Chapter Eight.

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"Bienvenidos"


Valentina sentía que se encontraba en medio de una turbulencia de emociones. Y nadie la podría acusar de estar en lo incorrecto. Tenía ganas de gritar, y decir: ¡Alto! ¡Aquí me bajo yo!, del bus de la catástrofe.

Todo había comenzado por su gran bocota. Lo que había prometido el fin de su virginidad, había finalizado con la pregunta cargada de inocencia por parte de ella. Por alguna extraña y aún desconocida razón, Michael había tomado a mal, aquella pequeña virtud —según parecía para él, defecto— en ella.

Se había sentido tan humillada. Michael pareció desilusionarse, en vez de entusiasmarse, como ella había pensado que sería. Ella no estaba exigiéndole nada a cambio, en vez de eso, estaba infringiendo el contrato que ella misma había redactado con tanta cautela.

Pero su boca aún no había finalizado su papel. No señor. Recién había comenzado.

Cuando en medio de su desesperación, Michael había comenzado a sacar sus maletas, completamente insensible a su realidad, casi con furia ante la actitud del que se suponía, era su "protector", había escupido la frase, casi sin pensarlo.

Cuando un muy furioso Lionel, había llegado a la puerta, sintió que su corazón había dejado de latir.

De inmediato había sentido que la sangre que deambulaba por su cara, había sido drenada. Sintió que le faltaba la respiración y no había podido mascullar ni la primera letra del abecedario.

-"Valentina. ¿Nos presentarás o sólo te quedarás ahí parada?" ¡Oh, debían agradecer que aún estaba parada! Sus piernas parecían de gelatina y estuvo a punto de orinarse ahí mismo.

Y es que ése era el efecto que causaba su hermano cuando estaba enojado y lo peor es que no estaba solo enojado, estaba fúrico.

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Cuando escuchó la voz masculina, Michael se volteó. Un hombre que le hacía una extraña resemblanza a alguien, sin poder atinar de dónde lo conocía.

De todas maneras, sintió un aguijonazo extraño, al escuchar la familiaridad con el que éste hombre le hablaba a Valentina. Casi inconscientemente, escondió a la mujer detrás de sí, y altaneramente preguntó.

-"¿Quién es usted?"

Pero el hombre pareció ignorarlo.

-"Valentina, maldita sea. Ven aquí a no ser que quieras que te lleve a rastras" Michael sintió que varias alarmas tintineaban en su cabeza. Debía proteger a Valentina de la rabia de este hombre.

-"Usted no le va a hablar así a mi mujer, en nuestra casa, y mucho menos en mi presencia" Cada vez se sentía más irritado por la presencia de aquel hombre.

Y por primera vez, sintió que éste reparaba en él.

-"¡Tú, cállate! ¡Este asunto es entre mi hermana y yo!"

Michael enseguida ató los cabos sueltos. La desesperación de Valentina era debido a que su familia, ya se encontraba en su pista, muy, muy cerca de ella.

Fingió que aquella frase no lo había afectado en nada. La realidad era que casi lo había llevado al borde de perder la cordura.

-"¿Valentina?" Le preguntó Michael muy suavemente, sobre su hombro –"¿Es cierto que este hombre es tu hermano?" El parecido estaba ahí, ya lo sabía, pero eso no significaba que podía confiar en las aseveraciones de un hombre que sólo había decidido pararse frente a su departamento, a gritar como loco.

BAJO CONTRATO |MICHAENTINA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora