#15 ¿Qué propones?

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Mientras yo asesino con la mirada a Benjamín, Rosa niega y ríe. Ella se pone seria y se cruza de brazos.

—¿Qué están haciendo? —levanta una ceja.

—Estamos haciendo pizzas. —dice mirándome como si buscara apoyo.

—Bueno, yo me voy, los dejo. Sólo vine a ver cómo están.

—Nosotros bien Rosa, nada de que preocuparse. —sonrío. 

—Sólo cuiden mí cocina por favor. —dice sonriéndo.

Cuando Rosa se va Benjamín se coloca en frente mio y yo me cruzo de brazos.

—¿Qué? —dice como si nada hubiese pasado.

—Eres un buchón Clark ¿Rosa te paga por hacerlo?

—No te enojes, ya está. —me tira más harina y sonríe.

—Te voy a matar. —limpio mis ojos.

—¡Que miedo! —habla mientras hace tiritar su mano en forma de miedo. —Terminemos la pizza.

—Okay. —ésto no se va a quedar así.

Terminamos la pizza y luego de dejar los vasos y servilletas en la mesa, nos sentamos.

—Tienes que bendecir.

-Gracias Señor por éstos alimentos, hazlo llegar a quien no lo tengan. Amén.

—Amén. —veo que saca un pedazo de pizza y sus ojos se cierran.

—Me paro y me saco el sombrero. Que genio soy.

—Gracias. —sonríe y él abre sus ojos.

—¿Gracias? —dice frunciendo el ceño.

—Yo te indiqué cómo hacerlo cielo.

—¿Cielo? —mueve sus cejas pícaro.

—No te ilusiones.

—La que se ilusiona aquí eres tú.

—Cállate idiota.

—Eres tú quien me pelea.

—Tú me provocas. —lo acuso señalandolo con el dedo.

—¿Qué te provoco? —me mira pícaro.

—Nauseas —empiezo a reirme como loca por su cara. —. Ya ya, estás muy pícaro hoy eh. Es uno de esos días donde estás de buen humor.

—Puede ser. —hace una mueca con su boca y se mete otro bocado de pizza en la boca.

—Puede ser no, es así.

—¿Y? Si no fuera así sería aburrido.

—¿Y quién te dijo que no lo eres? — bebo de mi vaso.

—Ay por favor, en la cocina te reías.

—Tienes razón —lo miro a los ojos y sonrío. —. Me sorprende ésto.

—¿Qué te sorprende?

—Ésto.

—¿Qué? —ruedo los ojos.

—Que nos estamos llevando bien.

—Es que hoy no estás gritándome —golpeo su hombro y él ríe. —. A pesar de lo que nos está pasando no nos estamos matando y tú no eres aburrida.

—Tú tampoco eres aburrido. Bueno tú no me hiciste nada como para que te odie a salvo de tu malhumor y las estupideses que dices cuando te enojas.

El acuerdo ©                               |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora