#31 Tortuga ninja.

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Julieta

Estoy afuera esperando a Benjamín y veo dos siluetas juntas, tomados de la mano, ella va riendo por algo que le dice su novio luego él pasa su brazo alrededor de su cuello y ella su brazo alrededor de la cintura del hombre, él besa su frente y ella sonríe dulcemente. Para mi sorpresa o más bien desagrado, es la misma persona con quien pasé lindos momentos, a quién le conté mis mayores miedos y a quien le di el tiempo de mi vida,  pero todo eso se destruyó y dejó de valer cuando me demostró que yo no era suficiente para él, me destruyó, partió mi corazón en mil pedazos, fue muy doloroso.

Ellos pasan y puedo notar que son felices, entonces me doy cuenta que él no ha sufrido como yo, él continuó con su vida, siguió para delante, lo peor de todo esto es que no fue con una desconocida, fue con mi prima, eso sí es doloroso. Fue como una estaca clavada en el pecho.

Creo que las cosas pasan por algo. Las coincidencias no existen, nuestros destinos ya están escritos. Las personas que pasan por nuestra vida nos enseñan algo, algunas nos enseñan a hablar, caminar como mamá y papá, otras pasan para enseñarte lo valioso que es hacer un vínculo entre personas desconocidas como las amistades, otras te enseñan lo malo que puede ser el mundo, otras no tan agradables te enseñan matemáticas y biología, sí, ellos enseñan cosas aburridas pero importantes, y por último están las personas que te enseñan a amar, son las mejores o más bien la mejor persona que llega a cambiar tu vida. La coloca de cabeza, te enseña a confiar en ella, pero sobre todo te enseña a amar, amas tanto que sientes que no puedes estar sin ella. Y ahora que lo pienso con Javier no fue tan así, digamos que yo puedo vivir sin él sino hoy estaría en depresión cosa que no. Lo bueno de todo ésto es que no me quedé con alguién que no me amaba sino ¿qué hubiese pasado si yo nunca hubiese llegado a su departamento? Seguro él seguiría engañándome con ella.

Pero así es la vida, hay que continuar, todo sigue no puedo quedarme con rencor sobre lo que pasó, tengo que continuar mi vida aunque es irónico pensar así porque ahora no puedo  continuar como yo quiera no, ahora estoy comprometida con un hombre desconocido, con el cual al principio nos llevábamos como el agua y el aceite. No es malo, al contrario es bueno, atento, hermoso muy hermoso, es mucho más alto que yo, tiene unos enormes brazos, un torso  bien tonificado, unas nalgas mejores que Nicky Minaj, y por último sus ojos, decir que me encantan es poco, son tan lindos que puedo perderme en ellos  y estar durante horas viéndolos que no me cansaría.

—¡Una serpiente cuidado! —siento el grito de un hombre, el cuál me saca de mis pensamientos.

—¿Dónde, dónde está? —empiezo a gritar, me giro para ver al hombre y lo que veo es a alguien retorciéndose de la risa, decir que lo mataré es poco— Pero si serás tarado, ¿por qué me asustaste?

—Si... Si hubieras vis... visto tu cara —habla entrecortado por las risas.

—Ah ¿sí? A ver dime ¿cómo era mi cara? —empieza a hacer caras graciosa tratando de imitarme trato de enojarme pero es que con esas caras ¿cómo hacerlo? Carcajeo con él— Eres un tonto.

—Bueno, un tonto que te hace reír —me dice mientras seca sus lágrimas de tanto reírse.

—Tengo que aceptarlo, eres bastante gracioso.

—Lo sé, lo sé gracias —se coloca una mano en su pecho y sonríe.

—Engreído, bien ¿dónde iremos a almorzar?

—A un restaurante en... —lo interrumpo.

—Me aburrieron los restaurantes son aburridos, demasiados tranquilos para mi gusto ¿qué te parece si vamos a otro sitio?

—¿Dónde? —pregunta mientras caminamos hacia el auto.

—Em no sé, hagamos un picnic ¿qué dices? —se queda pensando y luego habla.

El acuerdo ©                               |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora