Enchanted (Kaylor)

Cap.40: Intentando seguir adelante. (cap extra)

Taylor se dedicaba casi por completo a Ashley, había pasado ya casi dos meses de la última vez que había visto a Karlie. Intentaba compatibilizar la universidad con la maternidad, intentaba hacer todo sola, no pedir ayuda a nadie ya que eran solo las dos contra el mundo, aunque la bebe no entendía nada de lo que sucedía, de por qué su madre lloraba todas las noches antes de dormirse, porque siempre que pasaban por algunos lugares de la ciudad que le recordaban a cierta ojiverde, se volvía cerrada con el resto y solo quería estar sola con la bebe. Karlie por su parte estaba igual de devastada, ahora tenía dinero eso era lo bueno, pero en general en estos dos meses, todo había sido un caos para ella, no podía dejar de ver esos ojos azules en sus sueños y extrañaba como nunca a nadie a Taylor. Extrañaba su risa, el burlarse de ella, el reírse con ella cuando veía algo divertido, extrañaba su piel, extrañaba completamente a Taylor Alison Swift. Pero no había vuelta atrás, la había dejado en el hospital con Ashley, la había abandono y dicho cosas horribles, de seguro Taylor no quería verla ni en peleas de perros por maldita y por la asquerosidad que era. Se sentía cada día más basura, cada día sentía que un trozo de ella se estaba yendo al abismo de la oscuridad. Y solo podía beber para olvidar, estaba en el sofá de Cara, la cual estaba realmente preocupada.

Car: oye deberías levantarte Karlie... (Mirándola)

Kar: podrías callarte? (rodándole las lágrimas y bebiendo una botella de vodka)

Car: son las 10 de la mañana Jesús!!! (Dramática) y tú ya estas bebiendo.

Kar: que te importa (rodándole las lágrimas sacando el teléfono que Taylor le había regalado y viendo su fondo de pantalla una foto de ella y Taylor riéndose en Aspen) te amo... (Llorando y bebiendo)

Car: dios Karlie si estas enamorada de la chica deberías ir por ella!!! (Superada) te lo he dicho miles de veces desde que llegaste aquí! (Dramática)

Kar: ya es muy tarde (mirándola desolada)

Car: jamás es tarde por dios santísimo!!!

Kar: para esto si (mirándola destrozada) necesito salir de aquí... (Levantándose tambaleándose)

Car: por dios Karlie quédate en el maldito sofá (intentando agarrarla)

Kar: retrocede (empujándola) déjame Cara! Déjame si!

Car: eres mi amiga no puedo dejarte! Que te mates así!!!! (Gritándole)

Kar: es lo que merezco (llorando y caminando hacia donde había escondido algo de dinero para ocupar y para que Cara ocupara, saca unos cuantos billetes)

Car: que vas a hacer?

Kar: que te importa Cara (caminando hacia la puerta no me esperes... (Caminando tambaleante)

Car: dios (Se lleva la mano a la cara y suspira) que demonios hago...

Kar: uf... (Suspira, saliendo del edificio donde Cara había rentado un departamento, se coloca su capucha, en realidad este no era su poleron, era de Taylor, la rubia lo había empacado dentro de las cosas de Karlie sin darse cuenta, y Karlie lo usaba siempre, le recordaba a esa hermosa chica que amaba más que a su vida. Le reconfortaba algo que este pedazo de tela había cubierto el cuerpo de la ojiazul algunas veces, se ajusta la chaqueta de cuero que traía porque no quería que nada malo le pasara a ese poleron, era una de las pocas cosas buenas que le quedaban. Camina por la calle, no tenía rumbo definitivo, desde el día en que Karlie la había dejado a Taylor en el hospital con Ashley recién nacida. Ya no sabía dónde ir, no sabía el rumbo de su vida, ya no sabía absolutamente nada, se sentía completamente perdida en el mundo. Se mete por uno de los callejones que bien ella conocía salta un muro y luego varios más, llega a la zona donde bien conocía, cerca del muelle donde Taylor la había encontrado cuando tenía fiebre, se mete a el mismo subterráneo y se sienta en el mismo lugar) te extraño princesa (llorando y sacando su teléfono y buscando el App de fotos de su iPhone. encuentra un video de ella y de Taylor, la rubia se reía a carcajadas, mientras Karlie le lanzaba pequeñas bolas de papel a Behati que estaba completamente drogada en el sofá, su corazón latía rápido al escuchar es risa, extrañaba tanto esa risa, extrañaba tanto esos ojos, extrañaba tanto esos labios. Ve como la otra Taylor su compañera de universidad aparecía y ella usaba esa pequeña ventaja y besaba los labios de la ojiazul que la volvía loca. Solo podía llorar a sollozos, deseaba tanto volver a ese momento, a ese instante donde era feliz genuinamente, donde su vida no era un caos. Pero era muy tarde. Había perdido el amor de su vida, había perdido a su hija, había perdido. Ya nada tenía sentido, era un fantasma para todos, la oscuridad la rodeaba, no quería sentir el dolor que sentía, quería borrarse. Así que decide guardar con cuidado su teléfono en su bolsillo y sale del lugar. Va a una de las calles que bien conocía, con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha)