Capitulo 38

453 31 10
                                    

-Vale, se acabó -Dijo mi hermana de pronto-. Llevamos toda la tarde hablando y sé que estás feliz, pero hay algo más, ¿verdad?

-No...

Ella alzó una ceja. Era mi hermana melliza, a pesar de la distancia, seguía conociéndome mejor que nadie.

-Bueno, es que conocí a un chico y...

Ella no me dejó terminar, ya que se encontraba gritando como una posesa y pegando saltos por todo el jardín.

-No te hagas ilusiones, María -Susurré entristecida por volver a pensar en Rubén-, creo que lo hemos dejado.

-¿Crees?

Asentí sintiendo sus brazos rodearme en un cálido abrazo. Sabía perfectamente que ella estaba confundida y querría que se lo contara todo, pero a pesar de aquello de "Hablar de ello, es el primer paso para ser feliz.", yo no me sentía lista para hablar del tema.

-Cuéntame qué ha pasado, por favor -Suplicó.

Con la voz rota, comencé mi relato. Algunas pequeñas lágrimas amenazaron con salir de mis ojos, pero lo impedí.

Todo aquello me superaba, seguía sin entender sus palabras, las cuales se repetían una y otra vez en mi mente, martilleándome y destruyéndome poco a poco. Dolía, dolía mucho sacar a la luz todo eso. Era algo aún demasiado reciente y yo seguía en una situación como de shock ante aquello.

-No sé qué decirte, hermana -Finalizó ella.

-No hace falta que digas nada.

Sin embargo, sabía que ella sí tenía algo que decirme, sabía que ocultaba algo.

-¿Quieres que hagamos algo y te despejas?

-Me parece bien -Respondí fingiendo una pequeña sonrisa.

-Vamos.

María me agarró fuertemente de la muñeca y tiró de mí fuera de casa. Corrimos un buen rato, sin saber muy bien a dónde íbamos; hasta que llegamos a aquel parque donde siempre quedaba con mis amigos después del instituto. No iba desde días antes de Tomorrowland y se me hacía realmente extraño.

-¡Lucas! -Gritó mi hermana.

Aquel muchacho, que en su tiempo estuvo obsesionado por "Dj 71", se giró encontrándose con nosotras dos. Su expresión cambio de una aburrida, a una en la que se podía observar una gran emoción y lujuria.

-¡Alex! -Chilló él-. ¡Has vuelto!

-¡Sí! ¡Volví esta mañana! -Grité imitando su graciosa voz.

-Tenía muchísimas ganas de verte.

-Y... ¿A qué se debe tu repentina amistad hacia mí? -Pregunté haciéndome la tonta-. Ah no, se me olvidaba, que soy Dj 71.

-¡Exacto! -Gritó entusiasmado, llamando la atención del resto de nuestros amigos-. Bueno, antes también eras mi amiga.

Reí ante su hipocresía y le pegué un guantazo.

-¿Pero qué haces? -Preguntó alarmada María.

-¿Te crees que soy tonta? -Solté ignorando por completo a mi hermana. -Sé perfectamente que antes no te caía del todo bien y mira que casualidad, me hago famosa y me convierto en tu mejor amiga. Así no van las cosas.

-Pero...

-Pero nada -Le corté-. Me voy, María.

-Pero habíamos quedado con Laura...

-Pues dile que venga a casa, pero no quiero estar aquí.

Dj 71Donde viven las historias. Descúbrelo ahora