Elígeme: fanfic de "La Selección" (Kiera Cass) EN PAUSA

Capítulo 22: Dibujos y desastres

"Puedes ser VALIENTE y ser femenina, puedes GUIAR y amar las flores, puedes ser REINA y de igual manera ser una novia."

Era un día tranquilo, ya habíamos hecho todo lo que teníamos que hacer, ya habíamos almorzado, ya habíamos ayudado a las mucamas a limpiar y nos quedaba tiempo libre, algo que desde que llegué no había pasado. Debajo de mi cama había guardado la mochila que había traído desde mi casa, saqué el cuaderno y un par de grafitos y comencé a dibujar. Partí dibujando vestidos como era la costumbre del palacio, pero luego terminé dibujando escenas, algo que me gustaba bastante. Dibujé a las dos chicas peleándose, a mí a Nicholas en el armario, la risa de la princesa Lauren y a Scarlett entrando a la habitación como un ángel. Las personas eran lo primero que había aprendido a dibujar y me encantaba, pero por alguna razón no había logrado pintarlas a la perfección, por lo que en cuanto a pintura trataba prefería los paisajes, una flor o el cielo. Era mucho más retratable y me inspiraba mucho más. Pero no podía dibujar un paisaje a grafito, perdería toda su esencia. De vez en cuando le agregaba un poco de color con lápices de colores a mis dibujos de personas, solo cuando era muy necesario. Por ejemplo, al dibujar a una de las seleccionadas no pude evitar colorear su espeso pelo anaranjado, o al dibujar la cara de Nicholas me vi obligada a tratar de encontrar el color para sus ojos, aunque fallé y el dibujo quedó arruinado ya que sin sus ojos Nicholas no era él. Incluso me encontré dibujando a Eric Scheck tratando de imitar el ángulo recto de su barbilla y esos puntitos de barba.

En un intento de recordarlos dibujé a mi padre y a mi madre, pero no los dibujé con trajes costosos o joyas como lo había hecho en un pasado, dibujé a mi madre con su pelo en un moño suelto y un vestido andrajoso, y a mi padre con unos pantalones viejos y una camisa sucia. No me di cuenta de lo horrible que era eso hasta que terminé de dibujarlos y sin poder soportar el dibujo en mi croquera lo saqué y lo arrugué arrojándolo al basurero del baño y mojándolo para que nadie pudiera verlo.

El tiempo se me pasó demasiado rápido y cuando terminé de dibujar el sol ya había caído y la habitación estaba casi a oscuras a no ser por la pequeña lámpara que alguien había dejado prendida al otro lado de la habitación. Guardé todo bajo mi cama y me levanté dándome cuenta que ya era hora de cenar.

Salí a los pasillos y estaban vacíos, ya estaba encontrando extraño que nadie hubiera entrado a la habitación mientras dibujaba por lo que era aún más extraño que no hubiera nadie ahí. ¿Dónde estaban todas las doncellas? Caminé hacia la cocina y tampoco había nadie ahí, solo un par de cocineros pero muchísimos menos de los que deberían estar. Seguí por los pasillos hasta que escuché el cuchicheo de las doncellas, me guie por el sonido hasta llegar a una gran sala junto a la oficina de Bertita. Entré y un gran televisor mostraba una de las provincias de Illéa, una estatua de alguno de los reyes anteriores ardía en el centro de la plaza y la gente se encontraba con armas hechas de palos y objetos de jardinería gritando. Era un cáos total, estaba desordenado y los guardias no podían parar a la gente que seguía quemando y destruyendo cosas de propiedad pública, osea cosas del reino.

- ¿Dónde es esto? – le pregunté a una de las primeras doncellas que encontré.

- Es en Paloma - ella dijo – yo soy de ahí.

-Yo también – murmuré sorprendida de no haber podido reconocer mi propia ciudad ante tanto caos. 

Me quedé en silencio a su lado viendo como la gente despedazaba todo lo que encontraban como una muestra de comunicación hacia el reino diciendo "esto tiene que parar". No lo había notado antes hasta que la cámara lo enfocó pero detrás de la plaza en una muralla estaba lleno de carteles, alcancé a leer algunos "hagan algo", "nos morimos de hambre", "el rey se baña en oro mientras nosotros en barro" pero sin nada más de repente la pantalla se puso en negro cortando la notica y comenzó a aparecer un documental de islas y naturaleza.

Miré la pantalla extrañada.

- ¿Qué ocurrió? – pregunté.

- Cortaron la toma, no los dejaron seguir grabando

- No quieren que la gente vea esto, o va a ocurrir en todo el país – una chica al lado de la de Paloma me dijo.

Miré a la pantalla, tenía claro quiénes eran los que controlaban todos los medios de comunicación: la realeza.