34. M.A.C.E

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– ¿Aria Mason? – me llamo una voz masculina, sonaba joven y jovial.

Mis mejillas estaban sobre el suelo frio, me levante para darme cuenta de que había hecho un charco de baba, así que me limpie avergonzada, no quería que estos enfermos me vieran así.

– ¿Estás bien? – pregunto de nuevo, levante mi rostro para buscar la voz y aun no enfocaba muy bien sonaba amable y verdaderamente preocupada, una sombra se formo frente a mí, pestañee para enfocar mejor pero resulto inútil.

– ¿Acaso luzco bien? – conteste sentándome.

– Pues, luces mejor que los otros, wow Aria, estuviste increíble, tu promedio fue cuatro de cinco, tienes mucho potencial. – el chico sonaba verdaderamente emocionado, yo entrecerré mis ojos de nuevo. – Lamento lo del suero y lo de Federico y tu cabello, es muy obstinado y no mide sus actos – exclamo atropellando las palabras, pero podía sentir que de verdad lo lamentaba – Podrás ver mejor en un par de minutos. Soy Sebastián Lars y soy el doctor de las pruebas, tu y ese chico rubio rockean, han sido los más destacados de los primeros setenta jóvenes.

¿Chico rubio? Al decir aquello mi corazón dio un vuelco, ¿estaría bien?

– Luke – dije su nombre sin pensarlo.

– Si si si, él – asintió el chico emocionado, recuperaba mi vista y logre detallarlo a duras penas, era muy joven, su cabello negro, ojos verdes y piel pálida, lucia como un nerd. Me sorprendió que no se escondiera detrás de ninguna pared o arma aunque el aislador estuviera fijado en mi tobillo, aquí parecían ser muy precavidos, pero el chico se veía fresco y confiado.

– ¿Él está bien? – pregunte ahogando un sollozo, tenía que ser fuerte, lo más probable es que él estuviera bien, Sebastian me dedico una mirada compasiva y asintió.

– También pregunto por ti, así que supongo que tienen algo de historia eh. – repuso amablemente, me sorprendía, él se veía diferente y lo más importante lucía preocupado, no entendía por qué rayos estaba de acuerdo con lo que pasaba aquí y eso me hizo molestar un poco, alguien tan inteligente no puede ser así de ingenuo, o cínico.

– ¿Qué edad tienes? Pareces un jodido niño insoportable viendo su maldita caricatura favorita – exclame irritada acariciando el mechón corto de mi cabello.

– Veintidós – dijo como un niño al cual acababan de regañar, eso llamo mi atención y gire a verlo de nuevo.

– ¿Qué son estas pruebas? – pregunte sentándome mientras abrazaba mis rodillas, él repitió mi comportamiento y se sentó frente a mi.

– Supongo que después de tu dibujo en el vidrio no le agradaste mucho a tu Doctor anfitrión y por eso no te lo explico – ah cierto mi hermoso dibujo de “die bastard” – Aquí evaluamos tus habilidades sensoriales, tanto las físicas como las mentales, así podemos medir tu potencial con respecto a tu mutación genética. Todavía quedan unas siete pruebas más, yo seré tu anfitrión en ellas.

– Woho, muero de la emoción – repuse sarcásticamente, extendí mi mano para tomar el carnet que colgaba del cuello del chico, el te tenso tanto que creí haber olido su miedo – ¿Dónde está mi collar? – le pregunte, recordando el trozo de madera que solía colgar de mi cuello haciéndome sentir como parte de algo.

– Todas tus cosas se te serán devueltas cuando vuelvas a tu habitación – dijo y yo asentí.

– ¿Me puedes decir algo?

– Claro lo que sea.

–¿Cómo carajos llegaron a la isla? – dije entrecerrando mis ojos cuidadosamente. Tenía miedo por más agradable que se viera Sebastian él solo era una célula en esta organización, lo más seguro es que me harían sufrir aun mas, pero no me importaba, porque en el fondo sentía que si dejaba que el miedo me domara, perdería la razón muy rápido.

Magnetic. | 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora