"Oprimidos"¿Quién lo hubiera creído tan fácil? Había sido demasiado sencillo el raptar a esta pequeña mujerzuela, pero lo era aún más el torturarla.
La sangre que salía de sus heridas le daba una satisfacción retorcida, que no sabía que tenía oculta. Los lentos gemidos de dolor y las súplicas eran música para sus oídos. Incluso el pestilente olor del cuartucho comenzaba a pasarle desapercibido.
Y es que no había nada mejor que borrar viejas quimeras, haciéndola sufrir.
Nunca se había divertido tanto, ni siquiera en compañía de Ruggero.
—"¿Ya te rindes, princesita?" Una carcajada se le escapó, al ver el débil intento de ella por mantenerse firme en su castigo.
Aunque sea eso debía concederle a aquella pesada. No se había doblegado, no al menos cuando le había cortado aquella suave piel, más veces de las que podía contar.
Bien. Basta de diversiones. Hace rato ya debía haber acabado con ella, pero se había ido por las ramas.
Se concentró, pensando cuál sería la mejor manera para encubrir todo.
El mensaje que había dejado en el escritorio de Valentina, sumado a la futura llamada que haría, adjudicaría la culpabilidad de la muerte de Karol, a la negligencia del supuesto secuestrador.
Oh, la pobre había enloquecido. Días habían pasado desde su último sorbo de agua, mientras que el olor penetrante de la habitación y su oscuridad, había sido el factor decisivo que causara la demencia de la joven. Había encontrado un arma y su paranoia la había llevado a usar el cuchillo en su propio cuerpo... pensando que atacaba a su raptor. Para finalmente rendirse por el dolor, y entregar su vida a las dos enormes cortaduras en sus muñecas.
Perfecto.
—"Adiós" Dijo Agustin en el mismo momento en que la libraba de las ataduras de sus muñecas. Por desgracia, ahora estaba demasiado débil como para hacer nada.
Inmediatamente después, sintió los dos más dolorosos cortes que el maldito le hubiera propinado...
En sus muñecas.
A sabiendas que si se dormía, no volvería a despertar, luchó contra la inconsciencia.
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Valentina gritó, pero su grito no se podía distinguir si era de angustia, sorpresa o furia.
—"¡Nooooo!"
Pero ya era demasiado tarde.
El cuerpo yacía en el piso, completamente inerte y sin siquiera hacer ni un solo sonido, que la advirtiera de que aún le quedaba esperanzas de supervivencia.
Miró con todo el odio del planeta tierra al asesino. Porque eso era, ¡un asesino!
Cuando acribillarlo con la mirada no parecía suficiente, corrió con rapidez hasta estar lo suficientemente cerca de él y poder golpearlo.
—"¡¿Cuál es tu maldito problema?!" corrompió, con toda la histeria que sentía, cargada en su voz. Pero a él no podía importarle menos.
De hecho, sintió que una burbujeante risa de satisfacción quería escapársele de los labios. ¡Se sentía tan bien el haberse deshecho de aquel aparatejo tan molesto!
A pesar de que intentaba protegerse de la curiosa reacción de Valentina, no utilizó todas sus ganas para ello, porque toda la situación le parecía divertida. Al menos ahora, que ya aquel móvil no estaba en el plano.
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BAJO CONTRATO |MICHAENTINA|
Fanfiction"El necesitaba dinero. Y la única forma de conseguirlo era encontrando una esposa. Ella tenía dinero, pero necesitaba un marido. Ambos se complementaban perfectamente, lo que no esperaban era complementarse tanto en la cama como en el corazón." ✨E...