C a p. 32 🌟

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Narras tú

Hiro me estaba poniendo de los nervios. Faltaba poco para que perdiera la paciencia.

-- Tú no me mandas, si yo digo que me sueltes, me sueltas --. Y apenas terminé de pronunciar esas palabras, me liberé de su agarre una vez más, pero esta vez, con un poco más de brusquedad. El azabache suspiró con pesadez, poniéndose las manos en la cintura mientras se daba la vuelta. -- No quiero hablar de esto ahora, respeta mi decisión, por favor --

Agarré la mochila sin decir nada más, y me fui de la habitación con algo de rapidez. Tía Cass apenas me vió, me hizo un par de preguntas, como por qué me estaba yendo a esas horas, a dónde iría, etc. Le expliqué las cosas resumidamente, para que se quedara tranquila. Adoraba a la Tía Cass, y siempre agradecería que me hubiera recibido en su casa.
Salí del edificio y caminé un par de cuadras para alejarme de aquella zona. Luego utilizé una esfera de teletransporte para, obviamente, ir al quinto mundo que aún no tenía nombre. Debería ponerme a pensar en ello.

Apenas aparecí frente al castillo, vi un objeto acercarse a gran velocidad hacia mi; ¿Era una roca gigante? Reaccioné a tiempo y pude agacharme para evitarla. Calló fuertemente a un par de metros detrás de mi. Cerca del castillo, una criatura de gran tamaño se encontraba peleando contra unas Hadas nocturnas. Parecía que quería llegar al Castillo.

-- ¡¿QUIÉN ES ESTE ESCUINCLO Y QUÉ HACE AQUÍ?! --. Grité enojada, logrando que la criatura me mirara. En cuestión de segundos me gruñó fuertemente, provocando una especie de viento fuerte que me hizo cerrar un poco los ojos.

Raziel: ¡¿Qué crees que haces?! ¡No tenias que llamar su atención, te está buscando! --. Gritó mientras volaba hacia donde yo estaba. Aterrizó frente a mi, y me cubrió con una de sus alas en modo de protección.

-- Quítate tú --. Dije mientras quitaba su ala de mi camino, y me ponía a su lado. -- Es una criatura del bosque, ¿Por qué la atacan? Eso va contra sus reglas --. Decía, ahora viendo como el animal se acercaba más y más a nosotros.

Raziel: Es una de las más peligrosas, tratamos de domarla pero es imposible. Lo menos que queremos es atacarla, pero no nos deja otra opción... --. Me encaminé hacia la criatura, con seguridad. -- ... ¡¿A dónde vas?! ¡_____! --

Ignoré los llamados del pelinegro y me quedé ya cerca de la criatura. Esta agachó la cabeza hasta mi, intentando intimidarme con sus grandes ojos, pero intenté esquivar eso. Levanté una de mis manos lentamente hasta ella, y esperé su respuesta detenidamente.
La criatura lo pensó por un momento, pero luego permitió que la palma de mi mano tocara su piel. Cerró los ojos, y emitió un extraño pero dulce sonido.

-- Sabía que tenías un buen corazón... Esos ojos lo dicen todo.. --. Murmuré en un dulce tono de voz, escuchando llegar al pelinegro detrás mía.

Raziel: ¿Cómo...? --

-- Sólo me estaba buscando, y ustedes la atacaron... Claramente iba a reaccionar así. No es malvada, o al menos, ya no.. --. Acaricié suavemente parte de la cabeza de la criatura, quien lentamente se fue tranquilizando. Quien sabe por qué me buscaba, pero ahora estaba bien.

Raziel: Lo siento, fue mi error, yo di la orden de atacar... A propósito, ¿Qué haces aquí? --

-- Debo quedarme en el castillo... Después de lo que pasó, no quiero dejarlo solo. Será por unos días, o quien sabe.. --. Suspiré, viendo a la criatura reincorporarse y dando la vuelta para irse a través de ese profundo bosque, lleno de magia y demás.
Regresé al lugar donde había quedado mi mochila tirada; la tomé y volví a caminar hacia el castillo, sin antes recomendarles a las hadas nocturnas que estaban allí; que fueran a descansar. Ya era tarde y había sido un día pesado, sería mejor que todos nos fuéramos a descansar, al menos, por unas horas.

✧ Entre Mundos ✧ [Hiro Hamada x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora