CAPÍTULO 22
LUGAR ADECUADO MOMENTO ADECUADO
Cuando Ted se encuentra con un antiguo amor, reflexiona acerca del efecto que puede tener sobre tu vida estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
Mientras, Barney celebra su conquista número doscientos.
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Monólogo:
En el verano de 2009 me encontraba a punto de conseguir mi primer cliente como arquitecto independiente. Yo estaba dispuesto a hacer lo que fuera para engancharle. Cualquier cosa.
Chicos, os he estado contando la historia de cómo conocí a vuestra madre, y aunque hay muchas cosas que aprender de esta historia, puede que esta sea la más importante: los grandes momentos de vuestra vida no serán necesariamente las cosas que hagáis, también lo serán las cosas que os ocurran. No estoy diciendo que no podáis actuar para cambiar el resultado de vuestras vidas, debéis actuar y lo haréis. Pero no olvidéis que cualquier día, al salir de casa vuestra vida puede cambiar totalmente.
El universo tiene un plan chicos, y su plan siempre está en marcha. Una mariposa mueve sus alas y empieza a llover. Da miedo pensarlo pero a la vez es maravilloso. Todas esas piezas de la máquina en constante funcionamiento asegurándose de que estés exactamente donde debes estar exactamente cuando debes estar ahí, en el lugar adecuado y en el momento adecuado.
Chicos, es un milagro que yo acabara en esa esquina, sobretodo teniendo en cuenta lo fácil que hubiera sido no acabar allí. Quiero decir que, por ejemplo, al salir del edificio casi me voy a la derecha en vez de a la izquierda ¿por qué no fui a la derecha? Tendríamos que remontarnos unos cuantos días atrás; vuestra tía Robin en aquella época presentaba un programa de madrugada [...] Así que ya veis, si hubiera ido a Bollos Schlegel como de costumbre habría ido hacía la derecha, me habría tomado un bollo, habría vuelto a casa, habría trabajado en el proyecto del sombrero y vosotros no hubierais nacido, pero giré a la izquierda en busca de mi segundo sitio de bollos favorito y el resto, es historia. Naturalmente, paré en el puesto de periódicos por el camino ¿que por qué me detuve allí? Os lo cuento. [...] Asi de camino a comprar mi bollo, me detuve un minuto en el quiosco para ver la foto de la número 200 de Barney. Si no lo hubiera hecho, habría pasado de largo por el quiosco, habría atajado por la calle 77, habría llegado a la esquina un minuto antes y me habría tomado mi bollo, me habría puesto a trabajar, y vosotros no habríais nacido.
¿Por qué atajé por la calle 77 y le di un dólar a aquél mendigo? Púes os lo cuento. Cuando Marshall empezó a trabajar en el Goliat National Bank [...] Y por eso, si no hubiera tenido que comprar esos gráficos para Marshall, no hubiera tenido que atajar por la calle 77 para darle su dólar diario a Milt y bueno, el resto ya lo sabéis.
Ya lo veis chicos, hay muchas pequeñas razones por las que pasan grandes cosas en nuestras vidas. De haber sabido por donde me llevaban esas pequeñas cosas y lo agradecido que iba a estar de llegar hasta allí... Bueno, probablemente habría hecho algo así.
Por que de alguna forma habría ido a parar en el lugar adecuado el momento adecuado y en consecuencia mi vida ya nunca habría sido igual.
Al día siguiente al tío Barney por fin le plantó cara a Matthew Panning el semental del colegio Port Richmond.
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