Capitulo 35

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El concierto terminó después de varias horas de mucha fiesta. Al final todo había ido sobre ruedas y a las dos canciones mis nervios habían desaparecido casi por completo.

-Bravo- Gritó la secretaria entrando en el camerino conmigo-, has estado genial, increíble, perfecta.

-Gracias- Dije sentándome en una de las sillas, exhausta por el gran esfuerzo del concierto.

-El director tenía razón a la hora de escogerte.

-Claro, soy la mejor Dj de España, ¿no?- Dije sin pensar.

-Exactamente- Aprobó ella guiñándome un ojo.

Dicho eso salió cerrando la puerta a su paso. Me miré en el espejo durante un rato y observé lo maravillosamente bien que me quedaba la ropa que me habían dejado. Tenía que empezar a pensar en lo que realmente era. Si todos decían que era la mejor, que era tan maravillosa, tenía que ser por algo. Si tanta gente había asistido a mi concierto, tenía que ser por algo. Quizás no era aquella que la fastidiaba siempre, que yo pensaba ser; quizás era la mejor Dj, la más guapa, la que lo hacía todo perfecto.

-¡Enhorabuena!- Gritó Alice sacándome de mis pensamientos-. ¡Lo has hecho de maravilla!

-Gracias- Respondí mientras me abrazaba-, tú lo dijiste: "A mal ensayo, buen concierto". Y mira.

Ambas reímos y yo empecé a recoger mis cosas mientras ella me contaba curiosas anécdotas de otros famosos que habían pasado por este escenario antes. Cuanto terminé, me subí de nuevo en la furgoneta que me había traído, de vuelta a casa.

-Recuerde que mañana en la noche tiene otro concierto- Me dijo el conductor a la vez que me bajaba del vehículo.

-De acuerdo, gracias por recordármelo.

Entré en casa realmente cansada y avancé por el pasillo hacia las escaleras. Observé que mi madre se había quedado dormida en el sofá con una foto en la mano. Sin poder evitarlo, me acerqué y miré aquella fotografía. Salíamos toda la familia: mi madre, mi padre, mi hermana y yo. Se nos veía muy unidos y felices, nada que ver con como estábamos ahora. Sin poder aguantar más, me volví a dirigir a mi habitación. Subí las escaleras y al entrar, me encontré con Rubén, dormido sobre mi cama.

-Rubén- Susurré zarandeándole suavemente-, Rubén, despierta.

Él abrió levemente los ojos para toparse con los míos. Instintivamente ambos sonreímos.

-Te estaba esperando- Dijo frotándose los ojos-, quería darte una sorpresa, pero no llegabas y...

-Tranquilo, no pasa nada- Dije sentándome a sus pies-. Ya sabes, estaba en el concierto y no podía llegar antes. No quería fallar a mis setenta y unos.

-Entiendo... Bueno, yo me vuelvo a casa, mis padres deben de estar preocupados- Dijo levantándose-. Hasta mañana, cariño.

Me dio un pequeño beso en los labios y salió de mi habitación. Minutos después escuché la puerta abrirse para, posteriormente, cerrarse. Me cambié de ropa lentamente y fui a acostarme cuando vi como se encendía la luz de la habitación de Rubén. Me asomé a la ventana y pude ver como pegaba un puñetazo a la pared.

No sabía el porqué de su comportamiento, pero algo me decía que era cosa mía. Claramente le había molestado el hecho de ir al concierto habiendo quedado con él. Claramente le había molestado el hecho de llegar tan tarde estando él esperándome. Pero nada podía hacer, ahora la música era mi vida y no podía dejar pasar una oportunidad así. De todas formas, al día siguiente no tenía nada que hacer, así que pasaría la mañana con él.

Me acosté y a los pocos minutos me dejé llevar por los brazos de Morfeo.

Desperté al día siguiente sobresaltada, ya que la puerta de mi habitación se había abierto.

-¿Qué haces aquí?- Le pregunté a mi padre, quien había entrado sin ningún permiso.

-Quería decirte que tu madre y yo estaremos unos días fuera- Explicó sin acercarse ni un milímetro más a mí-, ten cuidado con lo que haces que te conocemos.

-Sí, sí, nada de fiestas locas- Dije rodando los ojos.

-Bueno, pues eso- Soltó finalmente-. Cuídate.

Salió de mi habitación y al rato escuché su coche arrancar. Estaba sola. Me dirigí a la cocina y me preparé algo de desayuno. Me lo tomé con tranquilidad, sin prisas. Sin embargo, el timbre de la casa sonó interrumpiendo mi momento de soledad. Me acerqué a la puerta y por la mirilla vislumbré a Rubén distraído con algo del jardín. Abrí la puerta y le besé sin pensármelo dos veces.

-Estás de buen humor por lo que veo.

-Sí- Respondí añadiendo una "p" al final-, tengo la mañana libre y pienso pasarla junto a ti.

-¿De verdad?- Preguntó incrédulo.

-Que sí tonto- Corroboré revolviéndole el pelo-, espera que me cambie y ya soy toda tuya.

-Yo te veo muy bien con ese pijama tan corto y transparente.

Rodé los ojos y subí corriendo a vestirme. Cuanto estuve lista, bajé al salón donde mi novio me esperaba felizmente. Aprovechando que estaba de espaldas a mí, le tapé los ojos.

-¿Quién soy?- Pregunté divertida.

-La mejor novia del universo- Respondió el girando y besándome dulcemente-. ¿Vamos?

-Claro- Exclamé cogiéndole de la mano y tirando de él hacia la calle. Pero a medio camino me interrumpió una llamada -. ¿Sí?

-Alex, te recogemos en dos minutos- Dijo la voz de la secretaria.

-¿Qué? Pero... ¿No tenía la mañana libre?

-Tenías, tú lo has dicho- Explicó-. Ha surgido una entrevista a la que quieren que asistas.

-Vale, estaré lista.

-¿Qué ocurre?- Preguntó Rubén en cuanto hube colgado.

-Tengo una entrevista- Solté emocionada-, lo siento pero tendremos que dejar esto para otro día.

-Claro, tu fama ante todo. No te preocupes- Sin embargo, sabía que le había molestado.

Dj 71Donde viven las historias. Descúbrelo ahora