#3 ¿Vamos?

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Después del desayuno reviso mis maletas para ver si todo está bien. Lo que llevo no es mucho pero es lo necesario. Dejo mis cosas en la sala para esperar a Benjamín, aún quedan dos horas para irme.

Marco el número de mi amiga para contarle todo.

Timbre uno...

Timbre dos...

Timbre tres... Y contesta.

—Hola Juli.

—Hola Rochi, tengo que hablar algo importante contigo ¿puedes venir a mi casa? —ella sabe que cuando digo la palabra importante, es algo realmente grave.

—Sí, ya voy. —habla y luego corta la llamada.

Preparo una torta de chocolate, así junto con mi hermana y mi mejor amiga le contamos a Rocío lo que pasa. Ellas tres se llevan muy bien.

Después de esperarla durante media hora llega mi amiga.

—Hola, pasa. —mi hermana es quien la recibe.

—Hola Rocío ¿cómo estás? —Cami es muy simpática.

—Hola, que bueno que viniste. —la abrazo.

—Juli ¿qué pasa? —dejo escapar un suspiro. —Lo que sea yo estoy contigo.

Nos sentamos las tres a comer la torta con una taza de chocolate caliente y entonces comienzo a contarle toda la historia. Sus ojos se abren como platos.

—Eso es impresionante, es decir jamás pensé que algo así podría llegar a pasarte —dice mientras apoya su mano en mi espalda en forma de consuelo y después de eso hubo un silencio que ella rompió. —. Al menos ¿está bueno el tal Benjamín? —no, no se puede hablar seriamente con esta mujer, siempre me hace reír en situaciones lamentables. Es lo que amo de mi amiga.

—Sí, es hermoso. Tiene los ojos azules, pelo negro, es muy alto y muy musculoso pero se ve muy serio y aburrido, ya sabes, el típico mujeriego engreído.

—Bueno ¿de qué te quejas? Si debe ser como un dios griego como Ares el de la historia de wattpad, atreves de mi ventana ¿recuerdas?

—Si pero ellos se querían y no era obligación que estuvieran juntos, lo mío es bastante diferente.

Después comenzamos a hablar de cosas de la universidad o anecdotas y de cosas vergonzosas que nos han pasado. Después de tanta coca-cola me dieron ganas de ir al baño.

Me levanto del sofá y suena el timbre. Camino hacia la puerta para ver quien es y me sorprendo cuando veo a la persona que tengo en frente mirandome con esos ojos azules y su mirada tan seria. Es este hombre que cambiará mi vida.

Benjamín.

—Hola. —digo seca.

—Hola. —habla cortante.

—Pasa. —hablo mientras le hago seña para que entre.

—Hola. —saluda a las chicas y ellas se quedan quietas y sin decir nada ante su postura y palabras tan secas, pero sé que por dentro babean por él, es lindo sí, pero muy arrogante y serio. Ya sé que parece que lo juzgo antes de conocerlo pero algo ya me dice que lo es.

—Hola. —dice al unísono.

—Espérame aquí, yo vengo enseguida. —él asiente y ahora sí voy al baño a desvalijar mi vejiga. Salgo del baño y voy por mis maletas. Vuelvo a la sala y él aún está en el mismo lugar donde lo dejé anteriormente.

—Ya estoy lista ¿vamos? —tomo mis maletas y miro con nostalgia a las chicas.

—Dame las valijas, yo las llevaré —las arrebataba de mis manos. —Te espero afuera, no tardes.

El acuerdo ©                               |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora