo mi ser, intentaré hacerte sonreír, hacerte feliz cada momento de mi vida, hasta el último de mis días. Te lo juro.

Ahora ya no deseaban seguir demostrándose su amor con más palabras.
Empezaron a besarse, a acariciarse mutuamente mientras la pasión inflamaba cada vez más su deseo, hasta llegar a fusionar sus cuerpos en uno solo, por primera vez...

Hasta aquí el capítulo. Espero que haya sido de vuestro agrado... Espero vuestros comentarios. Sí ya sé que la música aún continúa jajaja.

Dragones Blancos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora