✧ Entre Mundos ✧ [Hiro Hamada x Tú]

C a p. 11 ⭐

❤ Narras tú ❤

Era de mañana temprano. Estaba durmiendo muy plácidamente... Además, también soñaba con 7 lindos chicos. Todos eran coreanos. Era raro. Aunque después de unos segundos, el sueño se fue desvaneciendo poco a poco, lo que me indicaba que estaba a punto de despertar; y todo gracias a unas palmadas que había empezado a escuchar.

Kaito: ¡Vamos! ¡Arriba, señores! ¡Que el pan no se compra solos! --. Decía Kaito, mientras daba algunas palmadas fuertes.

Maldije por lo bajo, mientras comenzaba a tallar levemente mis ojos con el fin de quitar esas molestas lagañas. No tardé mucho en notar a "algo", o mejor dicho, "alguien" aferrado a mi. Por lo tanto, apenas pude abrir mis ojos observé qué era lo que se encontraba junto a mi. Para mi sorpresa, era Hiro; mantenía su cabeza sobre mi abdomen, y uno de sus brazos alrededor de mi cadera. Se veía realmente tranquilo allí.

Hiro: Mnnh... --. Murmuró aún dormido, removiéndose un poco, pero sin soltarme.

Bostecé a la vez que estiraba mis brazos levemente hacia arriba. Sería un poco más difícil levantarse con aquél joven ahí.
Al ver nuestro estado, Kaito decidió bajar; volviendo a dejarnos solos en la habitación, algo que en cierto modo me pareció mejor. No me gustaba que me vieran levantándome... Estaba toda desorientada y aún, medio adormilada.

Llevé una de mis manos hasta el hombro de Hiro, y lo removí levemente, queriendo despertarle. Además, si él no se levantaba, yo tampoco podría hacerlo.
El azabache se quejó levemente, y poco a poco se levantó, dejando ver una pequeña mancha sobre mi camiseta, cosa que me extrañó. Al mirar bien, al instante supe de qué se trataba.

-- Me babeaste --. Le dije mientras miraba la manchita, tomando el borde de la camiseta para levantarla sólo un poco.

Hiro: ¿Qué? No, yo no babeo, ¿Qué dices? --. Murmuró avergonzado, sentándose en la orilla de la cama rápidamente. Sus cabellos estaban más desordenados de lo normal, sus prendas estaban algo desordenadas, y sus ojos, aún demostraban sueño.

-- Baboso... -- Murmuré mientras me levantaba, y acercaba al armario. Tomé las prendas que me pondría, y caminé hasta el baño. Entré en este; me cambié de ropa, arreglé mis cabellos, y lavé mí rostro, entre otras cosas.
Una vez terminé, salí del baño con el pijama en mis manos. Volví a subir a la habitación, para poder dejar mi pijama bajo la almohada de mi cama.

Después de ello, volví a bajar las escaleras hacia el segundo piso. Allí, en la mesa, se encontraba Shetakki sentada; y en la cocina, estaban Kaito y Hiro. No sabía en qué momento el azabache había sido tan rápido para cambiarse, prepararse y ya estar en la cocina. Realmente me sorprendió un poco.
Caminé hasta la mesa, donde estaba Shetakki, y me senté a su lado.

Shetakki: Buenos días _____, ¿Todo bien? --. Escuché la dulce voz de la menor, quien me miraba con cierta ternura en sus ojos.

-- Buenos días, linda... Si, todo está bien --. Le respondí tranquilamente, apoyando mis codos sobre la mesa, y al final, acunar mí rostro con mis manos. De vez en cuando, soltaba uno que otro bostezo, a lo que cubría mi boca con mi mano. Algo normal que solía sucederme en la mañana... Como en los días de clase. A primera hora, la primera clase, siempre me la pasaba bostezando.

Cerré mis ojos, llegando a perderme en mi propio mundo una vez más. Tuve un pequeño flashback de lo que había sucedido anoche, por lo tanto, instantáneamente empecé a pensar en Tadashi una vez más. Estaba fielmente agradecida por lo que había hecho el pelinegro... Si ese era su deber (protegerme de cualquier manera posible), ya iba bastante bien.

Salí de aquél mundo cuando escuché un pequeño ruido; proveniente de una taza. Abrí mis ojos, y frente a mí, pude observar una taza de café recién hecha.