C a p. 3 🌠

5.4K 428 287
                                    


❤ Narras tú ❤

Era de mañana temprano cuando yo aún me encontraba durmiendo muy tranquilamente sobre aquella cómoda cama. No tenía intensiones de despertar, al menos, no aún.
Al final de todo, tuve que hacerlo gracias a Hiro; quien había empezado a moverme levemente desde mi hombro, y a hablarme en un tono de voz suave, para que me despertara.

Hiro: _____... Pequeña, vamos.. Hoy quiero llevarte a mi universidad, para que conozcas a mis amigos --. Decía suavemente, un poco cerca de uno de mis oídos.
Levanté mis manos y tallé mis ojos suavemente. Al abrir mis ojos, me encontré con unos bonitos ojos que se encontraban mirándome de manera casi fija. Eran unos grandes ojos de color avellana, que contenían unas pestañas algo largas. Resumiendo, eran unos hermosos ojos llenos de vida.

-- ... ¿Qué hora es? --. Murmuré con voz suave, llevando mi mirada hacia el reloj que se encontraba colgado sobre la pared. -- Oh... Las seis... Es una linda hora para levantarse.. --. Comenté con sarcasmo, cosa que hizo que Hiro soltara una pequeña risa.

Hiro: Lo sé, a mi tampoco me gusta levantarme a esta hora, pero... Odio ser impuntual --.

-- ¿A qué hora comienzan tus clases?... --

Hiro: A las ocho --. Abrí mis ojos como platos, para después empujar su hombro suavemente.

-- ¡Falta una hora! ¡Una maldita hora! --. Dije en un tono de voz algo alto, para después levantarme con rapidez y, literalmente, lanzarme sobre el de cabellos oscuros. Estando sobre él, empecé a tirar de sus cabellos ligeramente pero sin llegar a hacerle daño.
El poder dormir era algo sagrado para mi; y, que me despertaran tan temprano para algo que ocurriría dentro de un largo rato, realmente me enfadaba. Acababa de perder una hora de sueño... Lo suficiente para que "me alterara".

Hiro: ¡Hey! ¡Hey! ¡Suelta! ¡Lo siento! --. Chillaba el mayor, intentando safarse de mi agarre, pero por lo que veía, no parecía esforzarse mucho. Pronto tomé una almohada, y rápidamente la coloqué Sodre su rostro. -- ¡Aaah! ¡No! ¡Me asfixias! --. Habló en tono dramático, ahora intentando quitar la amohada, pero al no haber resultado; dejó sus manos firmemente sobre mi cintura y de esa manera intentó quitarme de encima suya.

-- No es nada fácil librarse de mi, ¿Sabes?~ --. Dije sonriendo de forma bastante divertida, intentando dejar de lado el hecho de que el mayor tuviera sus manos en aquella zona de mi cuerpo.
Ahora podía ser capaz de presumir que, mi crush me había tocado la cintura. ¿No?... Oh, Dios. Con sólo pensarlo, es fascinante.

Lo sé, lo sé... Sé lo mucho que se nota mi virginidad.

Hiro: Quítame la almohada de una vez, me vas a matar si sigues así --. Reí de manera leve, y sin querer molestarle más, quité la almohada de su rostro de manera algo lenta.
Mientras más quitaba aquél objeto de entremedio nuestro, más podía ver esa atractiva sonrisa en la boca de Hiro. Eran una de esas perfectas sonrisas, añadiéndole aquél pequeño huequito que había entre sus dientes. Todo un encanto.

Ambos nos habíamos quedado concentrados en el otro. Nuestras miradas decían lo que ni mil palabras podrían decir, y nuestros corazones, latían rápidamente, sin miedo a terminar escapándose de nuestros pechos.
Estábamos tan metidos en lo nuestro, que no notamos que Shetakki había despertado, y nos había estado observando en todo ese pequeño rato.

Shetakki: ¿Hola? Planeta tierra, llamado a los dos tortolitos... --. Comentó de la nada, haciendo que Hiro y yo nos sobresaltáramos levemente. Y acto seguido, la miráramos de forma algo fija.
Maldición; no tuve que haber reaccionado así. Ahora Shetakki nos estaba viendo de aquella manera tan vergonzosa.

✧ Entre Mundos ✧ [Hiro Hamada x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora