Capítulo 23: Todo lo que importa

103 10 0
                                    

"Tú no eres el mundo pero, eres todo lo que hace del mundo un buen lugar."

Estuve toda la hora de la cena nerviosa y apenas pude probar el hermoso pastel de papas y pastel que el chef había cocinado para nosotras. Fui al baño de mi habitación y me peiné un poco antes de volver a salir. No estaba segura de si Nicholas se iba a presentar o no, entendería si lo hubieran llamado a una reunión o algo por el estilo tras lo que pasó en Paloma. Por un lado entendía que el gobierno hubiera cortado la transmisión, no quieren que haya caos en todo el país, pero por otra parte sentía como que tratando de contener a la gente de esa manera iba a resultarles un tiro por la culata y finalmente se revelarían con aún más enojo. No podía evitar pensar en que estarían mis padres en ese momento, yo era de Paloma es mi ciudad, y verla así, destruida... era raro. Aunque solo mostraban las partes de barrios de las castas más bajas, no vi en barrio donde vivían los treses o los doses ahí, supuse que mi casa estaba intacta, pero claro, ahora no sabía dónde mis padres estaban viviendo, esperaba que lejos de ahí. Conocía a mi madre y sabía perfectamente que por mucha hambre que tuviera ella era una dama ante todo y no se acercaría a los disturbios, por parte de mi padre no lo tenía tan claro.

Me acerqué al armario y entré, Nicholas no estaba ahí pero decidí esperar de todas maneras. Este era lo suficientemente grande como para poder sentarme con la espalda en una pared bajo las repisas vacías y poder estirar las piernas hasta casi tocar la otra pared.

Estuve un tiempo ahí esperando y en un momento desee tener mi croquera y poder dibujar mientras esperaba. Estaba iluminada por una pequeña ampolleta que colgaba del techo, me quedé mirándola hasta que la puerta se abrió despacio mientras la cara de Nicholas se asomaba, al darse cuenta que era yo ahí dentro me sonrió y tras cerrar la puerta se sentó en la pared frente a mi estirando sus pies los cuales tocaban la pared a mi lado. Me miró con la cabeza inclinada hacia un lado y luego se inclinó hacia mi y me dio un suave beso en los labios, se quedó ahí un tiempo y luego se separó sin alejarse mucho.

- Te traje esto – él dijo sacando un sobre de su chaqueta. Tomé el sobre en mis manos, el papel no era grueso como el del palacio, estaba un poco manchado y no parecía elegante, parecía como si alguien hubiera tomado el primer sobre que encontró en un mueble lleno de polvo y le puso una carta dentro – es de tus padres.

Le sonreí y guardé la carta en el bolsillo de mi delantal, no quería leerla frente a él.

- No estaba segura si vendrías o no – le dije tomando mi mano con la suya y jugueteando con los dedos.

- Yo tampoco, justo después de la comida mis padres me hicieron quedarme para discutir los temas de Paloma, supuse que ya te enteraste. Es horrible lo que está pasando, lo lamento de que sea en tu ciudad, pero mis padres lo están solucionando.

- ¿Cómo?

- Tienen planes – él dijo tragando. Luego miró mis dedos.

- ¿Estuviste dibujando?

Miré mis manos, no me había dado cuenta pero las yemas de mis dedos estaban manchadas con el resto del grafito.

- Algo – dije – es la primera vez que tengo tiempo para dibujar, ser doncella es un trabajo de tiempo completo.

- Me imagino – él dijo – mi hermana me contó que ahora se conocen.

- Oh – dije dándome cuenta que no le había dicho nada – es muy simpática.

- Lo es ¿no? Es con la única de mi familia con la cuál realmente me llevo, y además es muy inteligente, ¿quieres saber por qué?

Lo miré, sus ojos brillaban con emoción.

- Dime – dije dándole besando su mano.

- Sabes que mi cumpleaños es dentro de poco – él dijo. Tendría que admitir que con todo el hecho de ser doncella casi se me había olvidado su cumpleaños, pero sabía que solo era en un par de días – mis padres decidieron hacer una gran fiesta, parecida a la que tuvimos el otro día pero más grande aún, se hará en el jardín.

- ¿Y las doncellas estamos invitadas de nuevo? – pregunté curiosa sobre a qué estaba yendo con esto.

- No, y ese es el punto exactamente. El principal motivo de traerte aquí además de poder estar contigo y verte es que mis padres te conozcan y no crean que eres solo la nieta de los Hart e hija de tus padres – tendría que admitir que el hecho de que me dijera "hija de mis padres" diciéndolo en el sentido de que ellos no eran bien vistos me dolió pero decidí ignorarlo y seguir escuchando lo que tenía que decir – mis hermanas invitaran a sus amigas y vendrán las familias de las seleccionadas, por lo que habrá la suficiente gente como para meterte y presentarte a mis padres como amiga de mi hermana.

Levanté la ceja, no creía estar lista para eso.

- ¿Cómo...? – pregunté.

- Te ponemos un vestido, maquillaje y listo, solo entrarás con Lauren, y yo te presentaré a mis padres con algún otro nombre, conversarás con ellos y te amarán y después veremos cómo seguir.

- Wow – dije pensando, empezaba a gustarme la idea de sacarme el delantal y ponerme un vestido lindo, no estaba segura de como conseguiría un vestido ni maquillaje sin que nadie se diera cuenta pero sería algo que pensaría en el futuro – me gusta la idea, tus padres me dan miedo, pero quiero estar ahí.

Él rio y cambió de posición de nuevo ahora sentándose con su espalda junto a la mía, puso un brazo sobre mis hombros y me atrajo más hacia si haciendo que mi cabeza quedara contra su pecho, escuchando sus acelerados latidos de corazón. Lo miré hacia arriba y junté nuestros labios. Estaba feliz, por primera vez desde que había llegado aquí podía notar un cambio, una oportunidad real de poder convertirme en la prometida de Nicholas, y por unos minutos me dejó de importar La Selección, Scarlett, las citas o el hecho de lo aterrador que sonaba entrar a la familia real. Yo estaba con él y él estaba conmigo, y en ese momento eso era todo lo que importaba. Lo amaba, el resto era secundario. 

Elígeme: fanfic de "La Selección" (Kiera Cass) EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora