29. Genes

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El dolor de cabeza persistía por más pastillas que tomara, así que me rendí.

Me encontraba en la cocina de nuestra cabaña, sentada en el pequeño comedor de madera con mis codos apoyados en la mesa y mis manos sosteniendo mi cabeza, tenía la vista fija en la madera, pestañear requería de un gran esfuerzo, Birdy lucía cansada, pero definitivamente se veía mejor que yo, ella  preparaba panquecas y el olor a vainilla y chocolate revolvían mi estomago, experimentar dos veces seguidas un juego mental por tres horas y dormir unas dos horas, equivalía a sentirse como la mierda en la mañana.

– Aria ¿quieres chocolate o miel en tus panquecas?

– Quiero vomitar – gemí sin salir de mi posición.

Ella rodo sus ojos dando a entender que me consideraba dramática.

– No puedo creer que hayas superado el primer entrenamiento y para el segundo amanezcas como, como… – dijo en su acostumbrado tono tierno, sirviendo el desayuno en la mesa.

– ¿La mierda? – la interrumpí, Birdy no acostumbraba a decir malas palabras.

– ¡Sí, eso! 

– Oh lo siento por no ser tan mentalmente fuerte como tú y ahorrarme la segunda ronda. – exclame abriendo la nevera con mis poderes para que ella pudiera sacar algo de jugo. Birdy me miró sorprendida por mis palabras, yo le sonreí – Te dije que no te subestimaras. 

– Gracias Aria, eres una buena amiga – y me abrazo, pero no estaba de ánimos para devolvérselo. – Luke quería quedarse contigo pero temía que te podía distraer. – agregó a la final, me sonroje ante su comentario.

– Supongo que no te lo dijo, sino que lo percibiste.

Ella sonrió en complicidad y comenzó a comer, a pesar de ser su mejor amigo Luke no le contaba muchas cosas a Birdy, ella solo las sospechaba o las sabia gracias a sus poderes. Lo que el rubio y ella no sabían era que él era mi ancla.

Después de desayunar nos dirigimos a la cabaña del profesor Kurt, quien nos daría algunos datos sobre nuestros avances, me pareció algo rápido, apenas llevábamos dos entrenamientos y ninguno había resultado excelente. Había una oficina muy parecida a la que tenía en la isla, la única diferencia es que esta era más pequeña, tenía una enorme pantalla detrás de su silla que lo ayudaba a mantener contacto con la isla principal, no poseía los sofás verde sino mini sofás color beige, nos dio la bienvenida junto a Sabrina y procedimos a tomar asiento.

Me senté con Luke en el posa brazos entrelazando nuestros dedos, pero antes de que el profesor pudiera incluso saludarnos, la pantalla comenzó a titilar y apareció la imagen de Ashton.

– ¡Profesor Kurt! He descubierto algo genial, tan increíble, no pude esperar lo siento, hemos sido unos idiotas estos últimos años – dijo excitado, lucía agotado y unas ojeras decoraban sus ojos verdes, su emoción lo hacía ver un poco neurótico.

– Con calma Ashton ¿Qué sucede? – pregunto verdaderamente interesado mientras tomaba asiento.

Ash echo un vistazo para detallar quienes estábamos en la habitación y cuando nos notó comenzó a saludar aun mas emocionado, todos agitamos nuestras manos en respuesta.

– ¡Somos unos tontos! Todos estos años hemos investigado la razón de nuestra condición como una especie de avance genético, como si estuviéramos evolucionando o teorías por el estilo. – el profesor Kurt y Sabrina asintieron – Pero nunca hemos encontrado la explicación exacta, o teorías sustentadas como La Evolución de Darwin.

»Por lo que me metí en la biblioteca, en el área de Historias de Jóvenes Excepcionales y sus Papeles en la Historia quizás para saber de dónde venimos teníamos que saber primero donde empezamos a surgir, lo que hicimos y todas esas cosas, por lo que encontré algo muy interesante, las mutaciones comenzaron a manifestarse justo después de la primera guerra mundial, los primeros de nuestra condición se presentaron en Australia  después en Latinoamérica, Norteamérica y en Europa para mediados de la Segunda Guerra Mundial.

Magnetic. | 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora