Capitulo 13

13 1 0
                                        

-¿Es mucho pedir que deje de decir estupideces y se centre en lo que por favor le estoy pidiendo?
-Doctor, me tiene que creer-Me suplico Manrique por una decima vez. El hombre se sentó en el suelo del juzgado y me miro desde allí abajo.-Me esta buscando, el volvió.
Lo mire con cara de pocos amigos, harto de sus mentiras. No podía aceptar una actuación de ese calibre, menos frente a un juicio tan importante. Ese 24 de julio le daban la sentencia a Manrique, todo bailaba sobre un fino hilo, incluyendo mi reputación en el área.
-Voy a pedirle por ultima vez que se ponga de pie, se acomode esa camisa comprada claramente en una tienda barata de cuarta y que camine recto hacia la sala donde hace mas de media hora el juez nos esta esperando y...
-El me hablo de Camila.
Su voz se vuelve fragil, pero profunda. Mis defensas se activan ante aquel nombre, y lo mire de reojo como quien se prepara para aniquilar a su presa.
-¿De que hablas?
Por primera vez lo trate de "vos" y no en una categoría respetuosa abogado-cliente. Me giro para mirarlo de frente y noto como sus ojos se asombran al verme.
-De Camila. Tu hija.
-¿Que tiene que ver mi hija con todo esto?
-El hombre se pasa el resto de su vida huyendo del pasado, corre hacia el futuro, mientras que el presente se desvanece frente a su falta de atención. El amor y la vida son como el presente: ignorados. Nacemos, crecemos, hablamos, caminamos, corremos, razonamos, juzgamos, odiamos, amamos y ahí después de eso morimos. El ser humano es nefasto, inútil e insensible-dibuja una triste sonrisa en sus labios y me mira-Debajo de todo, somos asesinos en espera de la ultima gota que derrama el vaso. Sedientos.
-¿De que mierda estas hablando?-pregunto apretando los dientes, casi en susurros.-¿Que tiene que ver mi hija aca? ¿como sabes como se llama?
-Toda la vida corremos, y cuando nos damos cuenta seguimos hace vidas enteras en el mismo lugar, siendo exactamente todo lo que juramos jamás ser. 23 de mayo, de 1985, eras apenas un pibe cuando todos esos chicos te dijeron que eras un pelotudo, un maricon, un don nadie...un huerfano. Un abandonado. Hacia frio, llovía mucho y odiabas tu nuevo hogar aunque era acogedor y te amaban. Lo odiabas porque el amor te sabia a gusto ajeno. Vos querías dolor, lo que siempre te daban los mismos que te abandonaron.-sus grandes ojos negros se clavan en los mios, de repente me sienti indefenso, inútil y vulnerable, era como ver mi alma en una masa de cartas sobre la mesa.-Juraste que jamás ibas a cometer el error de tus padres biológicos, huiste de ello toda tu vida. Pero fue inutil, todo este tiempo fuiste igual que ellos.
-Yo no sabia de Camila.
-Si sabias.
-Mentira.
-Si. Paula te dijo que estaba con un atraso ¿ya te olvidaste? Te llamo, se canso de llamar. Nunca atendiste.
-¡Ella me había engañado con otro tipo! Supuse que el hijo era de el...yo...
-Sabias que era tuyo. Pero hiciste lo que tu naturaleza te dicto, lo que sabias por instinto hacer...abandonar. Como ellos.
La palabra "abandonar se clava en mi cien y los ojos se me llenaron de lagrimas.
La puerta de la sala se abre, y un oficial camina hacia nosotros a paso firme pero sereno. Nota la tension, dedicandonos una autoritaria mirada a ambos.
-Disculpen la interrupción. Doctor, debe ingresar, el juez necesita la declaración final de su defendido para cerrar la sentencia.
Me limite a asentir. El oficial dio la media vuelta, al levantar mi mirada hacia la dirección que llevaban sus pasos vi como Manrique lo seguía para luego perderse con el en la sala.
Apoye mi espalda contra la pared, perplejo, temblando frente a lo desconocido o demasiado familiar. Cubri mi rostro con las palmas de mis manos, me deje caer sobre el frío piso. La vergüenza me cubrió los huesos, la vida se detuvo en seco para demostrarme que todo este tiempo solo estaba escapando de mi mismo.
Todo este tiempo había sido un monstruo.
Un asesino. Uno de ellos.

VOCES DEL SILENCIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora