Los cincos tocaban alguna melodía antigua con sus violines mientras la gente seguía entrando, todos con vestimenta deslumbrante aunque podía notar que muchos de ellos, tal como mi madre, no podían permitirse ese tipo de lujos. Por alguna razón todos sabían que esta ocasión merecía mostrar lo mejor que tenían y vaya que lo estaban haciendo. Mi madre saludaba a todos y recibía los regalos con una perfecta y blanca sonrisa, mi padre todavía no aparecía así que supuse que seguía trabajando. Gracias a los trabajos de mis padres yo pertenecía a la tercera casta, mi padre era un renombrado médico al que acudían de todas partes y mi madre de vez en cuando hacía trabajos como abogada.
La gente se comenzó a arremolinar en la pista de baile y al ritmo del vals comenzó la fiesta mientras todos bailaban. Me sirvieron una copa de champaña y tomé pequeños tragos mientras miraba la danza frente a mí. De repente unas manos ásperas tocaron mi hombro desnudo, me di vuelta, un chico un poco más alto que yo de tez morena y ojos profundos con una barba de unos cuantos días y una sonrisa de superioridad en su cara me miraba.
-¿Victoria Hart? - preguntó pareciendo orgulloso de su persona.
-La misma- respondí tomando otro trago de champaña.
-Me presento, soy Eric Scheck, aunque supongo que ya lo sabías.
-Un gusto - mentí desagradada al darme cuenta de que su aura de superioridad provenía de su casta.
- ¿Me concederías esta pieza?
Recordé la promesa de mi madre odiándome a mí misma por haberla hecha y le entregué mi mano mientras me dirigía a la pista de baile. En fin, ¿que perdía?, con quién yo quería realmente estar bailando no estaba aquí y tampoco se iba a aparecer. Comenzamos a girar junto con el resto mientras Eric hablaba sobre algo que tenía que ver con lo famoso que eran sus padres, podía entender por qué no estaba casado todavía, ni por todo el dinero del mundo una mujer soportaría a tal tipo durante más de 1 hora, y no ni siquiera pude hacerlo por dos canciones por lo que al final de la segunda le di una disculpa falsa y me alejé de la pista.
-¿Y? ¿Qué tal? - mi madre salió de la nada tomándome del brazo con delicadeza.
-¿Qué tal qué?
-Te vi bailando con el hijo de los Scheck, dime por favor que te comportaste.
-Me comporté madre, pero por mucho que quieras, él es el ser más desagradable que ha pisado esta tierra.
-¡Victoria! No puedes hablar así de un dos, no sabes lo que su familia está haciendo por la nuestra.
-Como quieras, pero no me casaré con él
-¡Ni siquiera lo conoces!
-¡Mamá!
-¡Victoria! Soy tu madre y si no...- no pudo terminar la oración porque en ese momento se le acercó una sonriente pareja a saludarla y aproveché ese momento para escaparme de ella y de la horrible fiesta. No llevaba ni una hora aquí y ya quería escapar, me gustaba el lujo y el dinero, pero no soportaba estas fiestas llenas de gente falsa fingiendo tener y ser algo que no son. Me dirigí a la puerta que dirigía hacia el patio trasero y la cerré detrás de mí. Volvería a entrar para el almuerzo pero por ahora estaba bien así. Caminé hasta lo más alejado y me senté en una banca vieja entre un par de árboles desde donde ya no veía los ventanales y podía disfrutar sin el sonido de la música.
-Lo sabía
Salté de la banca asustada ante la voz masculina y miré hacia todas partes. Apoyado en el borde de piedra se encontraba él, con un libro en la mano. Caminé hacia Nicholas.
-¿Qué haces aquí?-pregunté al mismo tiempo que él soltaba el libro y me envolvía en un abrazo. Ya había pasado mucho tiempo y era muy agradable volver a sentir su olor.
-Yo necesitaba verte
-Pero... ¿como?
-Llegaron hasta el palacio los rumores sobre esta fiesta y supuse que tarde o temprano escaparías de ella. Me escabullí junto con unos amigos de mis padres que venían hacia aquí y le pagué una gran cantidad a un taxi por su silencio.
Me separé y lo miré a los ojos, esos hermosos ojos grisáceos que tanto extrañaba. Luego me volví a pegar a él, ahora con los labios.
-Dios...- él dijo tras separarnos - realmente no sabes cuánto te extrañaba, mis padres ya se deben de haber dado cuenta de mi desaparición pero vale la pena todo el embrollo que armen.
Toque con mi mano su mejilla y nos quedamos en silencio mirándonos un par de segundos.
-Tengo que hablarte sobre algo- él tomó mis manos y me dirigió hacia la banca.
-Dime
-Tú sabes que eres la única chica a la cual yo quiero ¿No?
Asentí con la cabeza con un mal presentimiento sobre lo que se venía.
-Ya voy a cumplir 20 y es momento de que contraiga matrimonio.
Suspiré cerrando los ojos, había sido tan bueno que había olvidado porqué llevábamos un año escondiéndonos de los ojos del resto.
-La selección- dije suspirando.
-Mi madre dijo que tengo que hacerla ahora, con todo lo que está ocurriendo con la economía la gente está de mal humor y ha habido un par de huelgas, mis padres no pueden permitir eso en su gobierno y creen que una selección pondría a todo el mundo de mejor humor, me están obligando a hacerla y no puedo negárselos.
Cerré los ojos.
-Lo sé-dije, y lo hacía, nuestro pequeño romance oculto nos hacía parecer muy iguales pero no era así, yo seguía siendo una tres viviendo bajo una falsa familia que resaltaba escondiendo sus deudas, y él seguía siendo el príncipe de Illéa, primogénito y futuro rey.
-Pero tengo una idea, creo que puedo manipular la selección y hacer que tu nombre entre, va a ser difícil que mis padres permitan a tu apellido ahí, pero sé que puedo hacerlo y fingir todo para poner a la gente de buen humor y finalmente elegirte a ti.
Abrí los ojos como platos, quería estar con él, eso no significaba que quisiera ser una princesa.
-Sé que es mucho que digerir, pero es nuestra una opción Victoria. Si el palacio no te gusta, eres libre de volver a tu vida normal y yo simplemente elegiría a una extraña con la cuál casarme, como lo hizo mi padre y otros antes de él.
-No quiero estar compitiendo con otras 34 chicas por ti...
-Y no lo harás, esto no sería una competencia, porque yo ya elegí a la ganadora.
Miré hacia abajo pensándolo. Cuando recién conocí a Nicholas en una fiesta a la cuál mis padres me arrastraron nunca creí que se convertiría en algo tan... real.
-Está bien- dije finalmente.
-¿Qué?
-Quiero estar contigo, aunque para ese fin tenga que pasar por la estúpida selección.
-Es la única manera de que mis padres me dejen casarme contigo, sabes cómo se sienten sobre...
-Mi familia - respondí - lo sé.
-Pero sigues siendo una tres, por lo que ellos te aprobarán, por mí podrías ser una ocho, estar durmiendo en la calle y querría estar contigo igual.
Le sonreí mientras él jugaba con mis manos.
La campana que indicaba que la comida empezaría a ser servida sonó.
-Tengo que irme, o mi madre vendrá a buscarme - le dije.
-Yo también debería antes de que mis padres manden guardias por todo el país a buscarme.
-Te quiero - dije dándole un último beso.
-Te quiero - respondió.
La comida se pasó bastante rápido, hasta yo me impresioné por la calidad de esta e incluso hablé con los chicos que mi madre quería que hablaran y me presenté y todo el tema, ya no me importaba, prácticamente estaba comprometida. Estaba comprometida con el futuro rey de Illéa.
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Elígeme: fanfic de "La Selección" (Kiera Cass) EN PAUSA
FanficFANFIC DE "LA SELECCIÓN" POR KIERA CASS Para treinta y cinco chicas, la Selección es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida. La oportunidad de escapar de la vida que les ha tocado por nacer en una determinada familia. La oportunidad...