Capítulo: 26

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-Qué es esto?- Pregunto extrañada y a la vez curiosa.

- Esto es un ring de sombras, es decir, que si dos personas o más se suben aquí, las vistas cambian. Está hecho para que ninguno de los luchadores se distraiga y se concentre el doble.-

- Oh... Interesante.-

- Si, hay muchas cosas interesantes por aquí. Ahora ponte en la posición de ataque. Así.- Me enseña cómo ponerme. - Ahora coge la catana y empieza a golpearme. - Cuando empecé a luchar contra Tay me sentí aún más fuerte que antes. No se me daba nada mal, pero aún me faltaba bastante práctica.

- Eres bastante buena para estas cosas, Chloe.- Me sonríe.

- Igual porque tengo un buen profesor.- Le devuelvo la sonrisa mientras le proporciono otro golpe de cual consigue escapar.

-Tal vez... Vayamos a por unas cadenas.-

-No, no, no quiero ser atada.- Le grito mientras mi cara es de puro horror.

- Jajaja, no te ataré, pero si te enseñaré lo que puedes hacer con ellas.-

- Está bien entonces. - Me dio una cadena de metal bastante pesada. No tenía nada que ver con la catana de antes. El metal era bastante frio y sobre todo brillante.

-Mira, las cadenas de metal son eficaces para cuando estés en un grupo numeroso de ellos. Tienes que tener siempre una cadena a mano. Cuando no puedas usar la catana al momento, podrás usar la cadena. Tienes que cogerla bien o si no, se te irá volando. Después puedes darles a varios a la vez mientras la haces girar en el aire. Como has notado es pesada y a buena velocidad proporciona golpes bastantes fuertes. Otra opción es que puedes ahorcar a uno con ella. Solo tienes que enganchárselo a alguien en el cuello.-señala como debe de ser- y estrujar con todas tus fuerzas.-

- Entendido. Ahora podemos entrar a esa habitación?- Le pregunto mientras dejo todas las cosas en sus mesas.

- Es tarde, mañana venimos.-Hago una mueca de disgusto. - Hemos pasado muchas horas aquí Chloe. Quiero pasar alguna contigo en la cama.- Sonrío y le pego un beso en la mejilla.

- Vámonos.-

Cuando salimos ya de esa caseta, era ya de noche. La temperatura había disminuido y hacia bastante frio para ser primavera. Sin embargo la noche era espectacular. Podías observar el cielo lleno de brillantes estrellas y la luna llena alumbraba el camino.

-Bonita noche.- Dice Taylor mientras me coge de la mano.

- Si... Pero un poco fría.- Le contesto y me pego a él. No solíamos cogernos de las manos, pero esta noche era algo distinta. Supongo que Tay estaba como yo... No quería estar lejos de mí.

Al abrir nuestra habitación nos topamos con un carrito lleno de comida. Supongo que eso sería la parte del banquete de la boda. En la mesa había un ramo de rosas y tulipanes frescos. Nos sentamos y Tay encendió una vela y yo puse la comida en la mesa. Un poco de salmón cubierto de mayonesa y queso al horno, algunos langostinos y sobre todo vino blanco del bueno.

-Vaya fiestón nos vamos a montar aquí.- Dijo Taylor mientras abría el vino.

-Bueno, yo quiero cenar rápido y pasar a la parte interesante de la noche.- Le suelto mientras me muerdo el labio.

-Vaya... no pensaba que te quedaba tanta energía.- Me mira con malicia mientras me echa vino en la copa.

- Soy una caja de sorpresas. Además que mejor que pasar la noche contigo haciendo lo que mejor sabemos.-

Tras cenar. Nos dirigimos cada uno a la ducha y después a la cama. Nos tumbamos y empezamos a mirarnos. Podía ver en sus ojos que estaba asustado, pero a la vez muy feliz. Le rocé la mejilla y le dije:- Todo saldrá bien.- A lo que acto seguido se levantó se puso encima de mí y pego su frente contra la mía.

-Quiero que me prometas una cosa...- Me dice mientras mira mi boca, luego eleva la vista a mis ojos. - Si las cosas se complican... Y yo no pueda protegerte o...- Le salen las arrugas en la frente y el chirrido de sus dientes indican que está bastante tenso.- O si muero...Quiero que huyas lo más lejos posible. Solo corre y corre hasta que te canses... Cuando crees que estés a salvo solo ahí puedes pararte a descansar. Pero no te quedes en el mismo sitio mucho tiempo, si Luzos aparece en tus visiones hazle entender que estas en un sitio que no sea en el cual estas. Le costará encontrarte si juegas con su mente también. Si todo está bien yo te encontraré y si no, intenta pillarle y mátalo. Mátalo por todos nosotros y por todos que van a caer... Procura...- Unas lágrimas cayeron de sus ojos sobre mis mejillas. No podía aguantar más asique, le bese, le abrace y nuestros cuerpos comenzaron a unirse. El introdujo su sexo en el mío. No parábamos de besarnos... Nuestras lenguas bailaban como si fuera la última vez que podían hacerlo. Después empezó a bajar hasta mi cuello y empezó a besarme sensualmente. A veces le daba vueltas con la lengua y mi piel se electrizaba. Subió a mi oreja y empezó a darle pequeños mordiscos. Yo le clave las uñas con más fuerzas y él jadeó. Empezó a moverse aún más rápido y rápido y los dos estábamos a punto de llegar al clímax. Entonces nuestras bocas volvieron a encontrarse y era el último puzle que nos hizo agitarnos y estremecernos en ese deseo que nos inundó. Era perfecto. Todo con él lo era.

Chloé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora