Marcus al mando de un puñado de hombres valientes emprendieron el viaje hacia tierra lejanas y desconocidas en busca del apoyo tan necesario para hacer una gran alianza, que fuera una fuerza disuasoria para los ejércitos de Dragones negros.
Unos treinta hombres partieron en dirección a las tierras del norte. El otoño había llegado y los días eran mas más cortos y menos cálidos.
- Creo que ir por el desfiladero será la mejor ruta, así quedaríamos al amparo de las montañas, es menos probable que seamos descubiertos por los dragones negros.
Llegaríamos a la región de Naste, es importante conseguir primero el apoyo de los Reinos más próximos a Angus -Sugirió Marcus al resto de los hombres, tras desenrrollar el pergamino y guiar con el dedo la ruta propuesta que mostraba el mapa de la zona.
- Yo pienso que deberíamos ascender al monte Embruc, antes de que vengan las nieves, desviándonos hacia el noroeste, y visitar primero los reinos importantes de la región de Astag. Sería muy valioso contar con su ayuda- Dijo Ivar, otro de los miembros destacados del grupo, mostrando su desacuerdo con Marcus, y señalando una alternativa más arriesgada.
- Creo que puede ser peligroso, los cambios de tiempo son frecuentes y repentinos en esta época del año. Además estaremos más expuestos a ser vistos, por nuestros enemigos que están en constante vigilancia. - Argumentó Marcus.
- Hace días que tenemos un tiempo estable, sin cambios. Ahora es el momento ideal. Si salimos temprano, y vamos a un buen ritmo, al anochecer casi habremos completado el ascenso y descenso del monte Embruc, cerca de las aldeas al pie de la montaña por el otro lado. Todos nosotros estamos acostumbrados a hacer travesías, y somos hombres fuertes y valientes. ¿No es cierto?- Intentó convencer a los hombres apelando a su orgullo masculino.
Varios de los hombres apoyaban la propuesta de Ivar, mientras que aproximadamente la otra mitad la sugerida por Marcus. Al ver que no se llegaba a un acuerdo que satisficiera a ambas partes, se optó por echarlo a suertes, para no demorar más el asunto.
La opción de Ivar salió elegida.
Así se decidió por la ascensión al monte al amanecer. La temperatura era fría, pero poco a poco se fue imponiendo el calor del Sol. Se avanzaba a buen ritmo. El humor de los hombres era excelente. Pronto empezaron a cantar canciones habituales en las caminatas de montaña. A medida que subían, las vistas eran magníficas. Se veía todo el valle donde estaba ubicado Angus y también podía divisarse el Reino de Ehazur, mas allá del rio.
Llegó el momento de parar a descansar y comer. Los hombres sacaron de sus sacos de viaje las provisiones que habían preparado ellos y sus esposas antes de partir. Empezaron a compartir unos con otros la comida. Pan, queso, carne salada, nueces, almendras, vino... Asimismo iban preparados con sus arcos, para cazar cuando se presentara la oportunidad, y empezarán a escasear las provisiones.
El exceso de confianza y lo ideal del clima agradable y soleado hizo que se retrasarán más de lo previsto en su parada para descansar y comer. Ya habia pasado el mediodía cuando reemprendieron la marcha. A medida que se acercaban a la cima, empezó a cambiar radicalmente el tiempo. La temperatura bajó rápidamente, el viento frío golpeaba los rostros de los hombres mientras el cielo se cubria de densas nubes, que llegaron en poco tiempo disminuyendo notablemente la visibilidad con una espesa niebla y empezando a descargar en forma de ventisca de nieve. En poco rato el suelo quedó cubierto por una capa blanca que dificultaba sus pasos haciendo más costosa y peligrosa la ascensión.
No había lugar para refugiarse. En esa parte tan elevada ya no había árboles, solo grandes rocas, sumamente resbaladizas a causa de la nieve. Alcanzar la cima era casi un suicidio, y tampoco podían detenerse, quedándose a merced de los elementos. De todas las opciones posibles, la menos arriesgada parecía ser la de descender nuevamente, con sumo cuidado hasta llegar otra vez a una zona más segura y más resguardada, al amparo de los árboles del bosque. Pero aún y así, sería imposible encender un fuego para calentarse, debido a que todo estaba cubierto por la nieve que estaba cayendo.
A todos los problemas, se añadía que habían fallado sus cálculos, pues a esa hora de no haber sido por el imprevisto climático y por haber perdido bastante tiempo a la hora del descanso para comer, ya tenían que haber alcanzado la cima hacía mucho y estar avanzados en el descenso por la otra cara de la montaña. El día se había oscurecido a causa de la tormenta de nieve pero pronto empezaría a anochecer, complicando más la cosa.
- Intentemos bajar con rapidez y precaución, pues de quedarnos aquí, es probable que no salgamos con vida. Según el mapa, me fijé que hay un refugio de montaña, si cogemos el sendero del oeste en nuestro descenso. Dándonos prisa quizás lleguemos en una hora, que es aproximadamente el tiempo de luz diurna que tenemos.- Dijo Marcus a los hombres.
Los viajeros hicieron caso de su recomendación, incluido Ivar, al que ahora se le veía decaído al haber puesto en compromiso a toda la expedición, en su vehemente propuesta escogiendo esta ruta.
En una rápida y peligrosa bajada por la montaña avanzaron lo suficientemente pudiendo encontrar el refugio de montaña tal como les había dicho Marcus. Así llegó un primer grupo de hombres que encabezaba la expedición, pues no habían podido seguir todos el mismo ritmo, porque algunos de los integrantes de la travesía habían quedado rezagado, al sufrir alguna que otra caída en el trayecto, torciendose algunos tobillos.
Dentro de la cabaña de montaña, había varias lámparas de aceite, que los viajeros encendieron prontamente para iluminar todo. Unos cuantos troncos de leña seca apilados, sirvieron para encender fuego en la chimenea del refugio.
Ahora era posible desde fuera ver la luz de dentro del refugio a través de las ventanas. Eso sirvió para guiar hasta ese lugar al resto de los hombres a los que ya había caído la noche. Marcus llegó con el grupo de rezagados a los que se había quedado para ayudarlos.
Allí dentro, pudieron comer, dormir y reponer fuerzas. En un par de días, volvían a reemplender la marcha menos dos de los hombres que se quedaron más tiempo allí recuperándose de sus lesiones, y otro más que permaneció al cuidado de estos. Para los tres hombres se había acabado su aventura pues no tuvieron más remedio que volver a sus respectivas casas.
El Sol derritió la nieve prematura, pues el invierno aún tardaría unas semanas en llegar. Los viajeros pudieron llegar bien en su segundo intento a los reinos de Astag. Sus propuestas fueron aceptadas y asi es como se empezó a formar una alianza poderosa que iba en aumento de efectivos y avanzando a otros lugares a medida que llegaban Marcus y sus hombres.
La misión fue un éxito rotundo. Cada vez más monarquías se unían al tratado, firmando documentos en los que se comprometían a ayudar, así como a recibir ayuda en caso de ataque por los ejércitos de los Dragones negros.
Mientras en el Reino Ehazur al mando de Gare, cada vez reinaba más el descontrol, el descontento de los hombres guerreros. Se había descuidado por exceso de confianza o negligencia hasta la vigilancia de los reinos subyugados. Los dragones negros dejaron de sobrevolar la zona, y se marcharon lejos para reunirse con el gran Dragón y recibir instrucciones de cómo remediar la situación. Esta tregua temporal permitió el fortalecimiento de la resistencia de todos los Reinos opuestos a Gare y sus ejércitos, con Aidan al frente, al que se nombró General de todos los Reinos Aliados.
Gracias a todos por vuestro apoyo. Me animan mucho vuestros votos y comentarios.
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Dragones Blancos (Completa)
FantasyUna batalla que se libra durante cientos de años. Un Reino esclavizado. Una niña salvada por los Dragones. Una esperanza, una luz. ¿Será ella la respuesta, la clave para la libertad? Mejores ránkings # 1 en Dragones el 11/4/20 # 2 en Princesa el 9/8...