-Vamos, Alex -Dijo alguien haciéndome despertar-, hemos llegado.
Abrí lentamente los ojos, con sueño, sin ganas. Varios meses habían pasado desde aquel encuentro con Rubén en la estación, pero él seguía siendo mi primer y último pensamiento cada día. Su traición, por llamarla de alguna forma; la manera en la que me gritó, como si realmente hubiera sido mi culpa; y su mirada, de odio y enfado, sin el menor ápice de amor en ellos.
Me levanté de la pequeña cama del bus y me dirigí hacia el conductor, el cual había sido realmente simpático desde que comenzó el Tour Mundial; y que se hallaba tomándose tranquilamente un café en su asiento.
-Buenos días -Dije sonriente.
-Buenos días -Respondió él con su rasposa pero amable voz-. ¿Cómo has dormido?
-Todo lo bien que se duerme en esas claustrofóbicas camas -Respondí encogiéndome de hombros ante su inminente carcajada-. ¿A dónde hemos llegado?
-A New York -Explicó tranquilamente mientras le daba un sorbo a su café matutino-, esta noche tendrás el concierto y después partirás inmediatamente en avión a Italia.
-Y con escala en Madrid -Añadió Alice que acababa de entrar por la puerta-. ¿Cómo estás?
-Bien, bien -Respondí sinceramente-, nerviosa por el concierto.
***
-¡Buenas noches, mis setenta y unos! -Grité eufórica entrando al escenario.
Los habituales gritos que me seguían a todas partes me inundaron los oídos, complaciéndome y haciéndome ver que seguía siendo la mejor en lo que hacía.
-¿Qué os parece si empezamos con "Ghost"?
De nuevo, todos los gritos se hicieron escuchar por el gran estadio y, sonriente, comencé a moverme entre los botones de mi mesa de mezclas.
El concierto avanzaba de maravilla, como era normal en mí; y cada vez sentía mas adrenalina en mi cuerpo, haciéndome chillar, disfrutar y bailar junto a la multitud. Aquello era simplemente perfecto. El público gritaba mi nombre una y otra vez entre las canciones, bailaban, reían y se dejaban conmocionar por mi perfección en la música Dubsteb.
El final del concierto fue una completa locura. Las personas allí presentes me pedían más y más, los fuegos artificiales hacían brillar el estrellado cielo y yo, sonreía satisfecha por otro magnífico concierto más.
Salí del escenario encontrándome con todo mi equipo, felicitándome por mi maravillosa actuación y llevándome rápidamente de un lugar a otro; de manera que, sin darme cuenta, ya me encontraba en el bus camino del aeropuerto. Una vez allí, me despedí del conductor, que se iría junto al autobús en otro avión dispuesto para ello, y accedí al vuelo que me correspondía.
-¿Sabes qué? -Soltó una chica que se encontraba sentada detrás mía.
-¿Qué? -Preguntó la que supuse sería su amiga.
-He oído a unas azafatas hablar de que esa... ¿Cómo se llama? -Comenzó con cierta duda en lo que hablaba-. La Dj 72 o algo así.
-Ah, sí, sé de quién me hablas -Explicó la amiga.
<<No saben que estoy sentada aquí.>>
-Pues dicen que viene en este avión también -Dijo riendo.
<<¿De qué se ríe?>>
-Pobrecita -Siguió su amiga-, seguro que no tiene dinero para un jet privado.
-¡Ya ves! -Levantó la voz la primera chica-. Seguro que con lo que se le ha subido la fama a la cabeza habrá perdido a todos sus fans. Que tonta, tanta fama no debe de ser buena.
-Yo en su lugar habría aguantado más, la verdad.
No les grité nada allí en medio por no montar el número del siglo, para que todos los paparazzis se regocearan en mi locura. Me quedé en mi sitio, cabreada por lo que habían dicho de mí; sin embargo algo en mi interior estaba cambiando.
<<¿Y si llevan razón? Es demasiada casualidad que pensaran igual que Rubén... ¿Se me habrá subido la fama a la cabeza?>>
Entre pensamiento y pensamiento, me dejé llevar por el sueño en aquel largo viaje, dejándome volar entre la senda de los sueños...
-Te echo de menos, Alex.
-¿Rubén?
La sombra agachó la mirada y dándose la vuelta, se fue.
-¡Rubén! ¡Rubén! ¡Vuelve por favor, te necesito! -Gritaba desesperadamente mirando hacia todos lados.
Entonces, la misma sombra apareció detrás mía. Llevaba capucha y la cara irreconocible, pero por un extraño sentimiento sabía que era él, que era Rubén.
-Te dejaste llevar por la fama y te alejaste de nosotros.
De pronto me encontraba rodeada de todas las personas que alguna vez pudieron ser importantes para mí. María, Laura, mi madre, mi padre, Lucas, Guille... Demasiadas personas a mi alrededor, gritándome, regañándome...
-¡Alex! ¡Despierta!
Abrí los ojos de golpe, sin saber que había pasado, alarmada.
-¿Qué... Qué pasa? -Pregunté cerrando un momento los ojos y apoyando la cabeza en mi asiento.
-Ya hemos llegado -Comentó Alice-. Ya se han bajado todos y tú también deberías bajar.
Asentí y bajé del avión maleta en mano. Madrid. De nuevo me encontraba en España, en la misma ciudad que Rubén; sin embargo solo me encontraba allí por unas horas, o eso creía mi equipo.
Había tomado una decisión.
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Dj 71
Novela JuvenilAlex, es la Dj más importante del mundo, pero nadie sabe que es ella.