4. Intruso

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Habíamos llegado a mi casa era algo pequeña, pero cómoda para cuatro personas, me gustaba, era rústica y tenía actitud, entre mi madre y yo decoramos el jardín con arbustos y flores, amaba las flores, tulipanes, rosas, orquídeas todas eran hermosas, tenía un impulso de mostrarle a Luke cada cosa que había plantado por mi cuenta, pero ya estaba oscuro y era difícil de admirar, además él seguía nervioso mirando a todos lados. 

– Relájate – dije tomando su hombros y sacudiéndolo con delicadeza. Soltó otra carcajada. 

– Espera tienes algo aquí – señaló una parte de mi franela, cuando baje la vista, paso su dedo por mi nariz – Caíste – sonrió. Yo rodé mis ojos divertida, el chico tenía su infantil sentido del humor. 

Por un momento fijo su vista entre los arbustos, pensé que los admiraba, pero sus ojois delataban algo de paranoia , no parecía que se quisiera ir. 

– ¿Quieres pasar? – dije incomoda, por cortesía, aunque mis padres no estaban en casa, habían partido hoy a Glasglow por un viaje de trabajo, regresaban en un par de días, a ellos no les gustaba que mi hermano Nate o yo lleváramos amigos sin permiso (así es, soy de esas adolescentes que obedecen), por eso él decidió quedarse en el apartamento de su novia, donde podían hacer prácticamente lo que quisieran, normalmente la abuela se quedaba con nosotros, pero a la viejita le surgió un viaje a Las Vegas que no pudo rechazar, setenta y cinco años y todavía conservaba su espíritu aventurero. 

Creí que había leído mi mente, ya que negó con la cabeza, yo sonreí y lo abrace por primera vez desde que lo conocí, él se tenso, entonces supe que no estaba acostumbrado a aquellos gestos, pero cuando envolvió sus brazos alrededor de mi, note como se relajaba. 

Lo despedí y entre a mi dulce hogar. 

La verdad, no soportaba un día sola y menos después del accidente de hoy. Así que me senté en el sofá de la sala, tome mi teléfono y llame a Dylan. 

– ¿Qué pasó A-a-a-ria? – rapeó. 

– Dy-y-y-lan ¿Puedo quedarme hoy en tu casa? Mis padres y mi abuela están de viaje y me siento sola. – estaba haciendo pucheros aunque él no pudiera verme. Nos teníamos tanta confianza que a mis padres no les importaba si dormía en el hogar de los O'Brien. Incluso Dylan había pasado noches aquí, nuestras pijamadas eran las mejores, aunque él prefería el termino, "Dylan & Aria's night".

– Sabes que siempre y cuando traigas chocolate eres bienvenida. – mi hermano de otra madre y su adicción a los dulces.

– ¿Tu madre no te lo prohibió? – exclame recordando lo hiperactivo que lo vuelve el chocolate, siempre parece tener más energía que un niño de cinco años. Es realmente latoso.

– Si, pero tú eres mi hermanita, no mi madre – rió al otro lado de la línea – Te buscare en una media hora primero terminaré de ayudar a mi papá en el taller. 

– Te espero, Aria a Dylan cambio y fuera. 

Subí a mi desordenada habitación mientras jugaba con el piercing de mi boca, para preparar las cosas que me llevaría a casa de mi mejor amigo, no podía faltar mi cuaderno de dibujos.

Cuando al fin termine de preparar mi mochila, la luz en mi habitación parpadeo y luego se apago. 

Suspire y decidí buscar un bombillo, baje las escaleras mientras silbaba una canción de Lorde, pero toda la casa se quedo a oscuras, era como una boca de lobo. 

– Oh Dios mío cuanta oscuridad – dije con aire dramático colocando mi mano en mi frente, luego saque mi teléfono del bolsillo de mi jean y lo posicione como si fuera una varita mágica – Lumos maxima – recite y encendí el flash del celular. 

Seguro era una falla eléctrica pero no iba a revisarlo, el metal y la electricidad son buenos amigos, tanto es que es un muy buen conductor, así que gire mi pequeño aparato y vi la hora. Dylan no tardaría, podría decirle que si revisaba los interruptores en el garaje le daría su chocolate. 

Resoplé y me dirigí a la cocina por algo de beber, uy jugo de piña, rico, me serví y mientras lo tomaba unas tres luces rojas y fijas aparecieron en la ventana al lado del fregadero, interesante, me acerque aun mas y no pude ver de dónde venían pero apuntaban a mi torso. ¿Qué demonios?

Retrocedí confundida ¿qué diablos era eso? Antes de que pudiera reaccionar una mano fría tapo mi boca, otra me sujetó de la cadera, mi cuerpo choco con otro y sentí como me llevaron hasta el piso, el impacto me aturdió. Un aroma a tierra húmeda recorrió mi nariz.

Ese idio...

– No te muevas Aria – susurraron sus labios húmedos en mi oreja, yo gemí frustrada y trate de retorcerme, pero el calor de su cuerpo era abrumador comparado con sus manos frías, así que lo mordí. Lo oí quejarse y me zafe sentándome.

– ¿¡CUÁL ES TU JODIDO PROBLEMA!? – lo empujé, estaba a punto de volverme loca, las ollas, los sartenes y cubiertos empezaron a vibrar, todo abandono su sitio y se movía de un extremo al otro .

Entonces oí vidrio romperse y disparos impactando contra el metal de los utensilios.


Magnetic. | 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora