37. Volátil

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Luke:

Estaba de vuelta en el laboratorio Mery quería mandarme aquí desde hace rato, el aislador presionaba mi tobillo como si estuviera diseñado para partirlo en dos supongo que por la singularidad de mi poder quieren mantenerme bien controlado, las luces extremadamente blancas y la anestesia dificultaban mi visión, había pasado un día de mi encuentro con Aria y un montón de emociones abrumaban mi mente, ella solía tener ese maldito efecto en mí. Joder, la extrañaba tanto como mi libertad, las pecas en sus mejillas, los restos del tono lila que solía usar, sus grandes ojos café ocultos detrás de esos lentes, cada parte de ella la había memorizado mejor que mi canción favorita y la extrañaba, aquel beso significo mucho, me devolvió una algo de esperanza, por lo que me prometí que en cualquier momento saldríamos de esta mierda, costara lo que costara.

Trate de moverme, pero como siempre mis manos y tobillos estaban atados a una camilla, pude visualizar a otra persona a mi lado, pero la falta de enfoque no me permitió reconocerla.

– ¿Aria? – pregunte esperanzado de que hicieran pruebas con ambos.

– También la extraño amigo, a ella y a Birdy – exclamo Dylan mi compañero de estos últimos días, no solíamos llevarnos bien hasta que conformamos parte de este nuevo experimento, me gire para tratar de verlo y al fin logreé enfocar las imágenes, se encontraba en las mismas condiciones que yo, solo que lucía mucho peor, su piel estaba brotada con pequeñas ronchas oscuras, sus ojeras eran inmensas.

– La vi hace unos días – sonreí recordando nuestro encuentro, seguía luciendo hermosa, el tiempo era relativo para mi aquí en M.A.C.E, las horas parecían días y las semanas décadas.

– ¿¡Enserio!? ¿¡Cómo está!? – respondió animado y preocupado.

– Mejor que nosotros – repuse en tono irónico y ambos comenzamos a reír sin gracia, cualquiera estaba mejor que nosotros, a excepción de Michael claro. Aria todavía conservaba esa chispa rebelde en sus ojos por mas cansada que estuviera. Dylan suspiro, supongo que estaba muy afectado para hablar, habían estado creando un pequeño suero para comprobar si podían reproducir mi poder en otra persona, así que ahí estaba frente a mí el primer ratón de laboratorio. – ¿Cómo lo estas llevando? – pregunté, me parecía injusto lo que ocurría con él.

– Ya no vomito, pero sigo con fiebre y mi piel se torna verde a veces a pesar del salpullido ¿acaso seré un reptil de mierda o una cosa así? No creo que termine con tus poderes, tampoco los quiero, lo único que deseo es que salgamos de este maldito lugar – preguntó con un semblante de dolor en su rostro, yo me gire para ver la escandilante luz en el techo, él no era el único que deseaba aquello.

Sebastián llego al cabo de unos minutos, últimamente se había vuelto más frio, obstinado y distante, incluso se había ausentado en los días anteriores, no es que me importara, todos parecían estar locos en este lugar, el joven lucia una banda blanca en su hinchada nariz y un ojo morado, alguien le dio su merecido.

– ¿Qué te pasó Sebas? ¿Aun aquí no te libras de los bravucones? – se burlo Dylan retorciéndose en su camilla.

– ¡Cállate! Veamos que tal van tus avances – espetó molesto, tomo un torniquete y lo coloco en el brazo de Dylan para sacar su sangre, luego se giro y vacio la inyectadora en un tubo de ensayo y se acerco a mi – Como no le puedo hacer nada a tu noviecita, me desquitaré contigo – susurro en seco así que sonreí con soberbia fue Aria quien le pateo el trasero, una enfermera se acerco temerosa con una inyectadora cuyo liquido era blanquecino, esa mierda me la habían administrado antes, esto no iba a terminar bien.

– No me es de extrañar que ella haya sacado la mierda de ti, woho, esa es mi chica. – exclamo Dylan mas animado haciendo que Sebastián se molestara aun mas.

Magnetic. | 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora