Capitulo 29

638 42 12
                                    

-Última llamada para los pasajeros del vuelo 1348 con destino Madrid.- Dijo una voz por el megáfono.

Laura y yo nos separamos sonriendo.

-Que tengas buen vuelo.- Dijo ella.

-Gracias. Nos vemos allí, ¿no?

-Por supuesto.- Respondió ella abrazándome de nuevo.

Rubén y yo nos dirigimos a embarcar cogidos de la mano. La gente nos miraba y de pronto, otra vez nos encontrábamos rodeados de miles de personas. No me importaba, pero me estaba empezando a costar respirar. La gente se apelotonaba a nuestro alrededor organizando una avalancha inhumana. Se escuchaban gritos de emoción y alguno que otro de dolor ya.

-A ver, espacio.- Empezó a decir un agente, acompañado de una patrulla, acercándose a nosotros.

La gente los dejó pasar con dificultad y ellos nos abrieron paso hasta nuestra puerta de embarque. Cuando llegamos nos pidieron el pasaporte y el billete, y una vez comprobados, nos dejaron pasar a nosotros dos solos.

-A partir de ahora avisen cuando vayan a un lugar público, por favor.- Dijo el agente en inglés. Suerte que a esas clases sí atendía.

-Lo sentimos.- Dijo Rubén.

-No nos imaginábamos que fuera a pasar algo así.- Expliqué.

-Ahora avisaremos al aeropuerto de Madrid de que vais, pero que no vuelva a pasar, por seguridad.

Asentí y pasamos al avión. Nos habían dejado entrar solos, así que aún no había ningún otro pasajero, saludamos a las azafatas y al piloto como era costumbre y buscamos nuestros asientos. Minutos después empezaron a entrar más personas, nos miraban y algunas se acercaban a pedirme un autógrafo, pero no pasó nada más. Me pasé el vuelo durmiendo.

-Alex, despierta.- Me susurró alguien zarandeándome un poco.- Ya estamos llegando.

Abrí mis ojos encontrándome con los de Rubén. Sonreí y me incorporé en mi asiento.

-¿Estás nerviosa?- Me preguntó.

-¿Por qué?

-Por tus padres.- Explicó con tacto.- Tendrás que ir a casa, ¿no?

-Es verdad... No había pensado en eso...

-¿Y qué piensas hacer?- Preguntó echándose para atrás.

-Pues no sé, supongo que iré, entraré en casa y no mantendré palabra con ellos, como siempre.- Él me miró con desaprobación.- ¿Qué?

-Que vale que no les quieras mucho que digamos.- Empezó explicando.- Pero siguen siendo tus padres y no sé, quizás deberías intentar arreglar un poco las cosas.

-Por ahí sí que no paso.- Respondí rotundamente.- No desde lo de mi hermana.

-Bueno...

El avión aterrizó y cuando bajamos un grupo de policías nos llevó hasta un taxi sanos y salvos, debido a que todo el mundo se había enterado de que venía, no sabía cómo. Pero lo que me atemorizaba era el hecho de ver a mis padres, no tenía ni idea de como iban a reaccionar, pero la llamada que me hicieron no me daba muy buenas esperanzas.

El taxi paró entre la casa de Rubén y la mía, y después de una pequeña pelea, pagamos a medias. Cogí mi maleta y me encaminé a mi casa. Abrí la puerta del jardín y llamé a la puerta temblorosa. Me abrió mi madre, quien nada más verme se quedo paralizada.

-Hija... Has vuelto.

Dj 71Donde viven las historias. Descúbrelo ahora