✧ Entre Mundos ✧ [Hiro Hamada x Tú]

C a p. 10 🌠

💙 Narra Hiro 💙

No sabía qué hacer específicamente. No tenía con qué pelear o enfrentarle, así que lo único que me quedaba era irme de allí rápidamente, antes de que las cosas empeoraran.
Por el momento, debería de mostrarme firme ante él. Si no, seguramente se aprovecharía de mi.

-- Vete, no me molestes... --. Murmuré de una manera fría y cortante; dándome la vuelta, volviendo a clavar mi vista sobre la lápida de Tadashi. Ya estaba teniendo un pequeño problema, y sinceramente no quería tener más... Menos uno en el que ese sujeto estuviera involucrado.

Pitch: Sé por lo que estás pasando... Estás triste porque ______ no quiere decirte lo que sucedió... ¿O me equivoco? --. Rió por lo bajo, mientras se paseaba levemente por mi alrededor.

No respondí ante ello. Tenía razón, pero claramente no quería dársela en lo absoluto. Además, me rehusaba a recibir su ayuda... Sabía que yo solo podría descubrir lo que la menor, supuestamente, me escondía.

-- Ya lárgate, bastardo... Ahg --. Me acomodé levemente la sudadera, y decidí empezar a caminar con el fin de desaparecer de allí. Estaba claro que Pitch no se iría por mucho que se lo dijera.

Pitch: Espera, espera... --. Murmuró, apareciendose frente a mi en cuestión de segundos. Mí reacción fue dar algunos pasos hacia atrás, y mirarle con cierto odio y atención, pues no sabía lo que podría llegar a hacer.
El movió levemente sus manos, formando un poco de aquella arena negra; y de entre esta, se apareció una pequeña botella, la cual contenía un extraño pero brillante líquido morado.

Pitch: Si le das esto a ______, dirá todo lo que quieres saber... Aunque, ten en cuenta que sólo dura unos minutos --. Dijo en aquél escalofriante tono de voz, mirándome a los ojos.

Bajé la mirada hasta la botella, soltando un largo y pesado suspiro. Maldita sea... ¿Qué debía de hacer?. En verdad, quería saber qué era lo que había pasado... Pero, no debía de confiar en Pitch. Era uno de los malos... Y no debía de aceptar cosas viniendo de él. Sería una especie de traición para todos nosotros... Y yo, no podía hacer algo así. ¿Qué pensaría Norte? ¿Qué pensaría _____?...

Mordí mí labio inferior, y cerré mis ojos por escasos segundos. Nunca me perdonaría.
Tomé la botellita con una mano, aún no totalmente convencido, y Pitch comenzó a explicarme cómo debía de usarla.

[...]

Regresé al café después de un par de minutos. Ya sabía como usar aquella especie de bebida... Y sinceramente, aún seguía regañándome mentalmente por la gran estupidez que había hecho.
Bien, ya sabía por qué hacía esto. Le tenía un gran afecto a ______, y quería protegerla ante cualquier cosa. Por eso, y quizás, lo que estaba haciendo... Era por su bien.

Al llegar, abrí la puerta, entré y la cerré detrás de mí. Subí las escaleras, y allí estaba Shetakki, sentada sobre el sofá con Mochi sobre su regazo. Al escucharme, rápidamente dirigió su vista a mí.

-- Hey... ¿Todo bien?... ¿Dónde está ______? --. Le pregunté a la menor, en un tono algo suave.

Shetakki: Aún sigue arriba... --. Fue su única respuesta, sabiendo que tenía su atención completamente en el minino que tenía entre sus brazos.

Suspiré suavemente, y subí las escaleras nuevamente, hasta llegar al último piso.
Allí estaba ella, sentada en la orilla de la cama. Tenía las manos a los costados de su cuerpo y se mantenía cabizbaja. Se le veía mal, y era obvio por lo que había pasado minutos atrás.

Me acerqué a ella con lentitud, terminando por sentarme a su lado en silencio.
Coloqué una de mis manos sobre su espalda, y di una sutil caricia.