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Luego de devolver aquel suéter se abrió paso a un camino de vuelta a la casa en medio del bosque, sentía un frío fatal y un hambre sofocante que a decir verdad era lo que menos tomaba en cuenta. Aquella nieve blanca le trajo recuerdos amables y a la vez bastante llenos de dolor; recordó el chocolate caliente que hacia su madre en noche buena, los juegos de mesa que su hermano ponía en la sala de estar y jugaba con sus padres hasta altas horas, las notas que le dejaba su padre cuando quedaba sola en casa y se ponía a cocinar para que su día mejorara y cuando iban a patinar al lago en medias para resbalar mejor... Extrañaba todo aquello con el alma.

En su camino vio un gran lago no muy lejos de la casa, con ramas y rocas que sobresalían de él y aprovechando que para aquellas botas oscuras usaba medias se sacó sus botas y caminó hasta él, tan pronto estuvo a la orilla puso sus piernas en posición india para caminar y empezó a patinar por encima deslizándose. ¿Hace cuanto que no lo hacía? ¿Dos? ¿Dos años y medio? No lo sabía en concreto, sólo sabía que desde que no lo hacía nunca se había sentido tan alegre. Una figura castaña salía de un árbol, la tierna Sally la observaba con curiosidad y anhelo y de todos los humanos aquella joven no le vio con miedo, asco o indiferencia. Que linda sensación.

Cuando patinaba pudo recordar con cariño aquellos recuerdos de su hermano diciendo "soy mejor que tú patinando" y ella le contra decía con un "Ya lo veremos". De inmediato paró de patinar y la pobre Sally a lo lejos temió que la hubiese visto. La chica a la que estaba observando sólo miraba un punto indefinido y como si fuera una tubería en fuga empezó a derramar lágrimas que nunca se daba el lujo de derramar por puro orgullo.

La niña estaba en duda ¿Y si iba a consolarla? Eso parecía ser agradable pero ¿Y si se molestaba? ¿Y si la alejaba? Eso la pondría mal, con algo de culpa se alejó en silencio de la mayor y se fue...

Michelle estaba en un lío de sentimientos horrible, sentada sobre el frío hielo dejaba a sus sentimientos surgir a flor de piel y eso la incomodaba mucho. Limpio esas lágrimas que dejaban huella en sus blancas mejillas y se paró del hielo y con el mismo ritmo del inicio se acercó a la orilla del lago donde se llevó una sorpresa un tanto curiosa, la misma figura un tanto tetrica del señor alto la miraba. No veía ojos pero si sentía como la observaba y con dignidad se puso sus botas negras y se marcó en dirección a la casa, a la cual sólo entró.

Sus deseos en ese momento eran muy contradictorios, en el salón principal se presentaba un acto entre cómico y violento. Hoodie tomando a Masky por debajo de sus hombros mientras este casi mataba a Tobby quién se reía sin reparos y Sally reía ante esa escena con tranquilidad junto a un árbol de Navidad incompleto.

Sonrió un poco ante esa escena y por curiosidad se asomó con vergüenza al salón donde Sally le vio con alegría.

Sally : Hola Michelle ¿Nos ayudarás con el árbol?.

Le preguntó con curiosidad alzando la vista, su mirada verdoza era tan significativa como la de su hermano , aquel pequeño enano que a pesar de su edad era muy bajo. Con mucha vergüenza y también pena asintió acercándose al árbol a la fuerza, cortesía dada por la pequeña castaña. Al estar de espaldas y tener a Sally a su lado sintió de nuevo esa sensación de ganas de llorar a mares, pero en un simple movimiento con su brazo hacia su frente espantó aquellas lágrimas traviesas llenas de dolor. Sin notar la mirada de aquellos tres enmascarados siguió trabajando con la niña que hacia comentarios graciosos y entretenidos iguales a los que se le escapaban a su hermano.

♦Evitación♦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora