Me puse de pie como pude, mi cuerpo respondia pero la mente dibagaba. Los pasos hacia el salón se hicieron tan pesados como caminar en la arena caliente. Trate de hacer que mi mente se silenciara pero ya era demasiado tarde, las voces comenzaron a irrumpir desde aquel silencioso pasillo, como siempre: del silencio vienen los miedos, del silencio surguen los gritos del alma y del inconsciente. Del silencio vienen voces, voces que reclaman,exigen desde el pasado y toman forma en el presente.
《Abandona el caso, Roberto. Roberto, Roberto》
《¿Como lo sabe?》
Me gire al escuchar esa ultima pregunta, como si alguien acabara de susurrarmela al oido.
Entre a la sala desajustandome la corbata y me sente junto a Manrique, acomode las copias del expediente y algunas notificaciones de mi carpeta, aunque esta estuviera en perfecto orden, necesitaba ordenar algo,tener aunque sea unos papeles bajo mi control ya que mi vida era un desastre.
-Muy bien, continuamos con el caso contra el señor Manrique. Voy a darle lugar al próximo testigo de la causa, a la parte de la victima. Adelante señora...-el juez lee algo en el papel, al parecer el nombre- Paula Bustamante, madre de la victima.
La presion se me baja, senti como un escalofrio recorria la punta de mis pies y subia hasta mi cabeza. No entendia nada, no lo podia creer. Paula se levanto de entre el sector de los presentes en la audiencia y camino hacia la mesa declaratoria.
Ambos nos miramos, creo que ninguno estaba entendiendo nada, pero principalmente yo.
El silencio se produjo en la sala, mientras que en mi mente se me prendia fuego hasta el alma.
Paula comenzo su relato sobre lo acontecido, el juez hizo varias preguntas, demasiadas. Tuve chance de oponerme en varias ocaciones, pero el shock me tenia totalmente bloqueado.
-Entonces ¿usted reconoce al asesino, señora?-pregunto el juez.-¿Lo encuentra aqui en la sala?
La mujer levanto la mirada directo hacia Manrique y lo señalo.
-¡Fuiste vos hijo de puta!-grito rompiendose luego en llanto-¡No tuviste piedad alguna! ¡sos un demente!
Impacto. Los ojos se me llenaron de lagrimas, y me gire automaticamente a mirar a mi cliente. Este me dedico una sonrisa ironica, para luego asentir casi como si estuviera respondiendo a mis pensamientos.
-¿Dolio?
Sin poder responder a mis acciones me puse automaticamente de pie, como si el control de mi cuerpo ya no fuera mio, me puse de pie sin si quiera juntar mi maletin, y sali desesperado de la sala. Huir era la unica salida.El piso del baño de casa estaba frio y humedo, el sonido del agua de la ducha golpeaba contra el fino azulejo haciendo de soundotrack del desastre que estaba sucediendo en mi cabeza, un sonido ambiental para tanto caos.
Aun era de dia, el telefono de casa no dejaba de sonar, mi celular vibraba lejos. La puerta del baño abierta, y yo sentado desnudo en la ducha,perdiendo la mirada en un punto fijo. Recuerdos golpean mi cabeza.Tengo 18 años. Estoy viviendo en la casa de mis padres adoptivos, junto con mi hermano. Todo es perfecto, la familia es hermosa, la situación económica impresionante, papá es ingeniero y mamá una de la doctoras mas reconocidas en la ciudad. Andres es el mejor alumno de su curso, logro el primer titulo en las competencias matematicas a nivel nacional. La casa suele llenarse de gente, de amigos de papá, de amigas de mamá, amigos de Andres.
Yo no existo. Existo, pero no como deberia ser. Mis dias corren en silencio, mientras que el mundo esta en un constante cambio natural, necesario para su evolucion, para su historia. Yo no escribo historias, no las vivo, no las provoco. Así que técnicamente no existo. No tengo amigos, es la tercera vez que me expulsan del colegio y la ultima vez que hice amigos resultaron ser vendedores de drogas, tranzas: como comúnmente los llaman. Yo no me drogo, pero esos tipos me apreciaban, nos juntabamos todos los dias, charlabamos de la vida, del sistema, la política. Hasta que un día la policía se los llevo. Desde ese entonces volvi a estar solo.
Lo tenia todo, desde dinero, una familia hermosa, amor, paz, tranquilidad. Pero todo era externo. Internamente todo siempre fue un constante caos en mi, permanentemente me sentía atrapado y en necesidad de huir, abandonar mi familia y escapar. El amor lo tenia, pero no lo sentía. No sentia, no vivia. No existia.
Hasta que un día en el nuevo colegio, luego de mi segunda clase de la semana, salgo derecho a esperar a mamá como siempre a que pase a buscarme. Es tarde, mas o menos las 19hs. En la calle no hay nadie mas que yo, y un par de autos que circulan a paso liviano por el poco transito. De repente observo como una chica dobla la esquina y corre desesperadamente hacia mi, detras de ella vienen dos hombres de mas o menos treinta y pico de años. Me conguelo. A unos dos metros de que la chica logre llegar hasta mi, los tipos la agarran de los hombros y la tiran al piso, para comenzar a golpearla, patearla, escupirla. La voz de la chica se me grava en la cabeza "Auxilio" "¡Mamá! ¡Papá!" Me siento inutil, frustrado. Mis pies buscan correr hacia ella y ayudar, pero mi mente me ordena correr en dirección contraria y escapar. Siempre fui un tipo de logica, porque la logica era lo único que podía controlar y entender. Así que obedeci a mi mente. Escape.
A los dos días mientras desayunabamos en familia, todos reían comentando sobre lo grandioso que habia sido visitar a los abuelos. La tv de fondo en la charla hizo silenciarnos un momento. El periodista comentaba sobre el asesinato de una chica de 14 años, la cual habia sido brutalmente golpeada y luego violada.
-Fue a la vuelta de tu colegio, Roberto-murmura papá preocupado. El periodista menciona las calles y horario del hecho. Mi padre me mira un momento frunciendo el ceño, pensativo y mira a mamá.-¿Cuando fuiste a buscarlo por la puerta del colegio y no por esa esquina?
-El viernes-el dia del hecho-Pero...el me lo pidio. Igual...
-¿Roberto vos viste algo?
Silencio. Me encogo de hombros.
-Hijo-la voz de mamá me hace mirarla.-¿Que viste?
-Nada.
-Roberto-la voz de papá se hace mas grave, esta enojado.-¿Que carajo viste?
-¡No vi nada!-digo firmemente.-¿Por que vería algo?
-¡Estas mintiendo! ¿fuiste parte del asunto?
La cara se me pone colorada de la bronca, y me pongo de pie automáticamente ¿acaso me ve capaz de matar a alguien?
-¿Tanto desconfias de tu crianza, Eduardo?-le grito-No hice nada
Eduardo tambien se pone de pie para reafirmar su autoridad.
-Te sentas o te siento ¿que elegis?-grita aun mas fuerte.-¿Que viste?
-Hijo es necesario-interrumpe mamá con voz suave, como siempre, y nos indica que nos sentemos. Ambos hacemos caso.-Tu testimonio puede ayudar a la causa, hacer justicia.
-Conocia a esa chica. Era puta.
-¿Que tiene que ver?-interrumpe papá-¡Es un ser humano,Roberto! Nadie merece eso. Decime que viste.
-Vi cuando le pegaron nada mas.
-¿Y que hiciste?
Pregunta mamá. Yo agacho la cabeza avergonzado.
-¿Que hiciste, Roberto?-re pregunta mi padre-¿Llamaste a la policia?
-No.
-¿Que hiciste entonces?-pregunta Andres desde la otra punta de la mesa.
-Escaparme.
Murmuro. Escucho cuando papá golpea fuertemente la mesa y empieza a maldecir. Mamá llora.
-¿Por que no la ayudaste? ¿no te dio lastima? ¿no tenes aunque sea un poquito de corazón?-la voz de Andres se quiebra.
-¿Que sentiste?-grita papá.
Yo me encogo de hombros y los miro a todos.
-Nada.Alguien golpeo a la puerta. Me puse de pie, rodeo la mitad de mi torzo para abajo con una toalla blanca, y camine hacia la puerta. Abri la puerta, me siento perplejo al ver frente a mi un hombre de traje negro, y sombrero del mismo color. No tenia rostro.
Cierro la puerta espantado, es otra alucinacion, me recriminó.
-Estoy loco-murmuro casi en un hilo de voz.
Me giro para volver a la ducha, y choco de frente con el hombre de sombrero.
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VOCES DEL SILENCIO.
ParanormaleRoberto es un abogado penalista de 40 años con un gran prestigio en su ámbito. Lleva una vida bastante rutinaria y recta, donde todo está planeado y nada puede salir mal; hasta que un día la visita de un nuevo cliente hará que todos sus planes e ide...