Chapter Twenty.

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"Confesados"


*Maratón 3/4   


Carlo y Gabriella Ronda constituían uno de los más grandes problemas con los que Michael alguna vez debiera enfrentarse. Incluso cuando sus padres vivían, nada que tuviera dos piernas y una cabeza en la familia, podía salvarse de sus críticas. Constructivas, por supuesto.

—"Estás gordo" Fue el saludo de bienvenida que recibió Michael por parte de su tía, Gabriella .

Ahora que conocía demasiado bien a sus tíos, el comentario se podía traducir en: 'te extrañamos, Mike'

El abrazo de su tío no tardó en llegar, uno que con el paso de los años había disminuido en fuerza, demostrando así que hasta el invencible Carlo Ronda también era humano y cada que pasaba era un día más viejo.

Pero el diablo siempre sabía más por viejo que por diablo.

Sonrió con algo de melancolía, imaginando cómo sería esta escena si en vez de sus tíos, estuvieran sus padres...

Un ligero tirón lo sacó de sus alucinaciones, mientras se encontraba con la realidad.

Tal como era de esperarse, Valentina se había escondido tras él —quizás cohibida—, pero el escrutinio de su tía había conseguido sacarla de su timidez, mientras se colocaba con paso firme, a su lado, y fruncía ligeramente el ceño. Michael podía adivinar qué cruzaba por su cabeza en este momento. 'Y esta señora, ¿qué tanto mira?'

Mike se le adelantó, no fuera que expulsara sus pensamientos por la boca.

—"Tíos, les presento a mi esposa" Sentenció con voz que no admitía ningún 'pero'.

Valentina que había permanecido en silencio, pareció encontrar su lengua, —"Mucho gusto,"  —"Mi nombre es Valentina"

La fría mirada de  Gabriella descendió de la cara de la joven hasta encontrarse con su objetivo. Muy pronto hizo saber lo que recorría su cabeza.

—"¿Está preñada?" Michael no podía haberse paralizado más si a su tía le hubiera salido un tercer brazo o una segunda cabeza. ¡Dios!

Su reacción natural fue de mirar cauteloso en dirección de Valentina.

Oh, por Dios. Los ojos le brillaban. Eso no era nada bueno.

Y es que su tía no sólo le había dicho ramera, prostituta y cualquiera con una 'inocente' pregunta. De paso, también le había dicho gorda.

Valentina no se tomaba muy bien aquellas cosas.

Al ver que ella se había sumido en el silencio otra vez —y agradecía por esto, bien sabía cuán explosivo era el carácter de la mujer—, decidió contestar en el tono más calmado y pasivo que pudo.

—"No, tía." Suspiró. Gabriella rodó los ojos.

—"Con eso te enganchó, ¿no, Mike?" Dirigió un breve vistazo despótico en dirección de Valentina—"No tienes por qué mentir"

La tensión se hizo a la velocidad de la luz, mientras la mano que Valentina le sostenía se volvía cada vez más firme por la presión.

—"Tía, ¿podrías cortarla por un día? No, Valentina no está embarazada. No, no he engordado. Y no. No mantengo a su familia." La tía hizo un mohín de sorpresa, pero él la interrumpió. —"Estamos cansados. ¿Podrías tener piedad al menos por hoy? Te aseguro que mañana será otro día" Antes de que su tía pudiera rechazar aquella opción, Michael habló —"Muchas gracias, sabía que entenderías" Y soltó una de sus sonrisas triunfales.

BAJO CONTRATO |MICHAENTINA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora