Capítulo 13: Nadie es competencia

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Corrí detrás de Rebeca, ya me estaba acostumbrando al ritmo de esto e incluso había aprendido a hacer mi cama.

- Ámbar nos va a matar - ella gritó mientras se movía ágilmente por los pasillos vacíos de las doncellas.

- Nos asesinará - grité ajustándome como podía el moño mientras trataba de alcanzar los delgados pies de Rebeca.

La noche anterior le había pedido que me mostrara el palacio y me dirigió por todas las partes en las que tenía permitido estar. Desde que había llegado no había visto a Nicholas aunque él había prometido que me encontraría y ya casi empezaba a olvidar por qué estaba ahí. Rebeca me mostró el hermoso jardín pero solo desde un balcón ya que no teníamos permitido salir, también me enseñó cómo llegar a todas partes por unos pasillos que se encontraban escondidos detrás de las paredes, así se podía llegar mucho más rápido a todas partes, me confesó que ella lo sabía porque descubrió a Nicholas usándolos y él le tuvo que explicar. También me había dicho que tenía un flechazo por el príncipe Nicholas y que cada vez que él le dirigía la palabra ella se ponía nerviosa, ya no me importaba porque en mi corto tiempo aquí ya me había dado cuenta de que la mayoría de las doncellas se sentía así por Nicholas, ¿cómo no hacerlo?

Las seleccionadas ya habían llegado al palacio e íbamos tarde ya que conversando y recorriendo con Rebeca el día anterior habíamos vuelto a dormir muy tarde y ambas nos habíamos quedado dormidas, Ámbar había salido más temprano y había supuesto que nos levantaríamos solas, se equivocaba.

Subimos las escaleras hacia el pasillo a toda prisa y justo en ese momento iba bajando la reina con dos mujeres de hermosas vestimentas. Dimos una pequeña reverencia ante la reina y seguimos corriendo, pude escuchar su bufido de desconformidad pero no había tiempo como para pedir disculpas, aunque sea a la reina y a sus amigas. Corrimos por el pasillo, todas las puertas estaban cerradas y recé para que no estuviera la señorita Scarlett adentro y Ámbar dándole disculpas porque eso nos metería en un gran lío. Llegamos a la última puerta y la abrimos entrando de golpe. Ámbar se dio vuelta y nos fulminó con la mirada.

- ¡¿Cuál es su problema?! - nos gritó enojadas. Scarlett no estaba ahí dentro.

Me puse frente al tocador y me ordené, mi pelo estaba hecho un desastre, así de corto todavía no aprendía a controlarlo por completo y cansada se hacía más difícil, mi cara estaba enrojecida y mi delantal se había desabrochado, Rebeca no se veía mucho mejor. Traté de ordenarme fallando.

- Déjalo - Ámbar dijo enojada caminando hacia mí, ordenó mi cabello en un moño alto y amarró mi delantal en una perfecta cinta - la próxima vez que lleguen tarde a algo tan importante las mataré a las dos, tienen suerte de que la señorita Scarlett fue retrasada, creo que la reina quería hablar con ella y conocerla, hija de unos amigos de la familia real o algo por el estilo. En las otras habitaciones ya están las seleccionadas. ¿Cómo se ve todo?

Miré alrededor orgullosa de lo que habíamos logrado en tan poco tiempo, estaba todo elegante y hermoso tal como lo habíamos planeado, podría haber sido perfectamente la habitación de una reina, inundado de oro y rojo.

Unos tacones resonaron por el pasillo y las tres nos pusimos en posición, frente a la cama en una línea y con una sonrisa en nuestras caras, mi respiración cansada iba rápido, Ámbar me miró entrecerrando los ojos y esta se reguló de inmediato.

-Que nervios - Rebeca dijo - me da curiosidad cómo será la señorita Scarlett, se veía amable.

- Esta es su habitación señorita Eisley - un guardia dijo abriendo la puerta y dejándola pasar.

Una chica alta vistiendo un par de pantalones negros ajustados y una blusa blanca entró dándole una sonrisa coqueta al guardia. Cerró la puerta detrás de ella y miró la habitación, sonrió para sí misma, le había gustado. Mi mandíbula se empezó a cansar.

-Señorita Scarlett - Ámbar dijo dirigiéndose hacia ella - me presento, soy Ámbar, la doncella jefa, nosotras tres estaremos a cargo de usted en el tiempo que esté aquí.

-O sea siempre - la chica respondió botando su bolso al suelo, Rebeca se apresuró a levantarlo y dejarlo sobre un silloncito que habíamos puesto en la habitación.

- ¿Disculpe? - Ámbar dijo mirando como Scarlett analizaba cada centímetro de la habitación.

- Yo ganaré La Selección - ella dijo, se sacó los tacones y los arrojó en el piso sentándose en la cama - miremos los hechos, soy hermosa, rica, mi familia conoce a los reyes, tengo las características y cualidades de reina, se de política, economía, música e historia, llevo siendo educada para esto desde que nací. Muy pronto se estarán dirigiendo hacia mí como reina Scarlett Schreave, así que espero que desde ya me comiencen a tratar como una. Quiero los mejores vestidos, los mejores peinados, yo siempre he destacado y esto no será diferente, ustedes trabajan para mí y al mínimo error haré lo mismo que tengo planeado hacer con las otras seleccionadas, convertiré su vida en el palacio en un infierno viviente - ella dijo mirándonos. Los pelos de Rebeca se pararon de punta - ¿Dejé claro todo?

Ámbar asintió con la cabeza abriendo los ojos como platos. Tragué con dificultad, esto no me gustaba para nada. Ella se levantó y se sentó frente al tocador.

-Al príncipe Nicholas le bastará mirarme para enamorarse de mí, ya investigué a todas las chicas, son lindas y todo, pero no son competencia. Nadie es competencia para mí, el príncipe Nicholas será mío.

Mierda.

Elígeme: fanfic de "La Selección" (Kiera Cass) EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora