Entré muerta de pánico, encontrándome con un hombre de bastante avanzada edad sentado en su escritorio. Él me miró sonriendo y se puso en pie.
-Debes de ser la famosa Alex, ¿no?- Dijo delante mía.
-Exactamente.- Dije con cierta timidez.
Él sonrió y me estrechó la mano. Me di cuenta de que Rubén se había quedado fuera y me entraron ganas de matarlo por aquello. El hombre me ofreció asiento.
-Bueno, mi nombre es Christian.- Se presentó sentándose en su aparentemente cómoda silla.- Supongo que mi secretaria te habrá puesto al corriente más o menos de todo, ¿no?
-Síp.- Dije añadiendo la "p" al final.
-Me caes bien.- Dijo el hombre sonriente.- Hacía tiempo ya que buscaba a alguien nuevo y tú eres exactamente lo que quería.
-Vaya, gracias.- Dije sin saber como reaccionar ante aquel... ¿Cumplido?
-Bueno hablemos un poco de tu futuro. ¿Tienes canciones pensadas?
-La verdad es que no.- Expliqué algo más calmada.- Subo cuando me siento inspirada o cuando se me ha ocurrido algo interesante que puede gustar. Normalmente es el ritmo lo que me surge, y a raíz de eso monto la mezcla.
-Interesante.- Dijo retirando su mirada de mí para posarla en una pequeña libreta.- ¿Como cuantas crees que puedes hacer para la semana que viene?
-¿La semana que viene?- Pregunté recibiendo un asentimiento como respuesta.- Pues no sé, supongo que unas diez o así.
-¡Estupendo!- Exclamó sacando unos folios de un cajón.- Pues intenta hacerlos para la semana que viene si no te importa. Aquí tienes el contrato, ¿has hablado de esto con tus padres?
Noté mi corazón paralizarse de golpe. Ellos no me dejaban firmar el contrato y no había pensado en que al ser menor de edad, necesitaba sus consentimientos. Pensé rápidamente en alguna excusa, en algo que decir; mientras él me miraba con el ceño fruncido.
-¿Ocurre algo?- Preguntó preocupado.
-¿Que? Nada, nada. Es solo que no les gusta mucho la idea de que me separe tanto tiempo de ellos.- Mentí.- Ya sabes, el síndrome del nido vacío.
-Entiendo.- Dijo riendo.- Pues entonces firma tranquila, se acostumbrarán a ello.
Sonreí y después de mirar un poco por encima el contrato, plasmé mi firma sobre él. Podía observar una gloriosa sonrisa en el rostro de Christian.
-Pues entonces eso es todo.- Dijo poniéndose de nuevo en pie.- ¿Nos vemos la semana que viene con las nuevas mezclas?
-Claro.- Respondí sonriente.
-Pues encantado de conocerte, Alex.- Dijo estrechándome de nuevo la mano.
-Igualmente.
Salí del despacho y vi a Rubén esperándome sentado en una de las sillas que en el pasillo se encontraban, y una loca idea me surgió como pequeña venganza.
-¿Y bien?- Preguntó con curiosidad mientras yo agachaba la cabeza "tristemente".
-No me han dejado firmar el contrato sin el permiso de mis padres.- Mentí con falsas lágrimas en mis ojos.
-Cuanto lo siento...
No aguante más y exploté a reír. Él me miraba sin entender y con cara de miedo.
-Era broma, ¡estoy dentro!- Grité llena de ilusión.
-¿En serio?- Preguntó ya sin creer.
-¡Sí!- Grite alargando la "i".
Me abrazó elevándome un poco del suelo. Cuando me posó en el suelo me dio un hermoso beso lleno de cariño y felicidad.
-Me alegro muchísimo por ti.- Me felicitó.- Te lo mereces.
-Te amo.- Dije sin poder evitarlo.
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Dj 71
أدب المراهقينAlex, es la Dj más importante del mundo, pero nadie sabe que es ella.