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Salida al lago negro.
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Jane Bennett se encontraba caminando por los pasillos del castillo, se encontraba totalmente sola, o al menos eso creía ella. El resto de los merodeadores estaban en busca de Lily, pues James iba a darle el honor de ser su pareja para el baile del profesor de pociones. Aunque el miope creía que era algo estúpido hacer un baile de iniciación a los de su jodido club donde ni siquiera participa.
- ¡Buuu! -la pelirroja dio un pequeño salto totalmente asustada y se aleja aún con las manos de aquella persona en sus hombros.
- ¡Eric, casi me cago del susto! ¡Idiota! -le dio un pequeño golpe al castaño, quien sólo rió. Jane quedó un tanto sorprendida ante su última reacción, nunca lo había visto reír, y mucho menos por causa suya.
- Lo siento, lo siento, es sólo que me pareció ver a una linda chica pelirroja por los pasillos y de...
- Mira, si vienes a hablar de Lily Evans, mejor me quedo sola con mi sole... -Eric rodó los ojos y tal como lo había hecho la chica, la interrumpió.
- No, cerebro de troll, me refería a ti. Lily es linda, pero no tiene el mismo aire carismático como tú.
La merodeadora llegó a fantasear que James pensara de esa manera, pero no, lo había dicho Eric.
Pinche Saucet.
- Entonces, ¿Por qué decidiste hablarme y asustarme, Saucet?
- Seré directo contigo. No soy de hablar mucho y me pongo algo nervioso cuando lo hago-rascó su nuca.-, pero por alguna razón me siento cómodo contigo. Y me gustaría invitarte al lago negro esta noche, antes de la cena claro. Pero tampoco quiero incomodarte, tal vez sales con alguien.
- Síp, lo siento, tengo cuatro novios y esta noche me toca con uno de ellos. -frunció los labios mirándolo seriamente.
- ¿Qué?
- ¡Era broma! ¡Debiste ver tu cara!-se carcajeaba Jane, tomó aire y prosiguió:- En realidad, estoy totalmente soltera, pero si uno de mis chicos se queda solterón por siempre, no me quedará de otra que casarme con él -Se encogió de hombros.
- ¿Entonces es un sí?
- Claro, nos vemos -besó amistosamente su mejilla, dejándola colorada al instante y se marchó.
Gracias a Merlín tenía el resto de la tarde libre, pero había algo que debía hacer, y que era la parte más difícil del día: Decirle a los Merodeadores que iba a salir con un chico. Y que no era ninguno de ellos. Jane sólo aceptó por cortesía la invitación de Eric, y también porque creía que a James le darían celos... Bueno, tal vez sólo era por la última razón.
