Recuerdos de sangre

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El breve lapso en que la conexión con Amadahy había estado rota le permitió a Dahlia contemplar los acontecimientos desde su propia óptica. El terreno circundante estaba repleto de ramificaciones resplandecientes y el suelo no cesaba de sacudirse. ¿Cuál era el significado de todo aquello? La jovencita permanecía en ignorancia casi absoluta en cuanto al origen del fenómeno que presenciaba. No sabía a ciencia cierta qué o quién la estaba induciendo para que actuara con tanta decisión y eficiencia, pero su corazón la impulsaba a creer que hacía lo correcto.

Cuando la joven Woodgate percibió de nuevo la presencia de la chica que luchaba en sincronía con ella desde algún rincón en la Tierra, las fibras de su alma se estremecieron. Un fuerte ardor que iba desde el pecho hasta la espalda la hizo temblar. Había tenido la impresión de que una larga y filosa espada estaba atravesándola de lado a lado. Sin embargo, no tenía marca alguna en la piel ni tampoco se avistaban señales de un posible atacante. Entonces, ¿por qué experimentaba aquel dolor? ¿Era el augurio de alguna desgracia?

Al reconectarse, la muchacha en Hélverask recibió, una vez más, las imágenes que los grandes ojos de la princesa Páyori contemplaban. La escena terrestre era bastante similar a la que tenía lugar en aquella lejana prisión estelar. A medida que las innumerables ramas luminosas lo iban cubriendo todo a su paso, los cuerpos de los seres allí presentes comenzaban a perderse de vista. Con todo, ninguno de aquellos impresionantes sucesos logró captar su interés, pues fue Nahiara quien atrajo la atención de sus pupilas.

Cuando los ambarinos ojos de Dahlia alcanzaron a cruzarse con el carmesí en los orbes de la emperatriz olvidada, la sensación de ardor en el pecho de la chica se intensificó. Por su parte, la pálida dama al mando de La Legión de los Olvidados se había quedado completamente inmóvil. Aunque no tenía la capacidad de ver más allá del intenso anaranjado en los iris de Amadahy, su alma detectaba la presencia de la dueña del cuerpo que ella portaba detrás de esa intensa mirada de fuego. El organismo de la Nocturna también experimentó un poderoso estremecimiento, seguido del agudo pinchazo en su tórax.

El sonido de un canto triste y remoto llegó a los oídos de las dos mujeres mientras estas aún se miraban. El timbre de la voz masculina era suave y armónico. Pronunciaba cada sílaba de manera lenta, como si pretendiese arrullarlas con la cantilena. El varón estaba utilizando un lenguaje que resultaba desconocido para cualquier oído ajeno al de las dos féminas. Con eso les daba a entender que el mensaje contenido en la canción iba dirigido solo a ellas.

—Fija tu mirada en las profundidades de la turbia esmeralda...

Ambas mujeres giraron la cabeza para observar la enorme expansión de ramas brillantes cuya tonalidad era verdosa. Para su sorpresa, la sustancia que le había dado aquella pigmentación a la creciente expansión de raíces luminosas estaba comenzando a separarse de los tentáculos. El gran muro intangible que surcaba los cielos se asemejaba a una catarata cetrina con aquel líquido nebuloso descendiendo sobre él. Poco a poco, el fluido fue acumulándose bajo cada una de las mujeres.

—Sumérgete en ella a través de los giros en los tres laberintos...

Tres remolinos se hicieron visibles en medio de los charcos verdosos a los pies de Dahlia y de Nahiara. Justo en medio de cada vórtice, un centelleante ojo del mismo tono de la sustancia se mantenía plenamente abierto. Desde las aberturas de los iris, seis hilos negruzcos de consistencia fangosa emergieron. Dichos filamentos se unieron entre sí de manera tal que llegaron a conformar un triángulo equilátero.

—Danza entre cementerios inmaculados...

Aquellos triángulos pronto se transformaron en figuras tridimensionales, pues dejaron de ser un simple dibujo plano sobre el terreno y se convirtieron en prismas triangulares. A medida que estos ganaban profundidad, las caras que yacían sobre la superficie del suelo iban desprendiéndose por completo de la misma. Ambas figuras sólidas ahora se encontraban flotando en el aire. No cesaban de dar giros a gran velocidad hacia todas las direcciones posibles.

Pacto de Fuego [Saga Forgotten #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora