Capítulo: 22

11 2 0
                                        


Meses después...

- Alison debemos de llegar a esa cabaña de ahí.- Le digo mientras le coloco bien la mano que tiene apoyada en mi hombro.

-Vale...- Intenta pronunciar con las pocas fuerzas que le quedan.

-Crees que nos encontraran después de todo?- Pregunto extrañada.

-Lo dudo Chloe. Los machacamos bastante.-

-Ya estamos. Te voy a dejar aquí sentada.-La dejo en las escaleras del porche.-Voy a revisar el perímetro.-

Me acerco a la puerta y miro si hay algo extraño dentro, pero no consigo ver bien por la oscuridad. Estamos de noche Chloe...Me digo y me doy un golpecito en la cabeza.

-Voy a entrar.- Le grito a Alison y saco mi catana por sí las moscas. La puerta está atascada con algo debo ir a ver si hay alguna ventana abierta. Miro y sí, la encontré. Levanto la ventana y me cuelo en esa casa tan diminuta, pero a la vez acogedor. No hay mucho polvo, y el sofá parece limpio y cómodo. Perfecto para esta noche. Me acerco más y veo una escalera que lleva arriba. No sé si debo, pero es necesario. Subo despacio y veo una tenue luz que proviene de una habitación...Por favor que no sea un gimera. Empiezo a olisquear y no parece ser gimera...si no ¿humano? Un humano que ha sobrevivido...Es posible? Me acerco un poco más a la puerta y observo a un hombre vestido de negro tumbado en la cama y escribiendo algo. Tiene el pelo oscuro y un poco rizado. Parece que le da mucho problema peinarlo. A esta luz no consigo ver sus ojos, pero también parecen oscuros. Lleva barba de más de una semana. Le queda bastante bien. Oh, no maldita madera. Mierda! Me ha visto. Está cogiendo una catana parecida a la mía. Tengo que correr, pero mis pies no consiguen moverse.

-Qué cojones...- Vaya ese lenguaje que tiene el chico. Pero parece muy sorprendido.

-Que amable...-Le digo cortante.-Me vas a matar? O estarás observándome.-

-Bueno...no pareces ser esa cosa fea que se alimenta de la sangre humana.-

-No, no soy esa cosa fea.-Le digo cortante, porque sigo sin poder moverme.

-Pero si no lo eres...por qué no puedes moverte?-

-Y yo que sé!-Le contesto cabreada.-Tu lo sabrás no?-

-Sí. Curioso.- Me mira e intenta peinar un poco su pelo.

-Que es lo curioso?-

-Que en esa esquina.-Me señala a la derecha.- Hay una planta que produce polvo. Es decir, está llena de polvo y al detectar una parte de esa especie de lagartija enorme o lo que sea, se activa. Y los paraliza.-

-Entiendo...Y al mezclarse el polvo con el aire se paralizan porque se les taponan las vías respiratorias lo que te da más ventaja para matarlo.-

-Exacto. Pero tú puedes hablar, salvo que no te puedes mover.-Me sonríe con malicia.

-Soy...medio-gimera.- Le digo preparándome para una decapitación rápida.

-Entiendo...-Se acerca a mí. Me roza la mejilla y luego el labio inferior.-Eres real...si.-

-Claro que soy real!.-Le grito.-Suéltame ya! No vengo a chuparte la sangre ni a matarte. Mi amiga necesita ayuda. Y ya!- Le desafío con la mirada cuando me salta:

-Soy John, encantado.-Me estira el brazo para saludar.

-Chloe.-Y le miro de mala gana aun peor.

-Está bien.-Saca de su bolsillo un pequeño mando y pulsa en el botón rojo. Y siento como mis piernas y mis manos puedan moverse.

-No te voy a decir gracias, si eso es lo que esperas.-

-No lo esperaba la verdad. Llévame hasta tu amiga.-

Bajamos al porche y veo que Alison está más verde que antes. Esto no me gusta.

-Ali, este chico te va a ayudar.- Ali abre los ojos como dos bombillas relucientes y estira el brazo para coger su espada. -No!- Grito e intento quitársela de la mano. -Es humano, un humano Alison!.-

-Un humano?!- Se extraña, deja caer su espada y se desmalla.

-Rápido cógele los pies.-

La cojo de los pies y John parece estar pensativo y observándonos a las dos y suelta:

-Soy científico. He experimentado con esas cosas feas antes de la guerra y descubrí su punto débil.-Me sonríe y pone debajo de la cabeza de A, una almohada.- Ahora sal. Dúchate y prepárate algo para comer. Yo me ocupo de ella.- Le miro a los ojos y parece que lo dice en serio, pero no sé. -Chloe, sal!.-

Me doy la vuelta cierro la puerta de ese despacho-laboratorio y me dirijo a la ducha.

En la cocina hay un montón de conservas. Sobre todo atún. Abro la nevera y veo salchichas y otros embutidos. Pero me decanto por un sándwich de queso. Y un poco de mostaza. Mientras me lo preparo, una puerta se acaba de cerrar y miro y es John.

-Cómo ha ido?-

-Bien. Se recuperará pronto. Pero ahora tiene que dormir y reposar.-

-Gracias, John.- Le sonrío mientras unto la mostaza en el pan.

-No se dan. Y veo que lo montas bien con tu bocadillo.- Mira el bote de mostaza. -Y que gustos más peculiares.- Murmulla.

-Sí, soy un poco rara con esto.-

-Bueno y cuéntame cómo habéis acabado en este lugar?-

-Pues estábamos escapando de las gimeras y a Alison le clavaron una garra de un gimera mutante. No sé cómo lo llamaras tú pero, si los has estudiado habrás visto a uno grande, negro, con garras y, ojos amarillos. -

- Sí, vi a uno. Parecen ser los jefes de los demás. -

- Eso parece. Pues él le clavó una de sus uñas y yo le corte el brazo entero. - Sonrío y me siento como si fuera una guerrera del mundo.- Después nos dijeron que huyamos... Y... - Miro al suelo. - Eso fue una masacre John. Vi a un montón de humanos pudrirse. No creo que haya sobrevivido alguien. Tienes suerte de no haber vivido ese momento.

- Tú crees que aquí todo estaba en silencio?- dijo él mientras me observaba. - Yo creo que es peor estar sentando en este sitio solo y escuchar los gritos de las personas que suplicaban ayuda. Sabiendo que no les puedes ayudar...Eso fue horrible Chloe.- Se le tensa el cuerpo. - Y mi amigo murió... Justo al lado de la casa. -

- Lo siento...- le interrumpo.

- Había salido a buscar una planta para mí, y por el camino se topó con una gimera y lo asesinó.- Me mira y parece como si su mirada estaba inspeccionando mis ojos.

- Que les pasa?- Pregunto extrañada.

- Se están volviendo blancos...-

- Como que blancos?-

- Chloe...- Se levanta despacio de la silla y con mucho cuidado se dirige al botón que sobresalta en la esquina de la puerta. - Lo siento por esto...- Noto como mis piernas vuelven a fallarme y una espesa oscuridad inunda mis ojos.

Un tiempo después parece que mi vista va cobrando un poco de color y los objetos cobrando forma. Una dulce voz me está susurrando al oído. Un aroma a un perfume de hombre que me gustaba desde siempre, empieza a llenar el aire.

- Creías que no me volverías a ver después de lo que me hiciste?- La voz de Evan me puso nerviosa. No podía verle, al igual que no podía hacer nada para protegerme.

Chloé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora