"Tú mereces ser amada. Y yo espero que te cases por amor y no por un número."
Mi cuerpo ardía mientras caminaba hacia la habitación de Lauren, tendría que calmarme antes de entrar ahí. ¿La había besado? ¡¿La había besado?! ¿Cómo podía? La noche anterior me decía que me amaba y quería estar conmigo cuando ese mismo día en la hora de almuerzo había besado a nada más ni nada menos que la seleccionada Scarlett... parecía broma, maldito hipócrita. Sonaba divertido para él ¿no? Besar en el mismo día a la seleccionada rica y hermosa, por la cual todos los chicos derretían de amor y las chicas de envidia, y a la otra chica, medianamente linda, vestida de doncella, limpiando pisos en tu propio palacio. Estaba en todo su derecho a tener citas, a coquetear, a tener a malditas 35 chicas rogándole a sus pies, pero estaba conmigo, decía estar enamorado de mí, podría ser su selección y todo lo que quisiera, pero no tenía el derecho de andar pidiéndome que me ponga un vestido y conozca a sus padres...
Me paré afuera de la habitación de Lauren y me apoyé en su puerta respirando.
- Cálmate Victoria, tu eres mejor que esto – me dije a mi misma cerrando los ojos.
¿Él quería besar a otras chicas? Estaba bien, pero entonces tendría que aguantar que yo coqueteara con otros chicos. Había diseñado un vestido hermoso para mí, pero era simple, recatado. Podía hacerlo mucho mejor, mi vestido era lindo, pero ahora sería sexy, llamaría la atención y haría que todos me envidiaran, y no iba a haber nada que Nicholas pudiera hacer para evitarlo. El vestido seguía en la sala de costura, lo sabía porque se habían demorado en hacerlo y en la mañana lo había visto con corazones en los ojos. Corrí hacia abajo pasando a toda velocidad por la cocina y el pasillo de doncellas, Rebecca me trató de decir algo cuando pasé frente a la puerta pero iba demasiado rápido. Llegué a la sala, una doncella estaba doblando el hermoso vestido. Me acerqué hacia ella.
- Hola, vengo de parte de la princesa Lauren.
- Oh – ella dijo nerviosa - ¿Qué ocurre?
- Pidió unos cambios para el vestido de su amiga – dije dibujándole en el papel lo que quería - ¿en cuánto tiempo lo puedes hacer?
- En menos de media hora estará listo – ella dijo.
Corrí de vuelta hacia arriba y toqué la puerta de Lauren.
- ¡Ya era hora! Necesito tu ayuda, mis doncellas me cocieron dos vestidos y no sé cuál de los dos usar – dijo mostrándome un hermoso y simple vestido amarillo con toques blancos y otro del mismo tipo con un tono más azulado, el color era demasiado parecido al de Scarlett y el vestido no era tan lindo como el de ella, asique le dije que usara el amarillo, destacaría muchísimo más y se vería hermosa.
Ella se lo puso y tal como imaginaba le quedaba de maravilla.
- ¡¿Dónde está tu vestido?! – ella preguntó alarmada – te tenemos que cambiar antes de que llegue mi otra amiga, la cuál está en otra habitación pero vendrá a arreglarse aquí, ¡no puede verte con tu ropa de doncella!
-Emm... sí – dije con el corazón acelerado por toda la corrida. Como la amiga más cercana que tenía aquí dentro realmente tenía ganas de decirle lo de Nicholas, pero él seguía siendo su hermano, y no podía hacerlo – estaba terminándose, iré a buscarlo.
- ¡Apresúrate!
Respiré un poco y volví a correr hacia abajo. Maldije la habitación de Lauren por estar tan lejos mientras experimentaba una dolorosa puntada en el pecho a medida que llegaba a la sala de costura. No hacía ejercicio y me estaba arrepintiendo de mi deficiente estado físico en este momento.
La doncella me entregó el vestido, no me pude tomar ni un segundo para apreciarlo y partí corriendo de vuelta a la habitación de Lauren. Ella me empujó hacia el baño diciendo que me duchara y me cambiara que su amiga estaba llegando y porfin ahí pude descansar. Prendí el agua caliente y me senté en el suelo colgando el vestido de un colgador frente al espejo mientras mi pecho subía y bajaba rápidamente a medida que mi respiración comenzaba a volver a la normalidad.
Me dolía, Nicholas me dolía pero no podía hacérselo saber, era como con mis padres, ¿me dolía su avaricia, su exagerada ambición, su despreocupación por lo realmente importante? Claro que me dolía, pero ellos nunca supieron eso. No había tenido tiempo a solas para poder leer la carta de mis padres por lo que todavía reposaba bajo mi almohada con el sobre cerrado.
Me di una ducha rápida, la mejor que me había dado desde que había llegado aquí. Teníamos buenas duchas en las habitaciones de las doncellas, agua caliente y chorro potente, pero esta era increíble, era amplia, salía agua por más de tres lugares distintos, habían miles de botellas distintas de champú, bálsamo, crema para el cuerpo, gel de ducha, humectante, jabón, etc. Además el mismo baño tenía un olor increíble gracias a las sales, las cuales había de todos colores y olores para elegir.
Me salí a la mala de la ducha, amaba las duchas, y me sequé dejando mi pelo secar al aire. Esto me trajo un recuerdo de mi vida antes del palacio, el día de la fiesta en mi casa, la última fiesta que se hizo ahí antes de que todo pasara, y por un momento, ahora que sentía que no tenía a Nicholas, extrañaba mi casa, mis padres y mi vida anterior a todo esto.
Tomé aire y me puse el vestido. Siendo incapaz de ajustarlo yo misma salí del baño para encontrarme con una Lauren con su vestido amarillo haciendo un intento de peinarse y una chica de pelo anaranjado, tez blanca y pecas a su lado riendo con un vestido celeste.
- ¡Es hermoso! – Lauren dijo mirándome – aún mejor de lo que me imaginaba que iba a quedar, ¿le hiciste algunos cambios no?
- Algunos sonreí, ¿me ayudas?
Me di vuelta y Lauren amarró los cordones rojizos que se encontraban en la parte trasera del vestido, creando un hermoso corsé.
- Mary – ella le dijo a la chica de pelo anaranjado – te presento a Victoria, una gran amiga.
La chica me sonrió y me saludó presentándose y haciéndome un par de preguntas, entre ellas mi apellido y al no encontrar otro en mi cabeza dije el apellido de soltera de mi madre:
- Victoria Aubriot – sonreí.
- ¡Un gusto!
Me miré al espejo que cubría toda una pared de la habitación. El vestido quedaba hermoso, era de un profundo color bourdeo claro, escote de corazón seguido de una cintura ajustada por el corsé y luego una falda ancha formando una maravillosa figura. Era precioso, creo que nunca en mi vida me había probado un vestido que me quedara tan bien. Supuse que eso se sentía ser una princesa y que te hicieran toda la ropa a la medida, entendí porque la reina y sus hijas se veían siempre tan bien.
Dejé que mi pelo se ondulara solo con su forma natural, ahora que era más corto no podía hacerme una trenza y que se viera bien, Lauren me prestó unos pendientes de diamante, me di cuenta de que mis orejas estaban vistiendo lo más caro que me había puesto en la vida, y un pequeño collar simple que consistía de una cadena con un colgante plateado. También me prestó unos tacones negros. Maquillé a ambas, Lauren con los tonos naturales que le gustaban y un poco de rosa en la mejilla, y a Mary con un poco de verde y celeste como me pidió y pestañas muy negras. Yo me puse un poco de delineador oscuro en los párpados de arriba y de abajo y un poco de máscara. Me encantaba maquillar pero yo no usaba sombras ni muchos colores, prefería en mi cara mantenerlo simple, talvez parte de eso lo había adquirido ya que a Nicholas no le gustaba el maquillaje y solía usar menos desde que lo conocí.
- Te ves hermosa – Lauren dijo con una sonrisa tierna - mis padres te amarán.
- Eso espero – respondo sonriendo auténticamente feliz de poder vestirme así.
- ¿Vamos? – ella dice sonriente – la fiesta ya empezó.
Todos los nervios me llegaron hacia el estómago revolviéndolo, había estado en fiestas elegantes, miles en realidad, y no era buena en las fiestas, nunca lo había sido pero tenía que recomponerme y ser como sería una amiga de la princesa de Illéa.
Mary salió primero y Lauren se acercó a mí y me susurró.
- Nicholas va a morir por ti, el aspecto de doncella esconde mucho
Me guiñó un ojo y nos dirigimos hacia la fiesta.
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Elígeme: fanfic de "La Selección" (Kiera Cass) EN PAUSA
FanfictionFANFIC DE "LA SELECCIÓN" POR KIERA CASS Para treinta y cinco chicas, la Selección es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida. La oportunidad de escapar de la vida que les ha tocado por nacer en una determinada familia. La oportunidad...