CAPÍTULO 15
EL PENIQUE DE LA SUERTE
Ted y Robin comienzan a plantearse porque últimamente tienen tan mala suerte.
Ted acaba de perder un vuelo para acudir a una entrevista, con la que podría conseguir el trabajo de sus sueños.
Ambos comienzan a recordar cómo Robin se quedó bloqueado en el metro, mientras Robin y Lilly buscaban un vestido de novia.
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Monólogo:
Chicos, nunca subestimeis el poder del destino. Porque cuando menos te lo esperas el detalle más insignificante puede causar un efecto en cadena que cambia el rumbo de vuestra vida. Tomemos, por ejemplo, mi viaje a Chicago.
¿Por qué era tan importante aquel vuelo? Retrocedamos hasta el otoño de 2006.
Acabada de vender mi primer plano de un edificio convirtiendome en el primer arquitecto más joven de la compañía. De repente todo el mundo quería ficharme, incluso una firma estaba pensando en mí para dirigir su oficina en Nueva York. Me habían enviado un billete para realizar una última entrevista en la sede central de la compañía en Chicago, era la oportunidad de mi vida, era mi destino, pero había un inconveniente.
Tenía razón, todo era culpa de Barney. Retrocedamos unos meses.
A la mañana siguiente, cuando comenzó el maratón, estábamos concentrados en el ordenador de Marshall.
Así que Barney lo hizo, consiguió ganar el maratón. Pero un rato más tarde recibí una llamada muy interesante.
Resultó que había otro vuelo que me permitía llegar con el tiempo justo a mi entrevista de trabajo en Chicago, pero la puerta de embarque estaba en el otro extremo del aeropuerto.
Para Marshall, la idea inicial para correr el maratón surgió a finales de abril.
Al día siguiente, Robin estaba demasiado cansada para volver hasta Broklin, así que mientras yo estaba en el trabajo se fue a dormir un par de horas a mi apartamento y entonces fue cuando...
Y eso es exactamente lo que hice.
Pero eso no es lo que ocurrió. No cambiaron la entrevista, contrataron a otra persona y casualmente, tres meses después, esa persona tuvo que irse a vivir a Chicago.
Curiosidades del destino chicos, yo creía estar destinado para ese trabajo pero me equivoqué. Mi destino era quedarme en Nueva York porque si no lo hubiese hecho, nunca habría conocido a vuestra madre.
❤
