Extra "Mí lucecita"

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Después de escuchar las palabras del doctor entro a la habitación en donde se encuentra mi esposa, ella duerme, parece estar tranquila. Espero que no se altere cuando le diga lo que me dijo el doctor. Me acerco a ella, acaricio su cabello y tomo su mano. Beso su frente y ella abre sus ojos, parpadea varias veces para poder verme.

—Hola amor —susurro, ella abre grande sus ojos y toca su vientre.

—¿El bebé? Benjamín ¿el bebé? —sus ojos se cristalizan, yo sonrío para tranquilizarla— Dime que está bien.

—Ambos lo están —ella se relaja pero de igual forma llora— Tranquila, sólo fue un susto.

—Tengo miedo ¿y si pasa de nuevo?

—Claro que no pasará porque yo te cuidaré, tú harás reposo y ya sabes como soy con respecto a tu cuidado y al del bebé —ella sonríe, con mi pulgar seco sus lágrimas.

—Te amo Benjamín —dejo un beso corto sobre sus labios.

—Iré a firmar tu alta para que nos vamos a casa —ella asiente.

Salgo de la habitación y entra su madre, ellas se abrazan. Voy a buscar al doctor, firmo el acta y voy a buscar a mi esposa. Ya estoy mucho más tranquilo que hace algunas horas atrás. Salgo de la oficina del doctor y voy a la sala donde se encuentra mi esposa. La saco en una silla de ruedas hasta el auto. Ella se sube, se coloca el cinturón, rodeo el auto y subo al lugar de piloto para emprender viaje a casa. Durante el camino apoya la cabeza en mi hombro y su mano está en mi brazo. Cuando llegamos a casa ella ya estaba dormida, bajo del auto y abro su puerta para despertarla.

—Amor vamos a casa —la ayudo a salir y se apoya en mi. Caminamos juntos hasta la puerta, Dav nos recibe con una sonrisa de alivio.

—Que bueno que están en casa —entramos y las chicas se acercan a ella.

—Debe descansar y hacer reposo, necesito que me ayuden chicas —subimos a la habitación.

Ellas se encargan de acomodar su cama, mientras yo subo con ella las escaleras, cuando llegamos arriba la escucho agitada. Haré que nos acomoden una habitación abajo. Ella se acuesta y soba su panza, las chicas están con ella y colocan sus manos en su barriga.

—Dencansa mujer, mañana hablamos —Camila besa su frente y ambas la dejan dormir.

Salen de la habitación y bajamos a la sala. Fer ingresa a la sala con dos tazas de café, se acerca y me extiende una taza, y la otra se la da a su esposa. Tomo un sorbo, ambos me miran y las chicas van al sillón a buscar sus bolsos.

—Ella está bien y el bebé también. Debe hacer reposo absoluto, de eso me encargaré yo, me hará caso porque de lo contrario me conocerá enojado.

—Ben, ella se cuidará —habla su hermana— Y más aún si se trata de su bebé. Hablando de bebé, Oliver había despertado pero le preparamos un biberón y magicamente Dav lo hizo dormir —sonrío y palmeo su hombro.

—No me lo creo —reímos y él me mira mal— No sé qué haría sin ustedes, gracias —todos sonríen y me abrazan.

—Ah...casi lo olvido, Fran estaba muy preocupado, habla con él. Estoy casi seguro que no está durmiendo —asiento y luego de despedirme y agradecerles subo a la habitación de mi hijo.

Tal y como lo dijo Dav Fran no está durmiendo, está apoyado en la ventana mirando hacia afuera, es una imágen tan dulce de mi hijo. Me acerco a él con las manos en los bolsillos.

—Hijo —susurro y él se voltea para mirarme y sonreirme. Se acerca y me abraza, lo abrazo tan fuerte, escucho sollozo de su parte.

—Tengo miedo —miro sus ojos— Tengo miedo de que mamá se vaya.

El acuerdo ©                               |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora