46. Salida

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Mis ojos se abrieron como platos.

La esperanza había vuelto a mí al igual que el azul a los ojos de Luke.

Luke dio un par de pasos hacia atrás y una silueta delgada y femenina se acerco al vidrio, lo toco con sus manos y luego a escupió sobre él. Un vapor comenzó a desprenderse de su saliva y se formaron pequeños agujeros,

Abrí mi boca impresionada, el vidrio se estaba deshaciendo, como si la chica escupiera acido, o quizás lo hacía.

La chica saltó dentro y quedo frente a nosotros, se giró para abrazar a Christopher mientras lloraba. Ella debía ser Stella.

Con su saliva súper corrosiva nos liberó de nuestros aisladores, acaricie mis muñecas y me levante algo aturdida, frente a mi estaba Luke sonriendo.

No podía creerlo después de todo, íbamos a salir, Luke volvió para rescatarnos, para rescatarme, mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no era el momento para llorar.

– Si llegaste a pensar que no vendría por ti, me siento ofendido – exclamo sarcástico colocando su mano en el pecho, yo me acerque para abrazarlo, mientras sonreía olía como siempre a pasto recién cortado y tierra mojada. Sabía que él no me dejaría aquí.

– Si si si, el amor que lindo todo, no tenemos tiempo – agrego una voz a espaldas del rubio, era un chico de la misma contextura y facciones que Stella.

Gemelos, pensé.

– ¡Esteban! – exclamó la chica algo apenada, a pesar de su tez morena se podía notar el rojo en sus mejillas.

– Él tiene razón – susurre. – No hay tiempo que perder.

Luke me tomo de la mano y salimos de esa recamara para encontrarnos con un inmenso laboratorio como los que veías en las caricaturas, cualquier tipo de tubos de ensayo, matraz, balones de destilación, hirviendo de un lado a otro, líquidos de diferentes colores atravesándolos, maquinarias extremadamente modernas haciendo análisis e imprimiendo resultados y por supuesto no podían faltar los cientos de vigilantes armados y apuntándonos.

Cuando comenzaron a disparar Luke y los gemelos iban a la delantera, con un leve movimiento de manos, un montón de raíces brotaron del suelo amarrando a los sujetos y despojándolos de sus armas, Stella comenzó a escupir sobre sus armas desintegrándolas en el acto, yo desviaba los dardos y otros cilindros de metal que viajaban rápido ¿acaso eran balas? ¿estaban así de desesperados?

Pero el chico, Esteban, me dejo anonadada, tomaba tubos de ensayos vacios y se los tragaba completos, después eructaba y escupía, pero cuando su saliva tocaba el suelo se producía una pequeña explosión haciendo retroceder a los demás.

Este chico era aun más peligroso que su hermana.

Una vez despejada la zona, Luke volvió a tomar mi mano y me jalo hacia un enorme ascensor, detrás de nosotros venía Calum quien se había convertido en un tigre, Lia, Christopher y Stella.

Esteban se rezagó un poco para sabotear los instrumentos en el laboratorio.

– Esteban, mueve tu culo aquí adentro ¡ahora mismo! – grito su gemela. El humo se comenzó a formar en los alrededores y el fuego cobro vida, Luke invoco mas  vegetación para avivar las llamas, el moreno corrió al ascensor y justo antes de que se cerraran las puertas entro con un salto golpeándose contra una de las paredes.

Mientras subíamos el ascensor se sacudió debido a la explosión producida en laboratorio, las luces se volvieron rojas aquí adentro y una escandalosa alarma comenzó a sonar deteniéndolo, nos habíamos quedado atascados.

Magnetic. | 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora