Sweets to the sweet | ym

23

------------------------------------------------

Suran dejó su bolso en el sillón de cuero que tenía Yoongi para las visitas y entró a la cabina sin decir algo más, totalmente ignorante de si Jimin estaba nervioso con ella o de Yoongi poniendo atención especial al omega junto a él.

— Lo harás bien — Susurró Yoongi, acariciando con el pulgar el dorso de la mano del menor — La dirección es tuya.

Jimin agradeció a Yoongi no solamente por darle apoyo en sus palabras, sino también por darle paz a su alma, calmar sus nervios y darle confianza en sí mismo. Ese era el poder de Min Yoongi.

El alfa encendió el micrófono de Suran y presionó el botón que conectaba con cabina.

— Suran-ssi, comenzaremos en este momento con la grabación; Jimin va a dirigirte en ciertos momentos, por lo que será una grabación previa para que conozcas los tonos y qué voz usarás, ¿de acuerdo? — Suran levantó el pulgar con una pequeña y amable sonrisa.

Jimin comenzó a arrepentirse de ayudar al mayor cuando la mujer comenzó a cantar el coro;

— U-uhm

— Suran-ssi, Jimin tiene algo que decirte — Yoongi interrumpió en medio de la interpretación y el rostro del omega se volvió rojo.

— Perdón, Suran-ssi, pero en la primera parte se escuchará mejor si utilizas un tono medio —

Suran sonrió y asintió, intentado lo que el chico le había indicado, y justo cuando Jimin creyó que iría bien a partir de ahí, Suran comenzó a equivocarse.

La corrigió algunas veces aún con algo de vergüenza y Yoongi le ayudó a hacerlo algunas veces, pero la mirada de la mayor cambiaba a cada vez que recibía las indicaciones; llevaban cuarenta y cinco minutos tratando de encontrar la interpretación perfecta, pues las voces de Jimin y ella se mantenían difiriendo.

Yoongi terminó pidiendo un descanso.

— ¿Quieres que te traiga un jugo o algo de comer? — preguntó Yoongi con una voz dulce y preocupada a Jimin, quien lo miró algo extrañado ante tal muestra frente a Shin Suran, quien no le quitaba los ojos de encima.

— Un té helado está bien, hyung —

— ¡También me gustaría tomar algo! — exclamó la mujer mirando a Yoongi con entusiasmo.

— Claro, la cafetería está ahí abajo por si gusta ir. Tienen buenas bebidas y refrigerios. Vuelvo en unos minutos. No tardo. —

Jimin se sintió raro ante eso; Yoongi se estaba portando más apegado a él frente a la omega con la que estaba trabajando, ¿no era acaso que estaban en igualdad de condiciones? ¿Y si Suran se molestaba por no recibir la misma atención? Era como si le estuviera dando una cierta prioridad. Jimin se mordió los labios. Como si...