Capitulo 28

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Cerré con nervios la maleta y miré a Rubén, él me tendía el móvil, haciéndome ver que tenía que llamar a Syco Music. Estaba muy nerviosa, temblaba y me sudaban las manos.

-Venga, tú puedes.- Dijo Rubén tranquilamente.- Solo llama y di que aceptas.

Asentí no muy convencida y cogí el móvil, busqué en el registro de llamadas y la inicié. Esperé unos minutos hasta que alguien descolgó.

-Syco Music, buenos días.- Dijo un chico de no muy avanzada edad.- ¿En qué puedo ayudarle?

-Hola, soy Alex...- Dije intentando ocultar mi pánico.

-Ah sí, Dj 71.- Dijo aquel muchacho con cierto entusiasmo en su voz.- Le paso con el director.

No me dio tiempo a pensar en aquello, cuando ya me encontraba hablando con el director de Syco Music, cuyo nombre desconocía. Tenía una grave y ronca voz, pero que emanaba confianza.

-Así que tú eres la famosa Dj 71.- Dijo el director.- Me han hablado mucho de ti y he escuchado tu música. He de decir que eres muy buena, me gustan tus mezclas.

-Gracias.- Respondí sin saber qué decir.

-Quizás hay algunos aspectos que se pueden mejorar.- Explicó haciéndome temblar.- Pero tranquila, tenemos un gran equipo que te ayudará con eso, si quieres unirte a nosotros claro. ¿Quieres?

-Estaría encantada.- Dije aún atónita.

-De acuerdo.- Por la forma en que habló, podía asegurar que tenía una sonrisa en su rostro.- Maravilloso. Tengo entendido que ahora mismo estás en Tomorrowland, ¿cierto?

Rubén me miraba expectante, esperando alguna señal de que todo iba bien. Le sonreí.

-Sí, mañana temprano sale mi avión de vuelta.- Había comprado billetes para Rubén y para mí, después de lo ocurrido no volvería en el mismo coche que Laura y Guille.

-Fantástico, cuando llegues a Madrid ven a mi despacho para firmar el contrato y hablar sobre tu prometedora carrera como Dj.

-Gracias.- Dije con una gran sonrisa.- Eso haré.

-Que tengas un buen vuelo.

Dicho eso ambos colgamos y dejé caer el móvil sobre la cama, aún sin creer lo que estaba pasando. Rubén se acercó y me besó apasionadamente, mientras sonreía.

-Te dije que todo saldría bien.- Dijo separándose de mí.

-Te amo.- Le respondí sonriente y volviendo a probar sus labios, esos que tan bien sabían.

La noche pasó rápida entre los brazos de mi novio. A la hora debida, el despertador sonó y ambos nos pusimos camino al aeropuerto. Al ser muy temprano, las calles estaba desiertas, con lo cual no tuvimos problemas con los setenta y unos. Sin embargo, cuando llegamos al aeropuerto, parecía como si todos hubiésemos elegido la misma hora de vuelo.

Estaba casi tan abarrotado como el festival y rápidamente algunas personas se fueron dando cuenta de mi presencia. Gritos y mucha gente me rodeó de inmediato, separándome de Rubén. Intenté volver con él, pero mis setenta y unos eran lo más importante que tenía y no los iba a dejar tirados. Firmé muchísimos autógrafos y me saqué otras tantas fotos. Cuando la gente se fue yendo hacia sus respectivos vuelos, dejándome ver a Rubén hablar animadamente con Laura en un Starbucks del lugar, me acerqué a ellos.

-¿Laura?- Pregunté extrañada haciendo que ella y Rubén se giraran a verme.- ¿Qué haces aquí?

Ella miró con miedo a Rubén, quien le sonrió.- Quería hablar contigo antes de que te fueras.- Explicó jugueteando con sus dedos.

-Entiendo...

-Me he enterado de lo que mi hermano te estaba haciendo y quería pedirte perdón por como te he tratado.

-La que debería pedir perdón sería yo.- Dije segura de lo que decía.- Debería de haberte avisado o algo, pero no hacerte tanto daño. Me siento realmente mal. Lo siento mucho.

-Te quiero amiga.- Dijo ella sonriendo y abrazándome. Era la primera vez que nos abrazábamos, siempre había sido tan fría que no dejaba que nadie se me acercase. Abrazo significaba amistad y amistad, posible apuñalada. Pero Rubén me había enseñado que no todas las personas son así.- Siempre había querido abrazarte.

-Lo siento muchísimo.- Dije con lágrimas en los ojos.- Siento haber sido tan fría estos años, no haber visto lo maravillosa que eres.

-Sabía que aquella Alex con la que jugaba de pequeña seguía existiendo.- Dijo ella también con lágrimas en los ojos.

Miré a Rubén, quien observaba la escena con una gran sonrisa y me volví a enamorar de él. Aquellos ojos verdes que me observaban, ese pelo castaño peinado en una pequeña cresta en la punta, esa piel perfecta y morena, esos labios rosados y finos que besaría hasta quedarme sin labios. Aquel era el chico que amaba, aquel era el chico que me había cambiado y me había hecho mucho mejor persona.

Dj 71Donde viven las historias. Descúbrelo ahora