Agarré mi mochila, dedicida y salí por una de las puertas de emergencia. Seguramente ya se habrían percatado de mi ausencia y me estarían buscando desesperadamente, pero necesitaba hacer esto.
Seguí caminando por las afueras del aeropuerto rezando porque tuviese tiempo de coger un taxi antes de que alguien me reconociera, y así fue.
-¿A dónde, señorita? -Dijo el taxista sin mirarme y preparando el taxímetro.
Le dije la dirección sin dudarlo un segundo y acto seguido, el coche arrancó camino de lo que había sido mi casa durante toda una vida.
En el trayecto había comenzado a llover ligeramente, así que me dediqué a obserbar las gotas resbalar por mi ventana. Era algo que solía relajarme notablemente, pero que aquel día solo consiguió deprimirme más aún y hacerme pensar mucho en lo que pretendía.
Una vez allí, le pagué lo debido al hombre y me bajé, mochila en mano, hacia casa de Rubén. Observé mi casa, la cual seguía exactamente igual que cuando la había dejado hacía ya bastante tiempo; algo que no me sorprendió en absoluto.
<<No va a funcionar y lo sabes.>>
Me coloqué la capucha de la sudadera por intentar mojarme algo menos, aunque de poco sirvió, y como una tonta llamé a su casa. Había visto la luz de la habitación de Rubén encendida, así que sabía que al menos él, estaba.
Estuve varios minutos esperando, pero nadie me abrió la puerta. Llamé varias veces, sin obtener respuesta hasta que opté por la solución más absurda y desesperada; pero es que en mi caso, lo estaba.
Me acerqué a la pared en la que se encontraba la ventana de Rubén y como la loca que era, me puse a gritar.
-¡Rubén! -Grité lo más fuerte que mi voz me permitió-. ¡Rubén, por favor sal! ¡Necesito hablar contigo joder!
Segundos después, pude ver como un Rubén mucho más musculoso y con el pelo algo más largo, se asomaba a la ventana con cara de sentirse molesto.
<<Es tu oportunidad, Alex, ahora o nunca.>>
-Lo siento, ¿vale? -Comencé mirándole a los ojos-. ¡Lo siento! Ódiame si quieres, lo entenderé. Fui una estúpida dejándome llevar por la fama y lo que ello me brindaba.
>> Me repetían constantemente lo bien que lo hacía y como la idiota que soy, empecé a creérmelo. No me di cuenta de que con ello, os estaba haciendo daño a Laura, a María y sobretodo a ti. No me di cuenta de que lo que realmente me importaba era estar a tu lado y tenerte conmigo. No me di cuenta de que no quería ser famosa y mucho menos si eso conllevaba perderte en el camino. Echo de menos tus abrazos, tus caricias, tus sonrisas, tus miradas, tus besos... Echo de menos reír junto a ti, salir contigo y pasar los mejores momentos de mi vida junto a ti. Te echo de menos y sé, que posiblemente no pueda recuperar todo eso, pero al menos quería que lo supieses; que supieses que eres el único chico que jamás he amado de verdad y que supieses, que aunque en tu corazón ya no haya gueco para mí, en el mío siempre guardaré esos recuerdos en lo más profundo.
Él, sin decir nada, se adentró de nuevo en su habitación cerrando la ventana tras de sí. No pude evitar sentir que no había servido de nada, era lo más seguro en aquella situación; así que me derrumbé sin poder contener las lágrimas.
Le había perdido, le había perdido para siempre y aquello sí que era doloroso. Sentí una punzada de dolor en el pecho y ganas de gritar. Sentía que no podría seguir adelante, que no podría aguantar eso mucho más.
-Alex -Escuché decir una voz..
Con la poca fuerza que me quedaba, levanté la mirada hasta encontrarme con su esbelta figura frente a mí. Le miré con ojos vidriosos, intentando aguantar las lágrimas y pensando que había venido a burlarse de mí. Sin embargo, contra todo pronóstico, se agachó y me besó.
Pasó sus manos por mi cintura mientras yo me quedaba inmóvil sin saber bien qué estaba pasando.
-Veo que la Alex de la que me había enamorado, ha vuelto.
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Hey hey heeeeey
solo queria decir que este no es el final, aun me queda por subir el epilogo :')
Espero que os este gustando tanto como a mi escribirlo <3
Os quiere, Lola

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Dj 71
Teen FictionAlex, es la Dj más importante del mundo, pero nadie sabe que es ella.