Capítulo: 23

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- Te había matado.- Dije yo intentando guiarme por su voz.

- Lo de cortarme el brazo no hará que me muera. Deberías saberlo, Chloe.- Y se acerca a mi oreja. - Sigues sin entenderlo verdad?-

- El que.- le digo cortante.

- El hecho de que soy inmortal.- Sonríe con malicia. Y unos ojos amarillos empiezan a brillar.- Aunque por lo que veo, te gusta la idea de saber que sigo vivo.-

- La verdad que preferiría verte muerto. Has matado a personas inocentes. - Le digo gritando y unas lágrimas recorren mis mejillas.

- Eso era una advertencia.- Me acaricia el pelo.

- Que advertencia?- Le Pregunto extrañada.

- De que te seguiré buscando hasta tenerte a mi lado.- Me da un beso en la frente y se va.

- Jamás...- Suelto entre los dientes pero no obtengo respuesta. Unos ruidos me desconcentran y una luz parpadeante no me deja ver bien.

- Estás bien?- la voz de John suena alterada.

- John?-

- Sí, soy John. Estas bien? - me vuelve a preguntar. Y otra vez ese ruido.

- Que es este ruido?- Me agarro de la cabeza.

- Es una tormenta. Empezó nada más caerte tú al suelo. -

- Pensaba que tú experimento no dejaba que me cayera.- Le miré a la cara que estaba alumbrada con una luz tenue y de vez en cuando por los rayos de la tormenta.

- Nunca fallaba... Pero ahora estoy dudando.-

- Dudando de la ciencia?-

- No, dudo de quién eres de verdad.- Me mira profundamente a los ojos.

- Soy medio gimera. Que más quieres saber.-

- Quiero saber cómo has hecho esto estando cinco horas inconsciente.- Me acerca un folio con una cara dibujada.

- Lo hice yo?- Pregunto extrañada.

- Bueno, Alison sigue en reposo, y yo no tengo dotes de pintor.- Mira la cara del papel. - Sabes quién es?- Me pregunta sonriente.

- Sí. - Trago saliva y continúo. - Es el culpable de todo este desastre que pasó hace unos meses.-

- Es el jefe?-Pregunta curioso.

- Digamos que sí. Pero no es el creador del resto. Es solo un asesino. Un ser vivo que "ni come, ni deja comer". - Le devuelvo la hoja. John se queda observando el dibujo un minuto más.

- Sabes que lo hiciste con tu propia sangre?- Se tuerce el labio como si sintiera el dolor que supuestamente debí de sentir.

- Interesante...- Me miro las manos, pero en ellas no hay ningún rasguño. - Yo no sentí ni siento ningún dolor.-

- Eso es porque después de terminarlo, tu piel se regeneró en cuestión de segundos. No me dio tiempo de grabarlo.-

- Me estabas observando como si fuera una de tus pruebas?- Le miro de mala gana.

- No, claro que no. Solo que nunca había conocido a alguien como tú.-Se rasca la barba.

- Como soy? -

- Eres hibrida. Y tienes poderes diferentes que los demás. Tus heridas se curaron en tan solo 20 segundos. Mientras que en un gimera, tarda en curarse dependiendo de la cantidad de sangre que se había bebido anteriormente.-

- Supongo que sería buen experimento para los demás científicos.-

- Entonces me dejas hacerte algunas pruebas?- Se frota las manos y me mira con una cara de pícaro.

- Vale. Pero yo pongo las condiciones.- Me levanto de la cama y veo que todo el suelo vuelve a dar vueltas.- John, creo que vuelvo a...-

Otra vez la misma oscuridad y ese mismo olor a ese perfume que literalmente me vuelve loca. De donde saldrá?

- Evan. - Digo con una voz firme.

- Chloe... Que sorpresa volver a tenerte en mis dominios.- Noto como su sonrisa llega de oreja a oreja.

- No estaría aquí de no ser por ti.- Le contesto desafiante.

- Yo solo hago mi trabajo...- Se acerca a mí y noto como su nariz se choca contra la mía.

- Pues...ya no tienes por qué hacerlo. No puedes conquistarme por mucho que lo intentes. Pierdes el tiempo con la persona equivocada.- Bajo un poco la cabeza y le muerdo el labio.

- Créeme, aún no terminé lo que empecé.- Me besa en la boca. - Ahora me iré. Tengo que encontrar a alguien que crees que nunca adivinaría donde estaba.-

- A quién?-

- Lo tienes siempre en mente. Pero nadie sabe de él.- Me pega un suave beso en la mejilla.

Un rayo de sol ilumina mi cara. Un olor a bizcocho recién hecho inunda mi ser. Que bien huele...

- Ya estas despierta. - La alegre voz de John me desconcentra.

- Y tu pareces demasiado contento para ver a tu "experimento" desmayarse ya dos veces seguidas.- Me acerco a por un trozo de bizcocho. Le pego un mordisco y sabe a gloria. Es un bizcocho con vainilla y trozos de plátano con unas pepitas de chocolate por encima. - Demasiado bueno...- Digo en la dirección de John.

- Al menos puedo prepararle cosas ricas a mi "experimento".- Me sonríe.

- No te pega ser tan majo.- Le suelto cortante. - Voy a ver cómo está Alison.-

Me acerco a la cama de Alison. Su piel está pálida aún y una enorme venda le cubre la mitad de su torso. Acaricio su pelo pelirrojo y toco su frente para comprobar si tiene fiebre. Pero está bien. Me siento al lado de su cama y me dedico a pensar en lo que me dijo Evan.

- "Lo tienes siempre en mente, pero nadie sabe de él."- Y vuelvo a repetirlo una y otra y otra vez.

- De...quien hab...las?- De repente una voz ronca de Alison me saca de mis pensamientos.

- Em... De nadie. Que tal estas? Te duele?- Me acerco rápido a ella.

- Es...toy bien.- Se toca el torso y hace una pequeña mueca de dolor. - Podrías llamar a ese rata a que venga a quitarme el vendaje?- Me río.

- Claro. Y llámalo John. No es una amenaza...de momento.-

- De momento?- Entra él y se peina su flequillo.

- Oh, quítame el vendaje, ya!- Empezó a gritar A.

- Sí, ahora voy.- Mientras John cogía los guantes y tijeras para cortarle el vendaje, yo me dedicaba a darle vueltas a lo de Evan.

Que sabrá Evan, que yo no sé? Y si he hecho algo, o escondí a alguien y él lo sabe? No puedo permitir que le haga daño a alguien a quien ni siquiera conozco. Y si le conozco pero algo o alguien me borró ese recuerdo? La verdad que no sería la primera vez que me pasa. Debería de salir. Tengo que salir y buscar, el que? Ni yo misma sé.

- Voy a salir.- Me levanto de la silla y me dirijo a la puerta.

- A dónde?- Gritan al unísono John y Alison.

- Fuera.- Digo cortante y pego un portazo. Me subo a la habitación de arriba y cojo mi catana y robo algunos polvos de John. -Eso me bastará para retenerlos por un tiempo.-

Al salir de la casa un aire fresco y puro me da la bienvenida. Me dirijo a inspeccionar el sitio donde murió el amigo de John. Pero no encuentro ningún rastro de él. Es extraño. Ya que tras un ataque tan grave de una gimera, debería dejar algún rastro de sangre y no lo hay. Ni siquiera alguna rama rota.

Chloé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora