-Cariño, por favor, haz algo-. Escuché decir a mi madre desde el piso de abajo.
Sin hacerles mucho caso, me encerré en mi habitación un tanto cabreada. No soportaba que me tratasen así, no sé como no se enteraban de que no quería más relación con ellos, me dolió mucho lo que hicieron y no se lo perdonaría por nada del mundo.
Abrí mi ventana para encontrarme a Rubén en su habitación leyendo. Se le veía muy concentrado y no pude evitar soltar un suspiro enamoradizo. Cuanto lo amaba.
-Hija, abre por favor-. Dijo mi madre llamando a mi puerta.
No respondí.
-Alex, no soporto estar así-. Empezó a decir-. ¿Por qué te comportas de esta manera?
No aguanté más y abrí la puerta de golpe. Me la encontré con una pequeña lágrima que limpió instantáneamente.
-¿¡Qué por qué me comporto así!?- Pregunté realmente cabreada-. ¿¡Cómo me preguntas eso!? ¿¡Es que acaso no te das cuenta!?
Ella negó aguantando las lágrimas y pude notar como Rubén centraba su mirada en nosotras.
-¿¡Es que acaso no te acuerdas de Jennie!? ¿¡Es que acaso no te acuerdas de lo que le hiciste a mi propia hermana, tu hija!?- Grité soltando todo lo que tenía en mi interior-. ¡La abandonasteis solo porque era parapléjica! ¿¡Qué clase de persona hace eso!? ¡Sé que fue mi culpa, pero no teníais derecho a hacerle eso!
Mi padre apareció alarmado por el rellano de las escaleras y mis lágrimas amenazaban con salir poco a poco.
-Hija, perdóname-. Dijo mi madre con la voz rota-. Déjame explicarte...
-¡No!- Rugí sin dejarle acabar-. ¡No quiero explicaciones! ¡No quiero nada!
Salí corriendo por el pasillo, sin poder evitar chocarme por el hombro con mi padre. Pero no le hice caso y salí corriendo de casa. Me dirigí a la salida para después llamar a la puerta de mi novio. Él abrió rápidamente y, sin decir nada, me abrazó. Estuvimos así un rato, él mejor que nadie sabía por lo que estaba pasando en aquel momento.
Me dolía mucho pensar que mis padres no se habían parado a pensar el porqué de mi comportamiento. Sentía un gran nudo en el estómago que no me permitía casi respirar.
-Tranquila, Alex-. Susurró aún abrazado a mí-. Ya pasó.
Asentí y, cogiéndome de la mano, me llevó al interior. Subimos a su dormitorio después de saludar a María, su madre.
-¿Qué quieres hacer?- Preguntó intentando animarme.
Me encogí de hombros y me dejé caer en su cómoda cama. Él se sentó conmigo y me besó, sonreí ante aquello.
-Te amo-. Dijo separándose de mis labios.
-Pero yo más-. Respondí sacándole la lengua.
-Pensaba que no eras de esas que se pasan el día "Cuelga tú" "No, tú" "No, cuelga tú"-. Soltó mofándose de mí.
-No soy de esas-. Expliqué con una mueca de asco.
-Ya claro-. Rió.
Estuvimos un rato riendo por aquella tontería, hasta que un recuerdo me quitó la sonrisa. Él lo notó y dejó de reír también para cambiarla por una cara de preocupación por mí.
-¿Qué ocurre?
-Es que...- Empecé agachando la mirada-. Tenemos que cancelar la cita de esta noche...
-¿Qué? ¿Y eso por qué?
-Tengo el primer concierto.
Vi perfectamente como poco a poco le iba molestando aquello. Noté mi corazón romperse en mil pedazos por aquella imagen tan desoladora.
-Bueno, no pasa nada-. Dijo ocultando la inmensa tristeza que yo sabía le había invadido.
-Lo siento muchísimo, Rubén, pero entiende que ¡es mi sueño!
-De verdad, no pasa nada mi amor.- Repuso poniéndose en pie. Se acercó a la puerta y se dirigió a salir-. Nos vemos mañana.
-Pero... ¿Te vas?
-Sí, se me había olvidado que tenía algo que hacer-. Mintió saliendo de la habitación.
Y me quedé allí, sola. No sabía si me sentía bien o no, me dolía como se había quedado Rubén, pero estaba realmente emocionada por mi primer concierto. Bueno, al fin y al cabo, él era mi novio y debía estar feliz por mí, ¿no? Tenía que entender que ser Dj era más importante que cualquier cita que pudiese tener.
Miré la hora, tenía media hora hasta que me recogieran, pero María entró en la habitación dándome un pequeño susto.
-¿Qué le ocurre a Rubén?- Preguntó algo alarmada-. Nunca le había visto así.
-No sé-, Mentí sin saber por qué- Me ha dicho que tenía algo que hacer y se ha ido.
Dudó durante unos instantes sobre si mi respuesta fuera real o no, y al final aceptó que podía llevar razón en lo que decía. Se acercó y se sentó junto a mí, observando cada mínimo detalle de mí.
-¿Sabes? Mi hijo ha tenido muchas novias, pero nunca me ha hablado de ninguna como lo hace de ti-. Explicó sonriente-. Cada vez que sales en una conversación, le sale una sonrisa tonta y le brillan los ojos; él realmente te ama.

ESTÁS LEYENDO
Dj 71
Teen FictionAlex, es la Dj más importante del mundo, pero nadie sabe que es ella.