Sweets to the sweet | ym

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Jimin se arrepentía de sentirse tan nervioso. ¡Min Yoongi era tan divertido e interesante! Su mirada fuerte realmente daba ideas preconcebidas de su personalidad, ¿quién imaginaría que sería tan lindo?

Aunque, bueno, él ya lo sabía, pero Min Yoongi jamás se daría cuenta de que él era fanático de Tryptich y miraba cada fancam y vlog de ellos.

—Entonceeees— Taehyung alargó tanto la "e" que el mayor de ambos tuvo que rodar los ojos — Min Yoongi, es decir, SUGA, mejor conocido en solitario como AgustD, el famoso y cotizado productor, además, uno de los mejores y más rápidos raperos del mundo... ¿Te pidió una colaboración?— 

—Síp— 

—¿Y te dijo que eras lindo?— 

—Uhm, eso creo...— 

—¿Y te llevó a un restaurante y pagó la cuenta él solito— 

—Ajá— 

—Jimin, ¡eso definitivamente fue una cita!— 

Jimin agachó la mirada hacia sus pies descalzos y soportó los brincos de Taehyung sobre su cama, los pequeños golpes con un cojín de pollito y gritos muy agudos para venir de la garganta de aquel actor con tan grave voz.

—No lo fue, Tae— 

—Oh, mi pequeño e inocente bebé. Cuando un hombre, o mejor dicho, un alfa, te paga la cuenta de todo lo que consumes -- — 

—¿Es tu sugar daddy?— 

—No, tonto. Es porque quiere quedar bien y darte una buena impresión— 

Bueno, eso no era necesario, porque él ya tenía una excelente impresión de Min Yoongi (aunque debía admitir que fue encantador el hecho de que lo invitara)

Esa tarde se había dado cuenta de los pequeños gestos que hacía su hyung al estar avergonzado o nervioso; aprendió que le gustaban las bebidas fuertes, solía fumar cuando estaba presionado y le gustaba aquel gracioso oso negro japonés llamado Kumamon. 

Tenía una risa casi silenciosa, una sonrisa tierna, hombros anchos, piel más blanca de lo que imaginó, una mandíbula fuerte y masculina, y una voz ronca de ensueño. 

Ese día se había portado como un caballero con él, ¡incluso lo había llevado hasta su compañía para acordar más encuentros frente a su director! 

—Solamente está siendo amable, Tae. Soy su dongsaeng, es un poco obvio que será así ¿no?— 

Taehyung lo miró con una expresión pícara en el rostro; tomó las pequeñas manos de su mejor amigo, acarició sus dedos y miró sus ojos directamente.

—Su forma de sujetarte cuando bailaron en la boda de Jin-hyung no me dice lo mismo— 

—¡Acabábamos de conocernos!— 

—Jimin, ¡por favor! Cualquiera podría enamorarse de ti en un instante, no por nada eras de los más populares en la universidad— 

Jimin lo miró serio, casi ofendido, y Taehyung sabía exactamente de lo que iba a hablar.

—Tú sabes que es por mi cuerpo— 

—Que aquel imbécil lo haya hecho sólo por tu cuerpo no quiere decir que todos los alfas sean iguales, Park Jimin— 

—Entonces, tal vez tú podrías dejar de rechazar a Hoseok-hyung— 

Taehyung soltó sus manos y suspiró con pena y molestia. Hizo un puchero y Jimin no pudo evitar pensar que parecía un cachorrito castigado.

Ambos se sobresaltaron al escuchar el tono de mensajería entrante de Jimin.

—Es Yoongi hyung— susurró, y Taehyung soltó un chillido parecido al de los pollos ruidosos apachurrables.

"¿Te gustaría salir el domingo? Tengo algunas propuestas. Podemos hablar de ellas mientras vamos por un helado, ¿qué dices?"

—Diosito mío, ese hombre está loco por ti— 

—El único loco aquí eres tú, Taehyung— 

—Escucha bien, Park Jimin: tal vez tu cabeza hermosa y hueca te hace ciego ante el amor ahora, pero te aseguro que me darás la razón después— 

—¿Cómo lo probarás?— 

—Fácil: si en esa cita dentro de tres días te lleva a un lugar lujoso, paga la cuenta y se queda un par de horas contigo a conversar con tal de no dejarte ir, Jimin, ese alfa definitivamente quiere tu amor—